En abril de 1852, el nuevo templo ya estaba concluido y fue bendecido el 4 de noviembre de ese año. Según un informe de la época, el edificio tenía tres naves, con un ancho de unos 10 metros por cerca de cuarenta de largo, con una puerta principal y dos laterales, además de varias ventanas hacia los corredores laterales. El primer cura de esta nueva parroquia fue el padre Pedro Juan Aponte, que años después se convertiría en obispo de la diócesis del Paraguay.
Como a principios del siglo XX, este templo amenazaba ruina, comenzó a pensarse en la idea de construir un nuevo templo, que se concretó, años después, con la edificación de uno con líneas pseudogóticas, cuya piedra fundamental fue colocada el 10 de agosto de 1915, con la asistencia del obispo diocesano, el presidente de la república, ministros y altas personalidades. Este nuevo templo fue bendecido el 10 de agosto de 1968.
Esquinas sin esquinas
El 4 de diciembre de 1887, la Municipalidad de la Capital promulgó una ordenanza en la que estableció la obligación de ochavar las esquinas de los edificios.
La ordenanza decía que todo propietario que tenga que edificar o reconstruir cualquier edificio en una de las bocacalles del municipio, deberá hacerlo redondeando u ochavando la esquina, de manera que la parte más saliente de ella diste, por lo menos, un metro del punto intercepcional de los dos frentes de la manzana.
Esta disposición era también aplicable a los edificios de altos. Las veredas debían ser construidas en armonía con los edificios.
En caso de infracciones a estas disposiciones municipales, se establecían penas de multa y arresto para los responsables, y demolición de la parte construida sin tener en cuenta la ordenanza.
Una por otra
La fecha 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción -fecha de la Virgen de Caacupé, patrona del Paraguay-, es feriado desde que fue establecido por una ley del Congreso Nacional, el 29 de mayo de 1913. En esa misma ocasión, fue derogado el feriado de Corpus Christi.