Larga vida al celuloide

En el mundo hay una única compañía que sigue fabricando cintas para que los directores realicen sus películas en formatos de 16, 35 y 70 mm. Hace poco se firmó un acuerdo con seis grandes estudios de Hollywood para que el celuloide no muera. El cine, tal como lo conocíamos, seguirá existiendo.

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Para diciembre de este año, está previsto el estreno de una película a la que sucumbirán cientos de millones de fanáticos en todo el mundo: Star Wars, Episodio VII: The Force Awakens. Pero ¿qué peculiaridad tiene esto con el proyecto, ahora en manos de Disney y, por sobre todo, de J. J. Abrams, el director que se calzó el impulso de las sagas de las dos Star (primero Trek y, luego, Wars)? Que este y otros directores, hoy, están chochos de felicidad, descorchando algunas bebidas para celebrar que las películas que hagan se seguirán filmando con cintas. Es decir, básicamente, evitaron la muerte del celuloide.

Abrams abarca en su imaginario el hecho de que podrá hacer los tres próximos episodios de la Guerra de la Galaxias en filmes, ese mamotreto casi olvidado. La cinta que se revela y también –valga el juego de palabras– se rebela a la modernidad de lo digital. Para poner en contexto, hacer una película con cintas (esos rolletes gigantes que uno vincula directamente al cine) es muy caro, pero tiene una impecable calidad de imagen y sonidos que son básicamente la esencia del séptimo arte. Y están los que prefieren gastar más dinero en sus producciones que filmar en formato digital, que es más barato y, si bien no alcanza los estándares del filme, tampoco decepciona. Esto genera una brecha enorme entre los directores que, a nivel mundial, discuten qué es mejor: hacer lo que más les gusta grabando en rollo o en formato digital.

La única empresa que produce las cintas grabables en 16, 35 o 70 mm es Kodak, la cual logró salir de una bancarrota en los Estados Unidos y se recuperó en poco tiempo. Esta empresa, que sobresale por sus años en el ámbito de producir filmes, llegó a un acuerdo el pasado 4 de febrero con seis enormes estudios de Hollywood: 20th Century Fox, Walt Disney Co., Warner Bros Entertainment Inc., NBC Universal Inc., Paramount Pictures Corp. y Sony Pictures.

Noventa y seis por ciento

Esa fue la cifra de las ventas caídas de las películas desde el 2006, antes de anunciarse el acuerdo entre Kodak y estas seis grandes empresas. Básicamente, este acuerdo salva a la industria, para alegría de grandes directores como —aparte de Abrams— Quentin Tarantino, Christopher Nolan, Wes Anderson (nominado ahora a mejor película en los Óscar por The Grand Budapest Hotel, filmado en 35 mm).

Tarantino, un director de culto que este año debe estrenar The Hateful Eight —que se filma en 70 mm—, dijo el año pasado, en Cannes, que el cine, tal como lo conocía, había muerto. “Con el formato digital, como yo lo conocía, está muerto. Se convirtió en ver la televisión en público y si tengo una gran pantalla en casa, no veo por qué debería hacerlo”, manifestó en una entrevista a El País, de Madrid.

“El filme ha sido durante mucho tiempo, y seguirá siendo, una parte vital de nuestra cultura”, comentó Jeff Clarke, gerente ejecutivo de Kodak, de acuerdo a un comunicado de prensa enviado a esta revista. “Con el apoyo de estos grandes estudios, la comunidad creativa puede seguir eligiendo con seguridad y hacer sus películas en filmes”, señaló, por su parte, Andrew Evenski, presidente de Entretenimiento y Filmes Comerciales de Kodak.

Christopher Veronda, gerente de Comunicaciones de Kodak, accedió a una entrevista con ABC Revista tras la firma del acuerdo.

-¿Es más caro hacer películas en filme, especialmente en países en desarrollo y con una pequeña industria cinematográfica como el Paraguay?

-El costo puede ser más elevado en la fase de producción, pero las cintas proveen de ahorro en la posproducción y el proceso de edición. Entonces, en total son mucho más comparables de los que algunos pueden llegar a pensar al mirar los montos de producción. Y, por supuesto, como lo notan muchos directores, el filme provee de muchas ventajas artísticas y técnicas.

-¿Seguirá proveyendo Kodak a países de América del Sur? ¿Cómo es la recepción en esta parte del mundo?

-Muchas producciones de envergadura se siguen haciendo en América del Sur y en otras regiones. También, muchos países en Sudamérica siguen exhibiendo películas en este formato —con los proyectores— y varios directores creen que sigue derivando en una experiencia visual superior.

-¿Darían impulso o promocionarían el uso como algo tradicional, en comparación a la filmación digital?

-No necesitamos recomendarlo. Nuestros clientes son los que principalmente proponen el hecho de hacerlo en celuloide por sus características técnicas, artísticas y de archivo.

Una cuestión de gustos

Paz Encima rodó Hamaca Paraguaya en 35 mm, en el 2006. La cinta fue proyectada el pasado lunes en la Berlinale, el festival alemán que es uno de los íconos en Europa, nueve años después de su estreno. ABC Revista conversó con la directora paraguaya, quien defiende el uso de este medio en las películas, aunque adelantó que “por una cuestión de costos” grabará Ejercicios de la Memoria –su nuevo proyecto– en formato digital.

Encina cree que hacerlo en cinta podría convertirse en algo gourmet para el cine. “La verdad es que, hace un año y medio, hubo un congreso (de cine) acá (en Asunción), en el que hubo un conflicto cuando dije que el 35 (filme) iba a volver. Se presentía eso. Capaz se vuelva una delicatessen, algo más difícil de hacer. Creo que el hecho de que desaparezca el 35 mm es como que se pueda pintar al óleo y no en acuarela. Me parecía que no podía pasar. Hay gente que piensa todavía en la imagen como fundamento de lo que está contando, en la calidad de la imagen, en la textura que queda en 35 mm. Respeto mucho el digital; creo que es algo maravilloso que permite que se hagan muchas cosas. Ahora voy al digital, no porque quiera, sino por una cuestión de costos. Creo que el primero aporta como formato, como opción”, manifiesta la galardonada directora.

Así, con todo el popurrí de buenas noticias para los cinéfilos, el “tracatrá” de los proyectores de algunas salas de cine persistirá mientras haya cintas, como aquellas de Cinema Paradiso, que llevan atrás los años y las ilusiones de otros tiempos, porque la nostalgia siempre tiene un lugar en el presente.

jcalcena@abc.com.py 

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