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La apacible Leicester, situada a escasos 160 km al norte de Londres, es la ciudad más feliz del mundo tras el extraordinario triunfo de su principal club: el Leicester City, campeón por primera vez de la Premier League en una temporada inimaginable para sus 300.000 habitantes, hasta ahora habituados a un discreto devenir, pero que, tras la hazaña conseguida, ha traspasado fronteras.
Expresiones como “un cuento de hadas”, “la Cenicienta que conquista la Premier” o “una de las victorias deportivas más inverosímiles de los últimos tiempos” se repiten continuamente para calificar la gesta del Leicester City, un equipo que hace siete años estaba en la League One, la Tercera División inglesa, y hace dos años ascendió a la élite del fútbol inglés.
Conocidos como los Foxes (zorros), este club diseñado para no descender cuenta con el quinto presupuesto más bajo de la Liga inglesa y ha superado a millonarios equipos, como Manchester United, Arsenal, Manchester City, Chelsea y Tottenham.
Fundado en 1884, su historial no da para muchos renglones. Ganador en tres ocasiones de la Copa de la Liga (1963-1964, 1996-1997, 1999-2000) y en una de la Community Shield (1971), ha estado 46 campañas en la máxima categoría inglesa, con un segundo puesto en 1928-1929 y a un punto del campeón: el Sheffield Wednesday.
Es por eso que la hazaña del Leicester City ha traspasado fronteras y su hinchada presume de la proeza de sus futbolistas. El precio total de su plantilla no alcanza los USD 60 millones, aunque tras ganar la Premier, gran parte de sus futbolistas han multiplicado su valor.
Es el caso de su goleador, el internacional Jamie Vardy (28 años), un sorprendente delantero que hace cuatro años jugaba en el Halifax, de la Séptima División inglesa, y ha sido el máximo anotador del equipo con 22 goles.
Junto con Vardy destacan el volante argelino Riyad Mahrez, nombrado mejor jugador de la Premier League, autor de 17 goles, además de un montón de asistencias que han sabido aprovechar los delanteros Vardy, el japonés Okazaki y el argentino Leonardo Ulloa.
Además, en la portería han encontrado un seguro en Kasper Schmeichel, hijo del mítico arquero danés del Manchester United, Peter Schmeichel; mientras destacan los defensas Robert Huth (alemán) y Wes Morgan (jamaicano), capitán del equipo, quienes forman una pareja de centrales infranqueables. En el centro del campo, además de Mahrez, han destacado el gran trabajo de Marc Albrighton y del francés Kanté, otra de las revelaciones de la temporada.
Todos ellos, futbolistas sin grandes logros hasta ahora, pero que han rendido al máximo de la mano de un viejo “zorro” del fútbol europeo como es el técnico italiano Claudio Ranieri. A sus 64 años, el exentrenador del Valencia, Atlético de Madrid, Chelsea y la selección de Grecia, entre otros equipos, llegó a Leicester a principio de temporada tras la destitución de Nigel Pearson, el hombre que consiguió el ascenso a la Premier League.
Por encima del plantel y el entrenador se sitúa el magnate tailandés Vichai Srivaddhanaprabha, el hombre que compró en 2010 el club por 50 millones de euros, cuando el Leicester padecía en la Segunda División. El capricho del ricachón tailandés ha tardado poco en sacar el máximo rendimiento.
En el plano futbolístico, Ranieri ha conformado un equipo aguerrido y contundente con el que pretende continuar tras ganar la Premier. “Este será mi último trabajo. Quiero quedarme aquí el mayor tiempo posible y ningún equipo me va a hacer cambiar de parecer”, afirmó recientemente el italiano, quien poco había ganado hasta ahora a pesar de su larga experiencia: una Copa y Supercopa con el Fiorentina, y una Copa del Rey y Supercopa con el Valencia.
El viejo “zorro” italiano se embolsará 6,4 millones de euros por ganar la Premier, un premio mucho mayor que el de los futbolistas del Leicester, quienes al pactar las primas no pensaron en sus posibilidades de ser el mejor equipo de Inglaterra. Los ganadores de la Premier se repartirán 8,3 millones de euros, la cifra pactada por entrar entre los 12 primeros de la clasificación. No pensaron en una gesta que hoy es reconocida en todo el mundo.
Por Juan A. Medina/EFE Reportajes.