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Al pensar en un baile paraguayo viene a nuestra mente la polca, ya que se convirtió en una de las identidades paraguayas más reconocidas en el mundo. Una de las representaciones encargadas de hacer conocer nuestra cultura es el ballet folclórico Jeroky Paraguay, integrado por paraguayos que residen en Viena, Austria.
La historia es así. Cuando el matrimonio conformado por Roberto y Estrella Gubo llegó a Viena por motivos laborales no se imaginaba que, con el pasar de los años, formaría un ballet folclórico con repercusión y reconocimiento mundiales.
“Nuestra ida a Viena se debió a un contrato laboral, exclusivamente. En medio de estos compromisos, Estrella conformó un ballet con jóvenes paraguayas que residían en Viena y fue un éxito rotundo. No nos imaginábamos la repercusión que íbamos a tener pero; nuestra cultura y baile son muy apreciados en el exterior”, cuenta Roberto.
Estrella danza desde los tres años y lleva el arte en la sangre. En el 2011, año del Bicentenario de la independencia paraguaya, tuvieron una notoria participación y de ahí en más no se detuvieron. Al año siguiente viajaron por primera vez a Egipto; también estuvieron por Francia, Grecia, Italia, Suecia, Suiza, Alemania, Eslovenia, España, Estados Unidos, Francia, Hungría, Qatar, Rumania y el Vaticano.
“A través de las embajadas recorremos toda Europa y llevamos con orgullo nuestra cultura. Ser embajadores por el mundo representa, para todo el conjunto, una enorme satisfacción, y ser reconocidos como tales por la Secretaría Nacional de Turismo, mucho más. Este reconocimiento nos impulsa a seguir visibilizando y posicionando la cultura paraguaya por el mundo”, expresa Estrella.
Roberto nutre la entrevista y comenta que ya llevan recorriendo cuatro continentes. “Estuvimos en Qatar; por primera vez, el Centro Cultural de la ciudad invitó al Paraguay para la semana latinoamericana. Fuimos los primeros en llevar nuestra cultura a ese lado del continente”.
El historial de presentaciones excede los límites que imaginaron. En Europa son reconocidos y no hay evento diplomático, ferias turísticas o festivales en los que Jeroky Paraguay no esté presente, y por todo lo alto.
Los bellos trajes de ñandutí, los abanicos hechos con el mismo bordado, la danza de la botella, la polca kyre’y˜, los zapateos varoniles; la multiplicidad de ritmos, colores y expresiones hacen que las presentaciones tengan grandes acogidas. “Emociona ver la aceptación y valoración de nuestra cultura. Con nuestras presentaciones no solo buscamos posicionar el nombre del Paraguay, sino también que los jóvenes tomen la posta y sigan difundiendo la belleza de nuestra tierra, de nuestro sentir”, afirma Estrella.
Roberto agrega que es importante conservar y apoyar las iniciativas culturales, para seguir sosteniéndonos no solo como individuos, sino para preservar nuestra identidad. “La identidad es lo que nos diferencia de esa otra parte del mundo, que igualmente se preocupa y ocupa de sostener sus características que también les hacen únicos. Conservar y seguir desarrollando nuestra cultura es fundamental para nuestro crecimiento y conocimiento”, afirma.
Están felices de volver a pisar suelo paraguayo con la familia. “Siempre es una alegría y una caricia para el alma volver al país, pero también somos felices en Viena. Tenemos trabajo, nuestros hijos tienen una vida encaminada, y con el ballet Jeroky Paraguay fortalecemos nuestra cultura y los lazos con compatriotas que también, al igual que nosotros, están lejos de sus seres queridos”.
Nuevos desafíos esperan a la agrupación, para continuar consolidando la trayectoria a través del profesionalismo que logran en cada puesta. “La danza no es solamente baile, sino también una vida. Todos quienes conformamos el grupo ponemos cariño y dedicación en cada función. Nuestro fin tampoco es lucrar; muchas veces, solo pedimos que nos paguen el pasaje y la estadía. Abrigar y difundir la cultura paraguaya por el mundo no tiene precio”, coinciden.
Fotos: ABC Color/Silvio Rojas.