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La bella Anselmita Heyn, Miss Paraguay de aquellos tiempos, bailó su vals de reina en los salones del elegante edificio. Escritos en los cajones de artísticos roperos y cómodas con mármol y cristal biselado perduran mensajes de amor de quienes vivieron su luna de miel en la romántica Villa.
Historias hay. Y recuerdos abundan. En su estadía por el Paraguay, la escritora sueca Ida Bäckmann (1867-1950) pasó interminables horas de apuntes en el Hotel del Lago. Vivió de cerca la revolución de 1908, encabezada por el coronel Albino Jara. Relató y publicó el episodio en Estocolmo con el título:
Las de Bäckmann iban fechadas desde el Hotel del Lago. Fotografiado de todos los ángulos posibles, el elegante edificio alcanzó amplia fama. Avisos publicitarios en revistas y diarios del Río de la Plata y diversas tarjetas postales difundieron en el mundo su acogedora fachada. De registrar en movimiento su imponente estructura se ocuparon las cámaras de célebres personajes.
"Nuestro objetivo es ofrecer al público la puesta en valor de este edificio y su memoria, y lograr compatibilizar la conservación del patrimonio con las necesidades de la vida moderna. Es por ello que decidimos convertirlo en un hotelmuseo, que ofrezca ambientación histórica sin privar al visitante de servicios contemporáneos como la buena cocina, acceso a Internet y paquetes turísticos con calidad internacional", avisa la museóloga Alejandra Peña.
El nuevo concepto que se presenta al público, desde la inauguración el próximo sábado 25 de noviembre, es de Museo-Hotel y Centro Cultural, siguiendo las pautas internacionales de los hotelesboutique de significación histórica.
Un viejo carumbé traído de Villarrica con su yegua, Tomasa, saldrá por las calles de la ciudad a pasear turistas. Arduo trabajo tuvo Alejandra Peña en realizar la investigación histórica y el programa de puesta en valor. Revisó las pinturas y encontró incontables capas, con las diversas tonalidades que lucieron las paredes a lo largo de su existencia.
ero a veces ese gusto no es aisladamente estético, sino que está unido a situaciones emocionales: el verde tirolés en los zócalos del lobby es una nostálgica referencia a la tierra alemana que se dejó atrás. Pero el rojo que pintó las puertas de la primera época bien podría referirse al color del partido político que nacía en las postrimerías del siglo XIX, y cuyo fundador, Bernardino Caballero, fue al mismo tiempo un invalorable apoyo para los primeros colonos alemanes. No será casual que las puertas coloradas se hayan cubierto de azul a principios del siglo XX, cuando el emblema liberal se apoderó del escenario político.
Fue Osvaldo Codas el que encabezó la intervención de la arquitectura y la ambientación. Camas torneadas, mesitas de luz, roperos con espejos de cristal biselado, tocadores con mesada de mármol, algunos importados y la mayoría fabricados en la carpintería de los Buttner, fueron restaurados para amoblar los cuartos como eran antes.
La recuperación del estilo victoriano de los jardines corrió por cuenta de los californianos Annie Wier y Ralph Mendoza. Cuatro meses demandó la conclusión de las obras que dio trabajo a un equipo compuesto por 55 obreros, entre albañiles, pintores, piseros, electricistas, carpinteros y herreros.
El gran patio en desnivel privilegia los árboles. El perímetro de cerca de 13.000 metros cuadrados es un pulmón cargado de lapachos, ybyra pytã, timbó. Suman más de 300 las especies nativas del Paraguay que fueron plantadas con la idea de recrear un jardín etnobotánico.
Acerca de la gastronomía, Osvaldo Codas adelanta que habrá platos únicos, diseñados por él mismo. "Tenemos dos espacios abiertos a la gastronomía, uno es el restaurante Urutaú, un salón cerrado, climatizado, donde serviremos platos a la carta, muy especiales. Algunas son recetas mías, porque aparte de diseñador de ropas yo soy un buen diseñador de comida. Capitalizando los viajes que hicimos con Alejandra alrededor del mundo, tengo una lasaña que se llama Baranasi, inspirada en esa ciudad de la India.
