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El día de ayer, sábado 10 de octubre, bien puede figurar en las efemérides nacionales como una fecha destacada, pues esta situación nunca antes se dio en nuestro país.Un hecho inusual, inédito e inaudito se llevó a cabo este fin de semana en Asunción: La apertura, por primera vez en la historia paraguaya, del histórico templo masónico de la calle Palma, al público en general.
Desde hace un tiempo, la orden masónica o un sector de la misma viene realizando diversas actividades con manifestaciones públicas. Ahora tuvo lugar este histórico acontecimiento, sin parangón en nuestra historia: la apertura al público profano de su templo de la calle Palma.
Con relación al caso conversamos con dos altos dignatarios del Gran Oriente del Paraguay, don Nemecio Lichi, Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica, y don Jorge Goldenberg, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Grado 33.
- ¿Cual es el motivo de la conmemoración y de la apertura de las puertas del templo a la ciudadanía?
Goldenberg: El 6 de septiembre de 1899, Cecilio Báez adquiría el predio de la calle Palma, donde, poco después, se edificó el templo de la fraternidad masónica. El predio fue adquirido para el Gran Oriente del Paraguay, que en ese momento y, hasta hoy, representa a la masonería paraguaya. Entonces, nuestra intención es conmemorar el 110 aniversario de aquella adquisición, abriendo el templo a la ciudadanía, para que conozca el templo, y que conozca algo de la historia y los objetivos de la masonería. Esa es, fundamentalmente, la actividad que realizamos los días 9 y 10 de octubre.
Lichi: La conmemoración de los 110 años de la compra del predio comenzó el viernes a las 18 horas, con una solemne tenida, con la presencia de autoridades nacionales, municipales, así como invitados especiales del exterior. En esa ocasión, descubrimos una placa alusiva al acto; luego pasamos al templo, donde estuvimos compartiendo con las autoridades e invitados especiales. Hemos hablado, el soberano gran comendador y yo, y un hermano explicó a los presentes los aspectos históricos, de cómo se compró, para qué y otras informaciones pertinentes. Luego se sirvió un vino de honor.
El día de ayer se abrieron las puertas del templo al público en general, posibilitando al público entrar, ver y preguntar. Para dar las explicaciones pertinentes, acerca de la historia, los hombres, las acciones a lo largo de la historia universal y nacional, y cualquier consulta que los profanos quieran saber, estuvieron algunos hermanos.
Un hecho inédito
En palabras de Goldenberg, es la primera vez en la historia de la masonería paraguaya que la institución abre sus puertas al público. En muy contadas veces se ha abierto para recibir a determinadas personas, pero así, al público en general, es la primera vez. Las personas que el sábado estuvieron palmeando tuvieron, por primera vez, la oportunidad de poder entrar al templo.
Lichi opina que "en realidad, las apreciaciones sobre la masonería siempre están cargadas de morbo, mitos y mentiras. Por eso, como una manera de presentarnos ante la ciudadanía cómo somos y qué somos, hemos decidido abrir las puertas del templo, de la institución".
Acceso restringido
Ingresar a esta institución, no es fácil. Se hace una selección. "Esta no es una institución reformadora. Aquí ingresa gente, como dicen nuestros estatutos, personas libres y de buenas costumbres. Y los adherentes tienen que estar de acuerdo con los idearios, programas y objetivos de nuestra institución, que son los de formar personas capaces, útiles a la sociedad. Para ser masón, principalmente, uno tiene que cumplir ese compromiso que uno tiene con su familia, primero, y, luego, con los hermanos: ser solidarios y fraternos, que es lo que nos caracteriza, y, de esa manera, proyectarse a la sociedad", agrega Lichi.
Goldenberg enfatiza en uno de los objetivos fundamentales de la institución que es crear conciencia cívica, conciencia ciudadana de los derechos de todos los habitantes de la República. "Nos dedicamos exclusivamente a la formación individual. No estamos sometidos a nadie. Propugnamos la libertad de pensamiento y la masonería paraguaya no recibe pautas de ninguna otra organización. La masonería paraguaya adopta los conceptos e idearios de la masonería simbólica universal, pero es totalmente independiente y soberana. Tenemos relaciones con todas las masonerías del mundo, pero no recibimos absolutamente pautas de ningún poder masónico, fuera de lo que es la masonería paraguaya", enfatiza.
