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Siempre tuvo la firme convicción de que con el canto podía sobresalir. Con el apoyo de sus padres, tomó la decisión de perfeccionar su voz fuera del país. Eligió la Universidad de Kansas de los Estados Unidos, en la que va sorteando desafíos, ganando templanza con carácter y armonía en sus entonaciones.
En una breve visita a nuestro país, y días antes de retornar a la universidad, habló desde su casa paterna. Recordó sus primeros pasos en la música, así como sus proyectos y su futuro.
Todo comenzó cuando era chiquita y, poco a poco, fue descubriendo que la música era un medio para expresar todo aquello que no puede decirse con palabras o no puede quedar en silencio.
“Cantar me llena de satisfacción. Poder sentir mi voz, ver la reacción de la gente e ir descubriendo que verdaderamente es una vocación me señala que voy por buen camino”, admite muy segura.
Bastante joven, pero con las ideas claras, quiere mostrar su música a todo el mundo. Magalí tiene definido lo que quiere hacer en su vida e intenta acercarse cada día a su objetivo final: el escenario. “Puedo definir mi música como el reflejo de mi alma; canto todas mis emociones. Elegí la lírica porque es la base de todas las modalidades. Una debe construirse con un cimiento fuerte, y el canto lírico es sólido para que la voz pueda ir desarrollándose. Mis primeros gustos se inclinaron hacia los acordes modernos, pero no podía acceder a una beca con este estilo, así que elegí la lírica y estoy muy contenta con los avances que estoy obteniendo. Poder expresarme con este tono me hace sentir muy segura”, confiesa.
Pese a su juventud, es consciente de que su voz está en constante cambio. Por eso intenta cantar repertorios que vayan acorde a su sonido, y trabaja a diario para tener una técnica sana y la expresión duradera. “Después de cultivar los sonidos, es decir, cuando la voz alcanza su potencial, una puede elegir qué estilo cantar. Las clases en la universidad me brindan todo lo que necesito para ir logrando mis metas”, afirma.
Por supuesto, como casi todo cantante, sueña con pisar los teatros más importantes del mundo y tener una carrera de éxito. Pero lo que le da fuerza y la hace sentir feliz es la satisfacción de ir mejorando cada día y disfrutar cada pasito de esta carrera.
Entre sus objetivos, además de convertirse en una cantante importante, está poder ejercer la enseñanza. “No descarto tampoco trabajar en producciones o grandes teatros. También quisiera experimentar la música terapéutica para poder ayudar a la gente que amo”.
Público limitado
Ahora que tuvo la oportunidad de salir al extranjero, dice que pudo constatar que el público de ópera es bastante exclusivo en nuestro país y también en otros puntos del planeta. “En líneas generales, creo que es un ambiente muy definido, ya que es un arte antiguo de mucha élite y larga tradición. A los jóvenes de ahora les deja con ganas de más, porque es un arte que requiere paciencia, mucha tranquilidad, y entrega total del intelecto y las emociones”.
Este panorama hace –según Chase– que el abanico de posibilidades para un joven cantante, que intenta buscarse la vida tanto en el país como en el extranjero, tenga como opción también la enseñanza, pues la estructura del canto lírico está bien organizada para que niños y jóvenes puedan aprenderla.
“En nuestro país hay un número importante de jóvenes estudiando canto lírico, quienes se preparan para grandes estrenos, como el reciente espectáculo Fausto, de Gounod, y otros, como Las zarzuelas”, dice.
Chase analiza su mundo desde su corta experiencia en la lírica: “Lo único que puedo decir es que, ya que tenemos la oportunidad de estudiar y trabajar con lo que es nuestra pasión, nunca se debe dejar de disfrutar ni perder la ilusión por sentir y hacer sentir a alguien... Cuando vayan a elegir una profesión, que sea aquella con la que se sientan plenos”.
Su deseo de subir a escenarios mundiales no es motivado por la mera popularidad o el dinero, sino que su pretensión es regalar a la gente un momento de felicidad y alegría. En otras palabras, comunicar y llegarles al corazón. “Disfrutar y hacer disfrutar”, expresa muy segura de sí.
Sobre los proyectos inmediatos que tiene entre manos se encuentra la prosecución de sus estudios. “Todavía me quedan unos años y es muy pronto para augurar sobre algún futuro, pero ciertamente voy a continuar buscando mi camino dentro de la música”, revela la entrevistada, quien también tiene en su haber lecciones de ejecución de instrumentos, como la guitarra y piano.
En su experiencia estudiantil fuera del país cosecha amistades de todas partes del mundo con diversas costumbres y maneras de pensar.
“Agradezco el apoyo de mis padres en este reto. Estudiar afuera te abre la mente en todo sentido y te amplían las posibilidades artísticas y laborales”, refiere.
En cuanto a sus gustos musicales, dice que admira al tenor, músico, escritor y productor Andrea Bocelli; Anna Netrebkona, cantante soprano ruso-austriaca, una de las más importantes sopranos líricas de su generación, con dotes de actriz, y a nuestra compatriota, la guitarrista clásica Berta Rojas. En fin, mientras transita su senda de arte y sonidos, Magalí Chase sueña con volverse una profesional del canto, con pisar escenarios mundiales, sentir la música y hacer sentir a su público.
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Fotos ABC Color/Gustavo Báez.