Vamos a incorporar las papas soufflé, asados de tira a la usanza del Río de la Plata. Ambos restaurantes van a tener lo que llamamos dieta saludable: O sea aquello que no se llama light, sino saludable, con jugos especiales en los que puede ser que la propiedad de la fruta sea laxante. Va haber un licuado a base de yerba mate que lo preparo yo, es totalmente energético. Va a ser innovador, nunca acá se tomó un trago largo con yerba mate como el que estoy preparando", tienta el empresario.
Renace el Hotel del Lago para que las nuevas generaciones lo visiten y puedan sentir en el alma las mismas emociones que aquellos huéspedes, de otras épocas. Porque la historia continúa...
Desarrollo turístico
Una de las actividades tendientes a atraer turistas fuera del verano es el curso de guaraní y español para extranjeros que se dará en el Hotel del Lago, desde marzo hasta noviembre. En cuanto a la inversión, el empresario de la moda no dio cifras, pero explicó que asciende a sumas importantes.
Es una inversión elevada. No me gusta hablar de números, porque el hecho de ser yo muy creativo y Alejandra museóloga, si se llegara a valorizar todo el esfuerzo profesional puesto, sería bastante superior, pero hemos puesto el corazón aquí. Lo hacemos porque confiamos que es importante devolver un patrimonio histórico al país y entonces solo valorizamos lo que se maneja por administración a nivel de construcción. Y que es bastante dinero. Pero, de todas maneras, el mayor valor acá es el trabajo profesional atrás de la puesta en valor del edificio, dice Codas.
Reveló además, que se llegó a un acuerdo de concesión con la familia Weiler, dueña del Hotel del Lago, para su explotación, con opción a compra, por diez años.
La Tigresa
Terminado el conflicto bélico, Hilda Ingenohl, su nombre verdadero, llegó a Sudamérica. Vino al Uruguay, invitada por su amiga Grete Goetsch,esposa del embajador alemán para el Uruguay y Paraguay. En el Río de la Plata contactó con intelectuales y gente del ambiente de la medicina, ejerciendo la dirección del Hospital Alemán de Rosario, Argentina. Luego visitó el Paraguay y se enamoró del Lago Ypacaraí. Compró 200 hectáreas de tierra en San Bernardino, a donde se trasladaba piloteando su avión. Pasaba largas temporadas cazando tigres, algunos de los cuales criaba como mascota, por eso le apodaron La Tigresa.
Cuando estalló la Guerra del Chaco se presentó como voluntaria y se hizo enfermera de la Cruz Roja Paraguaya. En San Bernardino formó una orquesta de música clásica, con jóvenes alumnos a quienes impartía clases. Sus conciertos se presentaban en el Hotel del Lago. Se relacionó con el maestro Florentín Giménez, a quien entregó numerosos instrumentos musicales. Hilda Ingenohl murió de cáncer en Bonn, a fines de 1953.
Colonia de alemanes
En 1880, el presidente de la República, Cándido Bareiro, recibió la solicitud de un grupo de alemanes deseosos de migrar al Paraguay. El Gobierno ofreció a cada familia una yunta de bueyes, semillas necesarias para la agricultura, terrenos para afincarse, pasaje de Buenos Aires a Asunción y seis meses de manutención. Un poco más tarde, siendo presidente el Gral. Bernardino Caballero, llegaron a Asunción cinco familias alemanas que sumaban en total diecisiete personas. Caballero cumplió la promesa empeñada por su antecesor y buscó tierras para establecer la nueva colonia. En principio, se adquiriría el campo de la familia López en Surubi-i, cerca de Limpio.
Pero al no haber acuerdo en el precio, el Gobierno encargó al señor Otoniel Peña la búsqueda de una solución. Peña salió en campaña hasta que encontró apropiado el paraje cercano al Lago Yapacaraí donde finalmente se fundó la colonia de inmigrantes alemanes, el 24 de agosto de 1881. El nombre de San Bernardino fue en agradecimiento de los colonos al apoyo brindado por el Gral. Bernardino Caballero.