Cargando...
Las piedras que tienen relación con el amor son el cuarzo rosa, la amatista y el ágata rojo. La amatista es la piedra de los enamorados; también conocida como piedra del amor, cuentan que San Valentín la llevaba consigo siempre en forma de anillo.
Esta gema corresponde al mes de febrero y es una piedra empapada en la magia antigua. En el amor es muy preciada y puede ser utilizada por los hombres que busquen amores estables, ya que atrae a mujeres sinceras y formales. En ella se encuentra una gran aliada para atraer el amor y asegurar la fidelidad de la pareja.
La tradición transmite como la idea de talismán para los enamorados. Quizá es por ello que se dice que fue la primera piedra que san José regaló a la virgen María, convirtiéndola en la representante de la castidad, humildad, sinceridad, serenidad y modestia.
El ágata rojo, en cambio, es la piedra de la pasión y mantiene encendida la llama de la relación. La ubicaremos en nuestro dormitorio, por ejemplo, en la mesa de noche, para despertar no solo la pasión en nuestra pareja, sino también en todos los aspectos de nuestra vida.
Pero, sin duda, el cuarzo rosa es la piedra del amor por excelencia y la más utilizada para este propósito. Cuenta una leyenda que un hombre le regaló una rosa a su amada y cuando la relación acabó en tragedia por culpa de la intromisión de los padres, esta flor se convirtió en una piedra: el cuarzo rosa. En la Grecia clásica era la mayor ofrenda que se le podía hacer a la diosa Afrodita.
El cuarzo rosa trae la paz y calma a las relaciones; es excelente para curar las heridas emocionales, disipar la negatividad y restaurar la armonía después del conflicto. Nos enseña el poder del perdón y la reorganización de los patrones del corazón. Es la piedra ideal para desarrollar la empatía y la sensibilidad.
Los poderes del cuarzo rosa actúan en el amor, la paz, fidelidad, felicidad y fertilidad. Para atraer el amor a tu vida, colocá un cuarzo rosa en diversos lugares de tu casa o al lado de tu cama.