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El periodismo fue su primer amor –no en vano lo consideraba “el mejor oficio del mundo”– y un oficio por el que Gabriel García Márquez sentía auténtica devoción. “Aunque lo suyo era llegar a ser un buen cuentista (y lo fue), nunca dejó de tener amor y devoción por el periodismo”, recuerda el periodista y biógrafo estadounidense Jon Lee Anderson.
El oficio de periodista está en la base de una de las trayectorias más brillantes de la literatura latinoamericana: más de cuatro décadas de carrera, de reportero a columnista, que para el colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura en 1982, pesaban más que sus hitos literarios.
“No quiero que se me recuerde por Cien años de soledad ni por el Premio Nobel, sino por el periódico. Nací periodista y hoy me siento más reportero que nunca. Lo llevo en la sangre, me tira”, aseguraba el escritor colombiano poco después de recibir el máximo galardón de las letras y célebre desde que, en 1967, publicó la novela que revolucionó la literatura latinoamericana.
NETFLIX NOS LLEVARÁ, DE NUEVO, A MACONDO
A García Márquez le debemos la creación de Macondo, del que el escritor decía que “no es tanto un lugar como un estado de ánimo”. No en vano el pueblo ficticio que el colombiano hizo célebre en sus novelas ha trascendido su obra y acabado por ser el hogar de todo aquel que ame la literatura.
Aunque Gabo quisiera ser recordado más como periodista que como el gran nombre de la literatura que es, lo cierto es que la trascendencia de Cien años de soledad es tal que hasta la plataforma Netflix ha conseguido los derechos para realizar una adaptación de la novela, más de medio siglo después de su publicación.
Cinco años después de su fallecimiento, el 17 de abril de 2014, la productora ha anunciado que nos llevará de nuevo a Macondo. “Esto es real. Esto es mágico. Esto es Cien años de soledad”, anunciaron a través de su perfil en la red social Twitter.
La serie, de la que los dos hijos de García Márquez serán productores ejecutivos, es la primera adaptación de la novela; se rodará en Colombia y en español, como habría sido el deseo del escritor, quien siempre fue reticente a una versión cinematográfica de su novela, temeroso de que no se respetara la esencia de esta.
La vida personal del escritor también será llevada a la pantalla, de la mano del productor danés Niels Juul, quien –según anunció a Efe a finales del 2018– ya ha contactado con la familia y busca capital para adaptar el libro La maestra y el Nobel, de la periodista colombiana Beatriz Praga, en el que cuenta la relación entre García Márquez y Rosa Helena Fergusson Gómez.
FIGURA CLAVE DEL REALISMO MÁGICO
Gabriel García Márquez, hijo de Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez Iguarán, nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, en pleno Caribe colombiano, y llegó a la literatura en 1947 con el cuento La tercera resignación y, poco después, inició su carrera como periodista en El Universal de Cartagena.
A su infancia, familia y origen –inspiración para Macondo– volvería en muchas ocasiones a través de su vasta obra literaria, en la que, además de Cien años de soledad, se destacan otros clásicos como El amor en los tiempos del cólera, El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca o Crónica de una muerte anunciada.
Figura clave del realismo mágico, García Márquez aseguraba que en sus novelas no hay “una línea que no esté basada en la realidad” y, sobre su estilo, que en cada libro tomaba un camino diferente. “Uno no elige el estilo. (…) El estilo está determinado por el tema, por el ánimo del momento. (…) Respondo solamente a nuestro estilo de vida, la vida del Caribe”.
Con Cien años de soledad, en 1967, consiguió un éxito tal que Pablo Neruda escribió que era “la mayor revelación en lengua española desde el Don Quijote de Cervantes” y, sin duda, la obra es una de las cumbres de la literatura en español desde su célebre inicio: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en la que su padre lo llevó a conocer el hielo”.
Introducía así a la familia Buendía y a Macondo, inseparables de la obra del escritor colombiano, quien en 1982 se consagró definitivamente al ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura, noticia que recibió en México, donde fallecería el 17 de abril de 2014.
COLOMBIANO ILUSTRE
Fiel a su pasión por el periodismo, el escritor creó en 1995 la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), con el fin de trabajar por la excelencia del periodismo, y contribuir a la democracia y desarrollo de los países latinoamericanos.
García Márquez cautivó a millones de lectores en todo el mundo, así como a intelectuales y políticos; célebre fue su amistad con autores como Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa (con el que no acabaría muy bien parado), o su cercana relación con Fidel Castro y su compromiso con la causa cubana.
Nunca dudó en posicionarse políticamente y consideraba el socialismo como la mejor opción para América Latina. “Sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, es la buena solución para América Latina y hay que tener una militancia más activa”, afirmó García Márquez, aunque años después, al ser preguntado por sus filias políticas, negó rotundamente ser comunista.
El escritor estuvo presente en todas las conversaciones de paz para tratar de poner fin al conflicto de su país, Colombia. “Llevo conspirando por la paz en Colombia casi desde que nací”.
Tras su fallecimiento, el presidente de Colombia en aquel momento, Juan Manuel Santos, señaló que García Márquez fue “el colombiano que, en toda la historia del país, más lejos y más alto ha llevado el nombre de la patria”.
Por EFE/REPORTAJES