LA CANASTA MECÁNICA

MILLENNIALS.- Algunos padres se muestran preocupados por haberles dado todo a sus hijos y, hoy, esa nueva muchachada no se comporta de acuerdo a los cánones que sus progenitores esperaban ni cumplen las expectativas profesionales que depositaron en la prole.

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Se les llama millennials a gran parte de la generación que se está insertando en el mundo laboral. El grupo está integrado por quienes nacieron a principios de los años 80 del siglo pasado y son reconocidos como nativos digitales porque crecieron en medio del uso creciente de las nuevas tecnologías, internet, telefonía inteligente, redes sociales, el googleo, el whatsapeo, etc. Una característica importante es el gusto por la inmediatez, relacionada con la cultura de la imagen transmitida en tiempo real, lo que les lleva a una predilección algo zen por el aquí y ahora.

Los millennials no son egoístas, y abandonan sus zonas de confort para impulsar la nueva cultura de las cooperativas y la economía social. Su manera de ver y ubicarse en el mundo planteará transformaciones sorprendentes. Su visión del éxito no está muy atada al matrimonio y los hijos, porque se interesan en otras áreas de la experiencia humana, más allá del trabajo y la familia. Aprendieron a trabajar en equipo, y sacan provecho de compartir recursos y habilidades. Pusieron de moda el coworking, la posibilidad de trabajar en salas abiertas y sin separaciones que encajonan. El coworking permite que trabajen en conjunto departamentos distintos e incluso empresas diferentes. Comparten espacios e ideas. La creación es vital en la filosofía millennial. Fundan empresas de economía colaborativa que consideran que sus productos no están completos hasta que los clientes les hayan hecho llegar sus críticas y sugerencias.

Es inevitable el choque generacional entre esta nueva camada que se incorpora al ambiente laboral y jefes laboriosos, chapados a la antigua (casi siempre explotadores porque también fueron explotados), que siguen al pie de la letra la prohibición de dos cosas, básicamente: el descanso y el aburrimiento. Dos características identificadas con los millennials, quienes ven al trabajo como una de las tantas posibilidades que la vida puede brindar, son: defienden su derecho al descanso y renuncian cuando no sienten motivación o son objeto de maltrato, para encarar alguna actividad que les resulte más interesante.

Esta nueva generación tuvo una infancia demasiado protegida, porque el papá y la mamá se dedicaron a trabajar duro para proveerles objetos materiales sin mucha presencia en la vida de sus vástagos. Un estudio realizado por Simon Sinek, gurú de charlas motivacionales, dice que la crianza de “baja calidad” de padres ausentes y ocupados, sumada a los efectos negativos de la tecnología convirtieron a estos jóvenes de entre 18 y 33 años en un grupo depresivo. Según la investigación de Universum Global, en el 2020, los millennials representarán el 50 % de la fuerza laboral y tienen una visión muy distinta del lugar que ocupa el trabajo en sus vidas. Dice la encuesta que el promedio de duración máxima de los millennials en un puesto de trabajo es de dos años, porque no buscan hacer carrera en una empresa ni se interesan en estabilidad a largo plazo. Prefieren mayor libertad y flexibilidad que un puesto estable de trabajo agotador. Sea como fuere, las empresas se van a ver en figurillas y son las que tendrán que adaptarse para que la generación millennial alcance su máximo potencial.

carlafabri@abc.com.py

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