Fuerza natural

Monday, el río que alimenta y da nombre a uno de los saltos naturales más espectaculares del Paraguay, es referencia turística en la zona del Alto Paraná. Con un entorno más amigable para su disfrute y safari fotográfico, presenta novedades, como un ascensor para llegar casi al lecho de la gran caída de agua.

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El sonido de la caída del Salto del Monday se asemeja a una lluvia fuerte que crece en intensidad a medida que uno se acerca al majestuoso espectáculo natural, y al que se llega luego de transitar por una pasarela rodeada de pasto y flanqueada por árboles.

La ciudad de Presidente Franco, en el departamento de Alto Paraná, aloja a esta caída de agua alimentada por el río Monday (traducido de manera literal como agua que roba, aunque hay otras explicaciones).

Esta catarata se conforma por tres principales caídas de agua, de unos 40m de altura, y está rodeada de otras más pequeñas que complementan el paisaje. En su entorno se realizan, además de safaris fotográficos inolvidables, otras actividades de ecoturismo, como el arborismo o la tirolesa.

Aunque su caudal es variable según la temporada de lluvia, en la actualidad, se encuentra en su punto máximo. Debido a esto son poco perceptibles a simple vista las rocas basálticas que rodean y dan curso a los saltos, que, dependiendo de la hora del día, expelen una bruma que refracta con los destellos del sol y conforman diversos arcoíris, lo que agrega más magia al entorno.

Explotación

La explotación del lugar está a cargo de Aqua Park desde el 2011 y cuya concesión se encuentra en plena revisión actualmente. Sin embargo, la empresa ha realizado algunas reformas, como la colocación de bancos, el mejoramiento de camineros, una cantina y la novedad más llamativa: el ascensor que conduce prácticamente al lecho de la caída. A este se llega y accede luego de caminar por la ampliada pasarela.

El ascensor es de metal, con uno de sus lados traslúcido, que deja observar el recorrido panorámico de 40 m hasta abajo. El tamaño de uno de los medios de descenso más altos de la zona (el de las Cataratas del Yguazú tiene 25 m) da la sensación de estar flotando sobre la bruma, y da tiempo para tomar y tomarse fotografías desde un ángulo que muy pocas veces se ha podido ver hasta hoy.

El ascensor desciende a una pasarela inferior desde la cual se siente la sensación de que toda esa agua caerá sobre uno mismo. Pero siguiendo las normas de seguridad y respetando los límites impuestos, no se presentan mayores inconvenientes.

Entre las rocas crecen –como un capricho– árboles, arbustos y pastos de gran porte. Así también, se deja ver parte de la fauna circundante, como lagartos, aves y algunos que otros peces.

Los baqueanos del lugar prueban suerte con sus liñadas aguas abajo, los más intrépidos hacen arborismo y se toman selfies en la tirolesa.

Texto y fotos mescurra@abc.com.py

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