Juntos en la cocina

Los Benítez también llevan en las venas la pasión por la cocina. Todo comenzó con el patriarca, Benjamín Benítez, hace 22 años. Aquí, les contamos la historia.

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Toda una fiesta es reunir a los Benítez. Familia numerosa, con nietos de por medio que ya se preparan para seguir los pasos del abuelo, del padre. De impecable chaqueta blanca, los Benítez se reunieron con ABC Revista para rememorar los comienzos y de qué manera siguieron “los pasos de papá”.

Entre bromas sobre quién realmente cocina en la casa (él o su señora), don Benjamín cuenta que comenzó trabajando como mozo, luego pasó “a ser parrillero” y se desempeñó en este menester hasta que alguien le pidió “cocinar en su casa”. Aceptó el pedido, luego vino otro y otro, hasta que consolidó la empresa “Asados Benítez”, que hoy goza de fama internacional, ya que fue invitado por la Asociación Rural del Paraguay y la Cámara Paraguaya de Carne, junto a la Embajada paraguaya en Chile, al evento denominado Semana de la Carne Paraguaya, que se realizó en el Hotel Sheraton Santiago del país andino.

Orgulloso muestra los álbumes de fotos que corroboran las hazañas gastronómicas y en los que aparece con artistas y personalidades famosos. Algunas publicaciones en la prensa local y foránea con títulos como “El rey de la parrilla”. Es que don Benjamín y sus “retoños” son capaces de satisfacer a 5000 o más comensales, con buenos cortes de carne, ensaladas, picadas y otras delicias típicas, como sopa, chipa guasu, mbeju. “Cocinar con papá es cuidar la calidad”, coinciden los hijos, quienes también se fueron abriendo a otros rubros, como servicios de vajillería, organización de fiestas o marketing, aunque sin dejar la parrilla. “Es el mejor legado que les puedo dejar: un trabajo honesto, a base de mucha dedicación y constancia... Trabajamos de lunes a lunes, pues los domingos no hay descanso, porque es el día que más trabajo tenemos”, agrega don Benjamín.

Con su ejemplo fueron abriéndose camino. “Siempre vimos que se levantaba temprano. Recuerdo que desde niña nos movilizaba a todos; es el motor de la familia”, expresa Celia, la tercera hija y única mujer. El mayor es Osvaldo, le siguen Pedro, Eric y Juan Alberto. Los nietos: Mauricio (13), Gloria (6), Kiara (4), Gabriela (3), Santiago (11 meses), Sofía (11 meses) y Marcos (6 meses).

Para los Benítez, trabajar con papá supone un gran aprendizaje y ganas de superación. “Heredamos el amor hacia el trabajo, sin duda alguna... Su influencia fue muy alta a la hora de decidirnos”, coinciden los hermanos.

Admiran su disciplina y constancia. “Creo que cuando uno elige una carrera, un oficio o aquello que le va a servir como medio de subsistencia, a veces, no tiene muy claro el camino a seguir, pero al tener un papá exitoso es más fácil seguir sus mismos pasos”, asegura Celia y continúa: “Tuvimos la oportunidad de elegir nuestro camino; de hecho, si bien estamos con papá en todo lo que significa presentar una parrilla, también vemos nuestras habilidades y vamos armando un gran negocio familiar”.

Don Benjamín escucha atento y orgulloso. Tanto por sus logros como por sus hijos y nietos. “Poder representar al país mediante el trabajo no tiene igual... Comenzamos con un pequeño negocio, y hoy somos una empresa familiar sólida que damos trabajo a más de 214 compatriotas. Ser un ejemplo para los hijos tampoco tiene igual, pues es algo que emociona... Espero que mis nietos y nietas también sigan mis pasos”, dice sonriendo.

De hecho, para la producción, los chiquititos de la familia estaban con su delantal y posaron con gracia junto con el abuelo, el padre, el héroe de la casa. “Vamos creciendo. Los hijos aportan nuevas ideas, nuevos proyectos, le dan nuevos bríos a una empresa”, afirma un henchido padre.

Cuando se les pregunta en qué se parecen y se diferencian, responden que su padre es más pausado y quizá se deba a su experiencia. “Los años también enseñan a ser más pacientes; se aprende a esperar”, dice Celia.

Para todos los hermanos, la mayor ventaja —más que trabajar al lado de su papá— es la experiencia que obtuvieron de él. “Es como habernos ganado 20 o más años de vida laboral. Nos ayudó a conocer bien el oficio, tratar a la gente, elegir los productos, porque ese es el secreto en este negocio... La verdad, nos sentimos afortunados de tener un padre como él. Gracias a sus enseñanzas no tenemos límites en producción y esfuerzo. Somos, además, honestos por formación y convicción”.

Don Benjamín interrumpe y aporta. “De nada vale predicar sin cumplir. En casa, toda la vida van a existir normas de conducta a las que hay que ajustarse siempre, apuntando al crecimiento personal. Lo bueno es que sabemos compartir y, cuando nos juntamos todos, siempre hay un rico asado y mucha alegría”.

Y hoy, domingo 15, los Benítez, con seguridad, estarán dando lo mejor de sí en algún evento. Es que el asado es la excusa perfecta que reúne a las familias y amigos en distintos motivos, como cumpleaños, casamientos, aniversarios, actividades empresariales y el Día del Padre.

La profesión es así. En los días festivos, ellos trabajan... Bueno, trabajar es un decir, porque aman lo que hacen. “No hay nada mejor que disfrutar de lo que uno hace y, para nosotros, es un gusto. ¡Y claro que vamos a dejar un espacio para celebrar con papá y agradecerle todo lo que hizo por nosotros!”.

ndure@abc.com.py 

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