Soberanía
En lo referido a la soberanía masónica, Lichi aclara que la masonería paraguaya es libre y soberana, no necesita reconocimiento de nadie. "Ya nos liberamos hace muchos años. En realidad la masonería en el Paraguay fue fundada, en primer término, por los brasileños, y después por los uruguayos, que nos dieron la carta patente. Una vez que nos dieron la carta patente y una vez que pudimos caminar solos, hemos seguido creciendo. En este momento somos 45 logias y en diciembre completamos 50 logias. Eso significa, para diciembre, unos 2.000 hermanos, componentes de la Gran Logia Simbólica del Paraguay. Contamos con 13 templos en todo el país y, lo más importante: después de 110 años, el Gran Oriente del Paraguay compró un predio sobre la calle Herrera y, en homenaje a aquellos hermanos que hicieron el esfuerzo para la dotarnos de ese espacio físico para reunirnos, hemos inaugurado y consagrado el templo el sábado a la noche".
Regularidad
Sin embargo, en los últimos años se dieron varias divisiones dentro de la masonería paraguaya, considerándose cada uno, a su vez, en los sectores regulares, acusando de irregulares a las logias que no integran la suya. ¿Esos masones forman parte del Gran Oriente del Paraguay?
Goldenberg: -No están incluidos. Muchas veces se radia a algunos hermanos, ya sea por problemas coyunturales, familiares, o por una serie de cuestiones; pero ellos salen de acá, conociendo nuestros rituales, conociendo nuestro proceder en la aceptación de los candidatos profanos aceptados en la masonería y motu proprio inician a otros, captando gente y se va conformando poco a poco otra Gran Logia irregular. Nosotros no tenemos vínculos con ella.
¿Este cismano tiene solución?
Goldenberg: -Nosotros buscamos la unidad con base en nuestros principios. Consideramos que un ciudadano que ha sido iniciado en la masonería es un masón, con todo lo que manda la ley. Pero ese ciudadano no tiene la culpa que los dirigentes que le invitaron hubiesen formado una logia irregular. Entonces, ellos son bienvenidos al Gran Oriente del Paraguay y son rehabilitados y las puertas están abiertas a cualquier hermano masón que se haya iniciado dentro de cualquier logia irregular de la masonería paraguaya. Ultimamente se dieron muchos casos en que masones y logias enteras se incorporaron al Gran Oriente del Paraguay.
De esa manera fueron regularizados. Se están restañando las dolorosas heridas. La mayoría de las logias irregulares son desprendimientos de la que nosotros consideramos el tronco de la masonería paraguaya, por lo tanto son nuestros hermanos. Claro que también existen otras logias que se formaron fuera de este ámbito, como las logias mixtas de Ciudad del Este, Encarnación y aquí en Asunción, con los que tenemos relacionamiento de amistad, pero no de hermandad.
Paramasónicos
Existen organizaciones paramasónicas, como la Orden de Molay, que integran y patrocinan a chicos de 13 a 21 años. "Con esta Orden, primeramente se dependía de Brasilia. Cuando se logró tener cinco capítulos, se independizaron. Este año, hemos traído el Supremo Consejo del Arco Iris, donde están las niñas, hijas, sobrinas, esposas y cuñadas. Cuando tengamos diez logias del Arco Iris, formaremos nuestra propia Orden", dice Lichi.
"Es digno destacar que la masonería, nuestra masonería, no busca el poder. Nosotros iniciamos al ciudadano para su formación. Para que, a través de esa formación honesta, el ciudadano pueda llegar a la dirigencia nacional. En cambio, hay conceptos equivocados de que grupos masónicos buscan el poder iniciando a ciudadanos que están en altos puestos políticos, altos empresarios. Nosotros no buscamos a ese ciudadano, sino al ciudadano común, para que venga a adquirir nuestros principios para así mejor servir a la sociedad", argumenta Goldenberg.
