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El autor de Lo que queda del día, de 62 años, consideró un “honor magnífico” seguir los pasos de los más grandes autores de la literatura mundial. “Ishiguro reveló en novelas de una gran fuerza emocional el abismo bajo nuestro sentido ilusorio de conexión con el mundo”, indicó la secretaria de la Academia Sueca, Sara Danius, durante el anuncio en la Bolsa de Estocolmo, a principios de este mes.
El escritor, que recibirá nueve millones de coronas suecas (845.000 euros, unos G. 5661 millones), se declaró “atónito y halagado”. Según dijo, se encontraba en su despacho cuando su agente lo llamó para darle la noticia. “Creí que se trataba de una broma. Durante un buen rato no me lo creí”, explicó en una rueda de prensa improvisada en su casa, en Londres. “Es un honor magnífico, sobre todo, porque significa que estoy siguiendo las huellas de los mejores autores”, declaró a la BBC.
Considerada una “obra maestra” por la academia, Lo que queda del día (1989) –llevada al cine en 1993 por James Ivory y protagonizada por Anthony Hopkins y Emma Thompson–, ganó el prestigioso Man Booker Prize.
“Si mezclamos Jane Austen y Franz Kafka, conseguimos Kazuo Ishiguro, añadiendo un poco de Marcel Proust”, resumió Sara Danius.
Zen y flema
Nacido en 1954, en Nagasaki –ciudad mártir devastada por la bomba atómica en 1945–, Ishiguro viajó al Reino Unido con su familia cuando tenía cinco años y no volvió a visitar su país de origen hasta la edad adulta. Su obra refleja esta doble cultura.
Ahora tiene en mente colaborar en la narración de cómics. “Estoy hablando para trabajar en una novela gráfica, lo que es bastante excitante para mí, porque es algo nuevo y me devuelve a mi infancia japonesa, cuando leía mangas”, dijo a la prensa.
Combinando un lado zen con la flema británica, Ishiguro es un autor discreto que soñaba con ser cantante pop, y se le considera uno de los mejores literatos de su generación, pese a haber tenido que aprender inglés.
Sus dos primeras novelas, Pálida luz en las colinas (1982) y Un artista del mundo flotante (1986), transcurren en Nagasaki, pocos años después de la Segunda Guerra Mundial.
Ishiguro ha escrito siete novelas y, también, guiones para cine y televisión. En una entrevista, en 1989, con la revista Bomb Magazine, el escritor afirmó: “Me siento atraído por los períodos de la preguerra y posguerra, porque me interesa cómo los valores e ideales son sometidos a prueba”.
Sus obras recientes contienen numerosos elementos de fantasía.
Aclamada por la crítica, su relato distópico Nunca me abandones fue considerado la mejor novela del 2005 por la revista Time. Con esa obra introdujo un frío trasfondo de ciencia ficción en su obra, según el jurado del Nobel.
Inglés
El editor del nuevo Nobel de Literatura, Faber & Faber, escribió en Twitter tras el anuncio: “Estamos entusiasmados: ¡Kazuo Ishiguro ha ganado el Premio Nobel!”. Ishiguro sucede al cantautor Bob Dylan, cuyo galardón el año pasado emocionó y decepcionó a partes iguales. La decisión de este año era muy esperada por parte de la crítica, que no digirió la atribución del Nobel al músico.
Graduado en Filosofía y Literatura en la Universidad de Kent, él soñaba más bien con convertirse en un cantante pop (con letras poéticas), como Bob Dylan. “Incluso toqué la guitarra en los pasillos del metro parisino en 1975”, comentó al suplemento literario del diario Le Figaro, en el 2001.
Cada año, en febrero, la academia establece una lista de todas las candidaturas presentadas por las personalidades habilitadas (antiguos premiados, profesores, etc.) y, en mayo, la reduce a cinco nombres, que estudian durante el verano antes de decidirse.
Kazuo Ishiguro confirma el aplastante dominio de los autores de lengua inglesa en los Nobel de Literatura, con 29 premiados en total. Este galardón fue concedido, por primera vez, en 1901, al escritor francés Sully Prudhomme y desde entonces ha sido otorgado a 114 personas, mayoritariamente de sexo masculino –solo lo han recibido 14 mujeres– y de unos 65 años de edad en promedio (AFP).