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El deseo de exponer una situación real referente a la salud pública, que puede darse en cualquier país del tercer mundo, así como el éxito obtenido por las dos películas nacionales Libertad y 7 cajas, motivó a los realizadores Liliam y Rafael Gunsett, y al productor ejecutivo Miguel Zarza, de Aldea Visual, a embarcarse en un nuevo proyecto: el largometraje Hospital de pobres.
Protagonizada por Nelson Amarilla y Leyla Giménez Romero, el reparto está integrado por conocidos actores y actrices de nuestro medio, como Humberto Gulino, Diego Cheblis, Lourdes García, Alejandra Siquot, Laura Ferreira, Edgar Mora, Luis María Ferrer, Antonella Saldívar y muchos más, además de extras.
El proyecto se gestó al revés de lo que normalmente suele suceder cuando se encara este tipo de emprendimientos. “A uno le inspira un tema y se le ocurre preparar un guión”, revela Rafael y Liliam añade que el deseo de hacer la película es de hace tiempo.
Como ambos ya habían trabajado juntos como parte del equipo de producción en El toque del oboe y en otros cortos, un día decidieron que era el momento de hacer una película y se preguntaron: “¿Hacemos lo que ya tenemos o algo nuevo?”.
Y optaron por la segunda opción, más realizable, porque los otros guiones, tal vez más ambiciosos, implicaban mucho gasto de producción, ya que debían trasladarse a distintas locaciones y ciudades. Liliam indica que eligieron hacer una película en la que pudieran tener un ambiente más controlado. “Y qué mejor que uno cerrado como el de un hospital, que si bien tiene varios sets y dependencias internas, está en el mismo edificio”, refiere.
Decidieron filmar acerca de un hospital que mostrara nuestra realidad y desarrollar la historia dentro del antiguo Hospital de Clínicas, donde pudieran hacer todas las escenas: en los pasillos, consultorios, sala de internación, urgencias, quirófano, patio, etc., pero sin salir de allí. “Lo interesante de la historia es que no se refiere a un hospital en particular. Si bien tiene situaciones y nuestra forma de hablar, la historia es más general, más universal; se puede identificar con ella cualquier país, porque la realidad es igual en todas partes”, comenta Rafael.
Y en este hospital pobre, que recibe gente de escasos recursos, se desarrolla una historia específica pero ficticia, mas con una creciente expectativa, suspenso, drama, misterio, romance, dosis de terror sicológico, algún fenómeno paranormal, sobrenatural. “Queremos que a lo largo de la película el espectador se pregunte qué va a pasar y que todo al final confluya en una serie de situaciones sorprendentes, inesperadas o cosas inexplicables racionalmente, pero que se esclarecen después”, explica Liliam.
“Los propios actores, luego de leer el guión, como sus personajes fueron evolucionando, dijeron que les sorprendió el final, y estamos seguros de que lo mismo le sucederá al público”, señala Rafael. Y es que en esta historia lo que más sorprende es que no todos son lo que parecen ser. Aseguran que ese es el atractivo de la película. “Creemos que va a gustar, y el que la vio la va a recomendar por interesante, sin divulgar el final”, augura.
La película está hecha con recursos propios de los realizadores, que son suficientes para hacer una producción con calidad artística. “Tenemos equipos muy buenos desde el punto de vista técnico. Estamos trabajando en el formato de mayor calidad, que es full HD de 1920 x 1080; así como el concepto de la iluminación desde el punto de vista artístico, los encuadres, las tomas. Queremos que sea algo digno, con poco personal, pero con mucha voluntad”, resaltan.
Aseguran que el mayor capital que tiene este filme es el personal. “Queremos recalcar la entrega del equipo humano, tanto el técnico como el artístico; ellos están tan involucrados y entusiasmados como nosotros, están dando todo de sí, aun sabiendo que no van a obtener mucho económicamente, lo cual fue nuestro primer logro”, manifiestan.
Resaltan que es un riesgo muy grande que están asumiendo económicamente, ya que lo poco que tienen lo están invirtiendo en la película. “Por eso esperamos una buena respuesta del público y que con esto se corone todo el esfuerzo, tanto de los actores como del personal que nos acompaña”, desean.
Con esta creación, lo que más aspiran es que tenga continuidad en el tiempo, pues su sueño es poder continuar haciendo cine. “Hay una confianza en que el proyecto puede ser un éxito, tanto de público como de crítica. Los actores, hasta los de más experiencia, nos han comentado que el guión les ha resultado muy interesante y que están deseosos de que la gente pueda verla”, señalan.
El proyecto se desarrolló a un ritmo inusual en comparación con otros, ya que algunos duran años. El rodaje concluye en mayo y luego comenzarán a editar. Calculan que el filme tendrá una duración de, por lo menos, dos horas. “Nos gustaría estrenarlo en la segunda mitad del año o a partir del último trimestre. Va a ser todo un récord si logramos eso, y después poder desarrollar todos los otros proyectos que quedaron pendientes de hace años, más ambiciosos desde el punto de vista de producción”, indican.
Por eso instan al público a que no solo apueste por esta película, sino por el cine nacional en general. Que lo que comenzó con Libertad y siguió con 7 cajas, este despertar del interés del público paraguayo hacia la producción nacional, no decaiga y que vayan a ver tanto esta película como las de los demás colegas, para que la industria cinematográfica paraguaya se consolide. “Y podamos decir: ‘Nosotros también hacemos cine y de calidad’, porque Paraguay también existe en el contexto global de la producción cinematográfica”, declaran.
Aseguran que si el público acude a los cines, contribuirá a que las autoridades pongan atención a la producción cinematográfica y así se posibilite crear el Instituto Nacional de Cinematografía. “El Paraguay es el único país que no lo tiene”, afirman.
Liliam y Rafael exhortan a los empresarios a apoyar e invertir en el cine nacional, porque es una industria rentable. “Y así no solo contribuyen al desarrollo artístico y cultural del país, sino que también pueden obtener beneficios económicos”, concluyen.
Reparto
Con la asistencia de dirección de Víctor Cáceres y la de producción de Jenny Domínguez, el reparto de Hospital de pobres es una mezcla de actores y actrices noveles y conocidos. Leyla Giménez y Nelson Amarilla protagonizan el filme. Ambos fueron elegidos luego de un casting. Leyla asegura estar sorprendida de que la eligieran para el papel protagónico. “Interpreto a una chica que viene del interior, que lucha por sus objetivos”, dice.
Por su parte, Nelson Amarilla revela que su elección como protagonista también fue muy inesperada. “Soy Lucas, un médico residente, un poco inocente que llega a su primer trabajo, con grandes expectativas, pero que se encuentra con un montón de trabas”, comenta. Uno de los actores de soporte es Humberto Gulino, quien representa al director del hospital, Cristóbal Lira. “Mi personaje es muy duro, ya que es una persona que considera que este hospital es particular, suyo. Es el que hace y deshace”.
Diego Cheblis es el jefe de Cirugía. “Soy es el malo de la película. Mi rol es un desafío bastante fuerte”, refiere.
Lourdes García manifiesta que su papel es muy corto, pero muy intenso. “Soy la mamá de un muchacho que se accidenta en una moto, y que llega al hospital prácticamente ya muerto y al que nadie hace caso”, expresa.
Laura Ferreira es la jefa de enfermeras, con ese carácter y esa mala predisposición para la atención. “Es mi primera experiencia en largometraje y el regreso a mi trabajo de actriz; es como volver al primer amor”, indica.
mpalacios@abc.com.py