Poder e influencia
Al decir de Lichi el poder no es lo que interesa. "No nos interesa el hombre con poder, con dinero, con influencia. Nos interesa el yo interior de las personas: que sea honesto, cabal, con moral, con ética, que es lo fundamental. No decimos que somos perfectos. Entre nosotros hay de todo. También estamos gente que dejamos mucho que desear. La diferencia entre un masón y un profano está en que el masón está obligado a darse cuenta cuando está caminando mal, está obligado a enmendarse, a reencauzar su vida. Y la obligación de los hermanos es llamar la atención y procurar la corrección de las actitudes y conductas", comenta este Gran Maestre.
"Indudablemente, la apertura del templo masónico a los profanos es un hecho sin precedentes. Así como las puertas de ese histórico edificio, a 110 años de su adquisición, es un acto inédito, ojalá que sea también un signo de apertura hacia los cofrades de la institución que se han alejado de su influjo y, de hoy en más, se recomponga el tejido masónico que tanta trascendencia tuvo en otros tiempos en la sociedad paraguaya", finaliza Lichi.
La masonería paraguaya
La fraternidad masónica es una institución filantrópica, fraterna y solidaria que busca el perfeccionamiento personal de sus miembros y su proyección hacia la sociedad. Tiene una larga historia entroncada en los gremios profesionales de la Edad Media, que evolucionó como sociedad secreta a finales del siglo XVIII, propugnando la lucha por la libertad, la fraternidad y la igualdad de los hombres, por lo tanto estuvo muy unida a la lucha por la democracia y el combate a las tiranías. También se destaca su permanente lucha a favor del conocimiento y en contra de la ignorancia.
En nuestro país, ingresó tímidamente a mediados del siglo XIX, pero con mayor fuerza, luego de finalizada la Guerra de la Triple Alianza. Muchos de los ciudadanos que lideraron la reconstrucción nacional pertenecieron a sus filas, como Cirilo Antonio Rivarola, Bernardino Caballero, José Segundo Decoud; destacados estadistas, como Eduardo Schaerer, Eligio Ayala y Eusebio Ayala; y militares, como Nicolás Delgado y José Félix Bogado, entre otros.
Muchos de los miembros de la masonería paraguaya fueron fundadores de instituciones de beneficencia, políticas y universidades; así como propiciadores de la educación laica, el matrimonio civil, el registro civil de las personas, etc.
Desde hace un tiempo, la orden masónica o un sector de la misma viene realizando diversas actividades con manifestaciones públicas. Ahora tuvo lugar este histórico acontecimiento, sin parangón en nuestra historia: la apertura al público profano de su templo de la calle Palma.
Con relación al caso conversamos con dos altos dignatarios del Gran Oriente del Paraguay, don Nemecio Lichi, Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica, y don Jorge Goldenberg, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Grado 33.
- ¿Cual es el motivo de la conmemoración y de la apertura de las puertas del templo a la ciudadanía?
Goldenberg: El 6 de septiembre de 1899, Cecilio Báez adquiría el predio de la calle Palma, donde, poco después, se edificó el templo de la fraternidad masónica. El predio fue adquirido para el Gran Oriente del Paraguay, que en ese momento y, hasta hoy, representa a la masonería paraguaya. Entonces, nuestra intención es conmemorar el 110 aniversario de aquella adquisición, abriendo el templo a la ciudadanía, para que conozca el templo, y que conozca algo de la historia y los objetivos de la masonería. Esa es, fundamentalmente, la actividad que realizamos los días 9 y 10 de octubre.
Lichi: La conmemoración de los 110 años de la compra del predio comenzó el viernes a las 18 horas, con una solemne tenida, con la presencia de autoridades nacionales, municipales, así como invitados especiales del exterior. En esa ocasión, descubrimos una placa alusiva al acto; luego pasamos al templo, donde estuvimos compartiendo con las autoridades e invitados especiales. Hemos hablado, el soberano gran comendador y yo, y un hermano explicó a los presentes los aspectos históricos, de cómo se compró, para qué y otras informaciones pertinentes. Luego se sirvió un vino de honor.
El día de ayer se abrieron las puertas del templo al público en general, posibilitando al público entrar, ver y preguntar. Para dar las explicaciones pertinentes, acerca de la historia, los hombres, las acciones a lo largo de la historia universal y nacional, y cualquier consulta que los profanos quieran saber, estuvieron algunos hermanos.
