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El resultado de ese arrollador avance paraguayo fue la captura de importantes asentamientos bolivianos, como los fortines Ballivián y Guachalla, denominados así en homenaje de dos mandatarios que prestaron especial atención al Chaco, especialmente el último, quien dispuso el inicio de la entrada al Chaco, siguiendo el curso del río Pilcomayo.
Cuando estos cayeron, uno de los fortines fue rebautizado con el nombre de un heroico héroe de la contienda, el mayor Alberto Gardel, y al otro se le dio el nombre de un estadista, el primero en señalar el peligro de un arrebato de ese extenso territorio, advertencia que posibilitó el primer movimiento serio del Paraguay, para prepararse a defender el territorio que considera suyo: el Chaco boreal. Ese estadista fue el doctor Pedro Pablo Peña.
Fortín General José Eduvigis Díaz, denominado por los bolivianos Fortín Mariano Muñoz, en homenaje de un gobernante de ese país. Actualmente, este punto es uno de los más importantes del bajo Chaco.
Fortín Teniente Esteban Martínez. Este joven combatiente era sargento cuando participó de las acciones para retomar la laguna Pitiantuta, en poder de los bolivianos desde junio de 1932 y que fue la chispa que provocó la guerra. En aquella acción, jugándose su propia vida, trató de capturar un nido de ametralladora que hostigaba a su pelotón, pero descubierto en su intención, fue acribillado por una mortal ráfaga.
Su sacrificio no fue en vano, pues los bolivianos abandonaron la posición, que fue tomada por los paraguayos. Al día siguiente, la bandera tricolor flameaba nuevamente en el fortín Carlos Antonio López.
Ciudad de Mariscal Estigarribia. Es la denominación actual del antiguo fortín boliviano Camacho, que, luego de caer en poder del Ejército paraguayo, cambió primeramente de nombre por fortín Capitán César López de Filippis, para después denominarse con el nombre del victorioso conductor de la guerra, José Félix Estigarribia.
El capitán López de Filippis egresó de la Escuela Militar en 1929 y cayó heroicamente en la batalla frente al fortín Teniente Centeno, el 17 de noviembre de 1933.
Fortín Capitán Pablo Lagerenza. Estaba cursando sus estudios de Medicina en Montevideo, cuando estalló la guerra del Chaco. Fue uno de los tantos estudiantes universitarios que ofrecieron sus servicios al Ejército nacional. En vez de dedicarse a mitigar el dolor de heridos y enfermos, optó por combatir en pleno frente de batalla, actuando en numerosas acciones, como Corrales, Toledo, siguiendo hasta la zona preandina, con acciones en Huirapitindi, Santa Fe, Ingavi, Ravelo, Cataindi y Cambeiti, integrando el RI14 Cerro Corá, falleciendo heroicamente en Casa Grande. El antiguo fortín boliviano Ingavi lleva su nombre.
Fortín Mayor José Infante Rivarola. Oficial oriundo del barrio asunceno de Santísima Trinidad y egresado de la promoción de 1928 de la Escuela Militar. Como oficial de planta de dicha casa de estudios, integró el RI 6 Boquerón, comandando una de las compañías.
El mayor José Infante Rivarola participó de las batallas de Boquerón, Arce, Alihuatá, Saavedra, hasta Ballivián. En agosto de 1934 pasó a comandar el RI 20 Acayuasa, arremetiendo y embretando al adversario hasta las primeras estribaciones andinas. Lleva su nombre un fortín ubicado en nuestra línea de fronteras con Bolivia, antiguamente denominado Oruro.
Mendoza fue un joven suboficial del RI 14 Cerro Corá. Luego de participar en numerosas acciones cayó heroicamente el 17 de agosto de 1934, en combate cuerpo a cuerpo en el lugar denominado por los bolivianos 27 de Noviembre. Ese lugar posteriormente se denominó Gabino Mendoza.
Fortín Capitán Herminio Mendoza. Muy al norte, en un lugar donde trabajos de prospección petrolífera permitieron -en vez del oro negro- encontrar una inagotable fuente de agua dulce, que atraía a animales de diversos tipos y, consecuentemente, a cazadores furtivos. Allí se instaló una guarnición militar que fue denominada con el nombre de este oficial de la guerra del Chaco.
El capitán Herminio Mendoza era oriundo de Concepción y pertenecía al cuadro permanente del Ejército paraguayo, egresado en 1930 de la Escuela Militar. Integrante del RI 6 Boquerón, el teniente Mendoza (había sido ascendido pos mortem a capitán) actuó en numerosas acciones militares hasta casi el final de la guerra en que cayó con heroísmo.
Fortín Teniente Federico Delgado. Miembro de la marina paraguaya en la preguerra, combatió en el frente, cayendo mortalmente herido en combate en la zona del fortín Arce, en octubre de 1933.
Fortín Teniente Armando Espínola. Se llama así en homenaje a un estudiante universitario, oficial de reserva que murió heroicamente el 17 de febrero de 1933, en la batalla de Corrales.
Fortín Teniente Ramiro Espínola. Hermano del anterior, de apenas 17 años, cuando le sorprendió la muerte el 20 de marzo de 1934, en la Cañada Strongest. El lugar antiguamente llamado Garrapatal lleva su nombre.
Fortín Teniente Rogelio Santa Cruz. Oficial de reserva, fue gravemente herido en una escaramuza en la zona Algodonal, muriendo en el hospital del fortín López de Filippis (Mariscal Estigarribia), el 28 de agosto de 1934.
Estos nombres jalonan el territorio chaqueño. Hay otros, sin duda, pero para tener una idea de que, además de los puntos señalados en el mapa, significan el recuerdo de una patria agradecida a sus hombres que no hesitaron en brindar su sangre y su juventud en su defensa.