Cargando...
Sus manos juegan con el cigarrillo electrónico mientras conversamos. Se ven fuertes y lucen algunos anillos. En la galería se ostentan sus cuadros, tan característicos con esos colores tan vivos y esas siluetas tan propias, con el brillo de sus pinceles. Por medio del color expresa emociones y sensaciones a sus espectadores, y mucho se puede saber sobre su carácter estudiando los patrones, distribución y la paleta de colores que utilizó en cada obra, aunque admite que no es determinante. “Soy muy temperamental, irreverente, frontal, digo las cosas de frente y, últimamente, con la edad, tengo menos paciencia y soy más tajante, más explosivo”, cuenta.
Ricardo Migliorisi, además de pintor, es vestuarista, escenográfo y arquitecto. Su gusto por la estética y el arte se manifestó desde muy temprana edad. Con los años fue madurando en su alma y en el año 1966 se puede decir que comenzó su meteórica trayectoria, coronada de éxitos con premios nacionales e internacionales.
Pudo haber hecho carrera en el extranjero, porque su extenso CV incluye premios y exposiciones en varios países de América y Europa, pero prefirió dedicar su arte al país donde nació. “Ciertamente que Paraguay es muy limitado, llegás a cierto techo y no pasás, pero mi arte me llenó de muchas satisfacciones en mi país. Claro que llegué a exponer en París, en una galería de Champs-Élyséess; participé de muchas bienales, tanto en Japón como en Italia, España, Estados Unidos, Brasil, Chile, Uruguay, Perú, en fin, muestras internacionales que fueron acogidas con muchos elogios y que me posicionaron como artista”, expresa Migliorisi.
Esa vena artística le viene de familia. Tras un pintor, un artista plástico, hay siempre algo que contar, una historia, una emoción. Su padre tocaba el violín en la Sinfónica. De chico, también iba con frecuencia al cine y valoraba este arte. No en balde admira los trabajos de Iván Cocherin o Bill Viola. El Anatsui es otro artista que inspira su respeto. Pero sigamos con su legado familiar. Su madre también pintaba, su hermana igualmente demostró vocaciones artísticas muy marcadas. “Dibujaba muy bien”, cuenta Migliorisi. Por eso no es de extrañar que siendo muy joven comenzara sus estudios de Artes Plásticas en el Taller de Cira Moscarda. Ese espacio reunía a jóvenes talentosos que podían, allí, dar rienda suelta a su creatividad, expresada a través de elementos inéditos en ese entonces. La experiencia vivida en el Taller le dio a Migliorisi el impulso para que brote en él ese sentido transgresor que imprime a toda su obra.
También estudió grabado con el maestro Livio Abramo. Pero básicamente puede ser considerado un autodidacta. Más tarde cursó la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional de Asunción. Siguiendo sus años de formación, ganó vasta experiencia en varios países latinoamericanos desempeñándose como diseñador de vestuario de teatro y de escenografías. En principio, utilizaba el dibujo y la pintura en la mayoría de sus obras, pero luego fue incluyendo todo tipo de elementos a sus creaciones. Y hoy, además de lienzo, puede verse el arte de Migliorisi en figuras de madera y en cerámicas.
Si bien ya tiene el estilo definido, cree que el acto creativo siempre viene de algún estímulo, ya sea de imágenes acumuladas, vivencias, personas, sonidos, recuerdos, aromas; solo se precisa que tengan el poder suficiente como para mover la cabeza del creador en una determinada dirección. "Lo mío ya es innato. Cuando tomo el pincel, no pienso en los tonos que voy a mezclar, eso va fluyendo de una manera directa, intuitiva, natural, se va incendiando”, dice al referirse a su arte, que muestra un estilo fiel en cuanto a figuraciones, es innovador en las tonalidades, sicodélico y hasta irreverente si se quiere.
El color cobra una importancia fundamental en sus obras; es su fuente de inspiración. En este punto podríamos hacer historia y contar sobre el movimiento pictórico llamado Impresionismo, cuyo representante más conocido fue Claude Monet. Este buscaba hacer sentir al máximo la impresión que produce todo lo que nos rodea, evitando los tonos oscuros y los límites en los objetos. Había detrás toda una filosofía de lo momentáneo del clima y los movimientos intrínsecos de todo lo que tenemos alrededor. Otros movimientos que le siguieron, y que fueron muy importantes en el desarrollo del color en el arte fueron el Postimpresionismo, Fauvismo, Expresionismo, entre otros. Todos los movimientos pictóricos que existieron fueron una constante evolución de la percepción, distribución y uso del color. De todos los movimientos artísticos históricos, el Fauvismo es uno de los más arriesgados. En este, el pintor hace un uso provocativo del color, a veces un poco salvaje y contrastante.
Definitivamente, Ricardo Migliorisi es un artista que engalana con su arte muchos hogares y deja el nombre de Paraguay en alto cuando le toca exponer en el exterior. Hoy muestra, una vez más, su talento en las cerámicas. “Es una pintura amable, decorativa”, afirma al referirse a la muestra que continúa hasta fines de diciembre en Fábrica Galería de Arte.
Ricardo Migliorisi todavía tiene mucho que dar con su arte. Si bien está próximo a cumplir 50 años dentro de las expresiones artísticas, en sus venas fluyen la creatividad, la innovación, las ganas. “Es mi pasión”, dice. Cuenta que su vida cotidiana “es muy monótona”. Se levanta, desayuna, va al gimnasio, luego trabaja y llega a su casa “agotado”. “Ya no salgo con tanta frecuencia, pero trato de cumplir con los jóvenes que me piden entrevistas para tareas académicas o salir de jurado de algún evento”.
Disfruta lo que hace y se trasluce en sus propuestas. Despide un año satisfactorio y augura uno con más apoyo a los artistas desde el Estado, las entidades privadas, más trabajo por enaltecer el arte en Paraguay y continuar delineando figuras con colores vivos, “incendiarios”, como él mismo califica.
Fundación
Migliorisi tiene una fundación que lleva su nombre. Está constituida por diversas colecciones de arte reunidas de manera privada a lo largo de mucho tiempo y por un edificio apto para albergarlas y exponerlas al público. El programa se completa con tareas de preservación, difusión y promoción del arte a través de exposiciones temporales, conferencias, cursos y seminarios sobre arte. El museo, sede de la fundación y base de sus colecciones, se encuentra ubicado de manera contigua al Centro de Artes Visuales/Museo del Barro, un emprendimiento que ha logrado garantizar la continuidad en sus programas. Las colecciones que constituyen el acervo de este nuevo museo han sido integralmente donadas por el artista a la fundación con el objetivo de exponerlas al público local y a los visitantes extranjeros. Estas piezas constituyen un aporte de suma importancia para el patrimonio cultural del Paraguay y enriquecen la institucionalidad museal de nuestro país.
ndure@abc.com.py