Un hecho inédito
En palabras de Goldenberg, es la primera vez en la historia de la masonería paraguaya que la institución abre sus puertas al público. En muy contadas veces se ha abierto para recibir a determinadas personas, pero así, al público en general, es la primera vez. Las personas que el sábado estuvieron palmeando tuvieron, por primera vez, la oportunidad de poder entrar al templo.
Lichi opina que "en realidad, las apreciaciones sobre la masonería siempre están cargadas de morbo, mitos y mentiras. Por eso, como una manera de presentarnos ante la ciudadanía cómo somos y qué somos, hemos decidido abrir las puertas del templo, de la institución".
Acceso restringido
Ingresar a esta institución, no es fácil. Se hace una selección. "Esta no es una institución reformadora. Aquí ingresa gente, como dicen nuestros estatutos, personas libres y de buenas costumbres. Y los adherentes tienen que estar de acuerdo con los idearios, programas y objetivos de nuestra institución, que son los de formar personas capaces, útiles a la sociedad. Para ser masón, principalmente, uno tiene que cumplir ese compromiso que uno tiene con su familia, primero, y, luego, con los hermanos: ser solidarios y fraternos, que es lo que nos caracteriza, y, de esa manera, proyectarse a la sociedad", agrega Lichi.
Goldenberg enfatiza en uno de los objetivos fundamentales de la institución que es crear conciencia cívica, conciencia ciudadana de los derechos de todos los habitantes de la República. "Nos dedicamos exclusivamente a la formación individual. No estamos sometidos a nadie. Propugnamos la libertad de pensamiento y la masonería paraguaya no recibe pautas de ninguna otra organización. La masonería paraguaya adopta los conceptos e idearios de la masonería simbólica universal, pero es totalmente independiente y soberana. Tenemos relaciones con todas las masonerías del mundo, pero no recibimos absolutamente pautas de ningún poder masónico, fuera de lo que es la masonería paraguaya", enfatiza.
Soberanía
En lo referido a la soberanía masónica, Lichi aclara que la masonería paraguaya es libre y soberana, no necesita reconocimiento de nadie. "Ya nos liberamos hace muchos años. En realidad la masonería en el Paraguay fue fundada, en primer término, por los brasileños, y después por los uruguayos, que nos dieron la carta patente. Una vez que nos dieron la carta patente y una vez que pudimos caminar solos, hemos seguido creciendo. En este momento somos 45 logias y en diciembre completamos 50 logias. Eso significa, para diciembre, unos 2.000 hermanos, componentes de la Gran Logia Simbólica del Paraguay. Contamos con 13 templos en todo el país y, lo más importante: después de 110 años, el Gran Oriente del Paraguay compró un predio sobre la calle Herrera y, en homenaje a aquellos hermanos que hicieron el esfuerzo para la dotarnos de ese espacio físico para reunirnos, hemos inaugurado y consagrado el templo el sábado a la noche".
Regularidad
Sin embargo, en los últimos años se dieron varias divisiones dentro de la masonería paraguaya, considerándose cada uno, a su vez, en los sectores regulares, acusando de irregulares a las logias que no integran la suya. ¿Esos masones forman parte del Gran Oriente del Paraguay?
Goldenberg: -No están incluidos. Muchas veces se radia a algunos hermanos, ya sea por problemas coyunturales, familiares, o por una serie de cuestiones; pero ellos salen de acá, conociendo nuestros rituales, conociendo nuestro proceder en la aceptación de los candidatos profanos aceptados en la masonería y motu proprio inician a otros, captando gente y se va conformando poco a poco otra Gran Logia irregular. Nosotros no tenemos vínculos con ella.
¿Este cismano tiene solución?
Goldenberg: -Nosotros buscamos la unidad con base en nuestros principios. Consideramos que un ciudadano que ha sido iniciado en la masonería es un masón, con todo lo que manda la ley. Pero ese ciudadano no tiene la culpa que los dirigentes que le invitaron hubiesen formado una logia irregular. Entonces, ellos son bienvenidos al Gran Oriente del Paraguay y son rehabilitados y las puertas están abiertas a cualquier hermano masón que se haya iniciado dentro de cualquier logia irregular de la masonería paraguaya. Ultimamente se dieron muchos casos en que masones y logias enteras se incorporaron al Gran Oriente del Paraguay.
