Hedy González Frutos deja huellas

La actriz Hedy González Frutos se retira del Instituto Nacional de Bellas Artes, dejando una escuela de teatro de la que egresan jóvenes con título de licenciados. "Todo un logro y un orgullo para mí", confiesa. También anuncia que está en la búsqueda de un espectáculo único, con el cual pretende despedirse definitivamente de las tablas para dedicarse a la enseñanza. Aquí, pinceladas de una mujer tremendamente trabajadora.

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En el currículum vitae de Hedy destacan más de 40 actuaciones, entre ellas 4 unipersonales e infinidad de recitales, incluidas varias distinciones; y desde el año 1996, dirige su propia escuela de Expresión Teatral. Comenzó recitando, llegó a la actuación haciendo sonar su nombre, tanto a nivel nacional como internacional. Luego formó la escuela en el Instituto Nacional de Bellas Artes, de la cual hoy se siente orgullosa. "Probablemente sea una de las pocas, si no la única, escuelas con clases de yoga incluidas", dice. Pero su ciclo culminó y sale con la sensación del deber cumplido, y bien cumplido. "Fueron muchos años de trabajo y de poner toda la energía para llegar a la meta. Felizmente, el esfuerzo tuvo sus frutos. De las aulas salen jóvenes con títulos de licenciados. La actuación es una carrera de la que se puede vivir dignamente", asegura Hedy. La encontramos de punta en blanco en su casa. Lucía un modelo de Evangelista Ibarrola. El tono de pelo lo sigue manteniendo igual: cobrizo. Las uñas bien cuidadas y en los anulares llevaba importantes anillos de plata. Como los buenos vinos, Hedy mejora con el tiempo. "Cualquier señora de 60 está en plenas facultades, puede mantenerse activa mientras tenga amor, salud y un trabajo que le interesa". Su vida reúne todos esos ingredientes.

Pero sigamos contando sobre la vida profesional de esta polifacética actriz. En su etapa de formación eligió la poesía. Más tarde viajó a Buenos Aires donde de la mano de Blanca de la Vega, Alejandra Boero e Inda Ledesma dio sus primeras clases de declamación. Su inquieto espíritu hizo que aterrizara en Madrid, y siguiera estudiando con Nuria Spert y Strasberg. Aprendió todos los secretos de la actuación e hizo que la aplaudieran calurosamente en los distintos escenarios donde le tocó actuar. Verdaderos triunfos dan fe de su talento y trayectoria. La casa de Bernarda Alba, Ardiente paciencia, Doña Ramona, por citar algunas obras. Hoy expresa, segura, que su carrera prefiere dejarla de lado para dedicarse estrictamente a la docencia. "Ya quiero retirarme, y estoy en la búsqueda de una obra maravillosa, única, como broche de oro a todos mis años dedicados a la actuación", sostiene.


-Usted es actriz, ¿cómo se define?

-Mi meta como actriz siempre fue llegar al público, comunicarme con él, mantener el interés vivo hasta el final de la obra. Cuando elijo una obra busco que tenga un contenido y actualidad potencial. Busco argumentos que me apasionen, me enamoro de mis personajes y procuro asumir sus sentimientos. Modestamente, creo que mi actuación tiene buena calidad.
-Se la ve bien...

-Me siento bien y, sobre todo, me encanta la idea de poder dedicarme a la enseñanza y formar buenos actores, algo que verdaderamente es esencial en mi vida.

-¿Recuerda la primera vez que actuó en público?

-Estaba muy nerviosa, me sentía inquieta, perdida; todavía no dominaba mi cuerpo en el espacio, y el Municipal me resultaba grande.

-Cuando actúa, qué trabaja más ¿la cabeza o el corazón?

-Es difícil contestar. Hay obras en las que hay que ser más frío y actuar con la cabeza. Hay otras románticas, que deben interpretarse con el corazón.

-¿Hay escritores cuyas obras prefiere?

-Prefiero a Federico García Lorca, tanto en poesía como en teatro, pero de todas formas, siempre pongo el mismo entusiasmo a cada papel, a cada obra.

-¿Qué la llevó a aceptar "recomponer" la escuela de teatro de Bellas Artes?

-Suponía un gran reto, pero me propuse desafiarlo y salir adelante. Hoy la escuela cuenta con excelentes profesores, de donde salen excelentes alumnos y, probablemente, como ya te decía, es una de las más completas a nivel sudamericano.

-Sale dejando huellas.

-Eso el tiempo lo dirá. Pero cada día que estuve ahí, puse todo de mí.

Señas

* Nació en Asunción. Su padre, José Vicente González, se dedicó a la publicidad hasta que murió trágicamente, pasando a hacerse cargo su madre, Eva Frutos.


* Tuvo maestros de la categoría de Blanca de la Vega, Alejandra Boero, Inda Ledesma, Nuria Spert y Strasberg.


* 1969 fue el año de su primera aparición sobre un escenario, en el Teatro Municipal, con la obra "Doña Rosita la soltera" de Federico García Lorca.


* Actuó en los mejores escenarios, como el teatro municipal de Puerto Mont, Chile. También lo hizo en el Ouro Preto, en Brasil; en la Facultad de Medicina, en Montevideo-Uruguay.


* "La vida que te di", de Pirandello, fue la última interpretación que realizó, y fue en el 2003.


* Está buscando una gran obra para decirle adiós a la actuación. ¿De qué características? Por ahora, top-secret.
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