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Entre los principales atractivos de la colección se encuentran: el primer equipo de peachímetro que se utilizaba para tomar el pH de las sustancias del agua de los líquidos biológicos, aproximadamente, en el año 1910. También se podrá ver el primer delineascope, que se creó en 1930 y que ya se tenía en el país desde 1935, así como el primer aparato de electroencefalograma, de odontología y otras especialidades de la medicina.
Igualmente, están exhibidas las primeras camillas, los primeros portasueros, elementos quirúrgicos, escritorios; es decir, todos los objetos y muebles que formaron parte del hospital hasta su traslado a la ciudad de San Lorenzo, en el 2012. Las informaciones sobre la medicina paraguaya desde épocas remotas, pasando por la de los guaraníes, también pueden apreciarse, así como fotografías con datos biográficos y otros documentos acerca de la llegada de los primeros doctores ingleses al Paraguay. Asimismo, hay un apartado de la utilización de la medicina durante las guerras, y los instrumentales médicos con que se contaba en ese tiempo.
El Dr. Salvador Addario, docente de la Facultad de Medicina de la UNA, es el responsable de este emprendimiento. Pacientemente, el profesional fue rescatando los muebles y los objetos para restaurarlos. “Soy también carpintero”, cuenta durante el recorrido por las viejas salas IV y V. Con ese oficio, reconstruyó muchos de los elementos que recrean la historia de la medicina. Hasta los enseres de la cocina forman parte del cúmulo de objetos.
Los símbolos de lucha y solidaridad con los más necesitados también están en otro rincón del viejo edificio. Muchos recordarán la movilización del 24 de abril de 1986, en reclamo de mejoras salariales, por parte de los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud. El Gobierno dictatorial del general Alfredo Stroessner decidió reprimirla, pero, a pesar las detenciones y apremios físicos a sus dirigentes, la marcha no retrocedió. Todo lo contrario. Fue creciendo con el apoyo de estudiantes y miembros de otras organizaciones sociales y políticas, generando una protesta ciudadana sin precedentes, conocida como “El Clinicazo”.
Siguiendo con el relato que nos ocupa, la doctora Teresita González, coordinadora del museo, detalla que todavía conservan las fichas médicas con fotografías. “Son muchos elementos que nos transportan a los inicios de Clínicas y las diversas etapas por las que fue pasando. Otras reliquias son los informes de puño y letra de los médicos, libros y todo lo que pudiera testificar los 120 años que lleva la Facultad de Medicina y el Hospital de Clínicas como principal centro de formación de profesionales médicos. Todo esto y más pueden pasar a mirar y admirar en forma gratuita, de lunes a viernes, de 07:00 a 13:00”, invita la bioquímica.
La Galería de médicos, un trabajo minucioso del doctor Addario, muestra los nombres de todos los egresados de la Facultad de Medicina, desde el año 1903 hasta el 2012. También están los historiales que los médicos iban informando, así apareció un escrito que dice: “A esta altura se interrumpieron los trabajos por la guerra contra Bolivia”. “El doctor Addario, desde el año 1977, viene recabando datos, con miras a la creación de este museo. Con loable esfuerzo, comenzó recolectando y reparando objetos de la primera cátedra de Clínica Médica e inauguró un primer salón provisorio en el 2003”, cuenta la doctora González.
El traslado del hospital a su nueva sede de San Lorenzo ofreció la oportunidad de concretar el sueño largamente acariciado. Y con la ayuda de la Fundación Itaú, en alianza con la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción, se logró la creación de este importante museo con el que se pretende rescatar la historia de la medicina paraguaya desde sus inicios, pasando por críticos momentos y presentando a sus principales protagonistas, que ayudaron a construir este representativo lugar de luchas por mejores condiciones laborales y por mejor calidad de vida.
Son muchos objetos, muchas historias que recordar o aprender, de este nosocomio que, inicialmente, se llamó de Hospital de Caridad y fue inaugurado el 14 de octubre de 1877, siendo director el cirujano del ejército Pastor Candia, y los primeros médicos, los doctores Silvio Andreussi y Francisco Morra, quienes asistieron sin salario alguno a los pacientes.
Las memorias revelan, además, que la Sociedad de Beneficencia había gestionado la obtención de recursos económicos por parte del Tesoro Nacional, consistente en 86.000 pesos fuertes. Inició, igualmente, las gestiones para la recaudación de más fondos, logrando la donación —por parte de don Higinio Uriarte de una manzana— en el lugar conocido como Campos Elíseos, sitio donde comenzaría a construirse el nuevo Hospital de Caridad, posteriormente llamado Hospital de san Vicente de Paúl.
“El hospital se sostenía con actividades de la comisión, atendiendo aproximadamente a 30 pacientes internados por día y un promedio de 100 consultas mensuales, hasta que en 1880, con la llegada desde Buenos Aires al Hospital de Caridad de las hermanas Hijas de la Caridad de san Vicente de Paúl, quienes juntamente con las damas de la Sociedad de Beneficencia del Paraguay decidieron dotar al Hospital de Caridad de un edificio propio”, explica Addario.
La inauguración del hospital fue marcada para el 19 de julio de 1894, día de san Vicente de Paúl, en la que fueron padrinos principales, el expresidente de la República, general Patricio Escobar, y la señora Clara Queirolo de Bajac, titular de la Sociedad de Beneficencia. Nació así una fachada arquitectónica que permanecería en el inconsciente colectivo, como escenario de tantas jornadas de protestas, movilizaciones, actos y conmemoraciones, que a lo largo de la historia no solamente tuvieron que ver con la salud pública, sino también con la formación cívica y la construcción de la democracia.
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