De esa manera fueron regularizados. Se están restañando las dolorosas heridas. La mayoría de las logias irregulares son desprendimientos de la que nosotros consideramos el tronco de la masonería paraguaya, por lo tanto son nuestros hermanos. Claro que también existen otras logias que se formaron fuera de este ámbito, como las logias mixtas de Ciudad del Este, Encarnación y aquí en Asunción, con los que tenemos relacionamiento de amistad, pero no de hermandad.
Paramasónicos
Existen organizaciones paramasónicas, como la Orden de Molay, que integran y patrocinan a chicos de 13 a 21 años. "Con esta Orden, primeramente se dependía de Brasilia. Cuando se logró tener cinco capítulos, se independizaron. Este año, hemos traído el Supremo Consejo del Arco Iris, donde están las niñas, hijas, sobrinas, esposas y cuñadas. Cuando tengamos diez logias del Arco Iris, formaremos nuestra propia Orden", dice Lichi.
"Es digno destacar que la masonería, nuestra masonería, no busca el poder. Nosotros iniciamos al ciudadano para su formación. Para que, a través de esa formación honesta, el ciudadano pueda llegar a la dirigencia nacional. En cambio, hay conceptos equivocados de que grupos masónicos buscan el poder iniciando a ciudadanos que están en altos puestos políticos, altos empresarios. Nosotros no buscamos a ese ciudadano, sino al ciudadano común, para que venga a adquirir nuestros principios para así mejor servir a la sociedad", argumenta Goldenberg.
Poder e influencia
Al decir de Lichi el poder no es lo que interesa. "No nos interesa el hombre con poder, con dinero, con influencia. Nos interesa el yo interior de las personas: que sea honesto, cabal, con moral, con ética, que es lo fundamental. No decimos que somos perfectos. Entre nosotros hay de todo. También estamos gente que dejamos mucho que desear. La diferencia entre un masón y un profano está en que el masón está obligado a darse cuenta cuando está caminando mal, está obligado a enmendarse, a reencauzar su vida. Y la obligación de los hermanos es llamar la atención y procurar la corrección de las actitudes y conductas", comenta este Gran Maestre.
"Indudablemente, la apertura del templo masónico a los profanos es un hecho sin precedentes. Así como las puertas de ese histórico edificio, a 110 años de su adquisición, es un acto inédito, ojalá que sea también un signo de apertura hacia los cofrades de la institución que se han alejado de su influjo y, de hoy en más, se recomponga el tejido masónico que tanta trascendencia tuvo en otros tiempos en la sociedad paraguaya", finaliza Lichi.
La masonería paraguaya
La fraternidad masónica es una institución filantrópica, fraterna y solidaria que busca el perfeccionamiento personal de sus miembros y su proyección hacia la sociedad. Tiene una larga historia entroncada en los gremios profesionales de la Edad Media, que evolucionó como sociedad secreta a finales del siglo XVIII, propugnando la lucha por la libertad, la fraternidad y la igualdad de los hombres, por lo tanto estuvo muy unida a la lucha por la democracia y el combate a las tiranías. También se destaca su permanente lucha a favor del conocimiento y en contra de la ignorancia.
En nuestro país, ingresó tímidamente a mediados del siglo XIX, pero con mayor fuerza, luego de finalizada la Guerra de la Triple Alianza. Muchos de los ciudadanos que lideraron la reconstrucción nacional pertenecieron a sus filas, como Cirilo Antonio Rivarola, Bernardino Caballero, José Segundo Decoud; destacados estadistas, como Eduardo Schaerer, Eligio Ayala y Eusebio Ayala; y militares, como Nicolás Delgado y José Félix Bogado, entre otros.
Muchos de los miembros de la masonería paraguaya fueron fundadores de instituciones de beneficencia, políticas y universidades; así como propiciadores de la educación laica, el matrimonio civil, el registro civil de las personas, etc.