¿Existe el verdadero amor?

Nadie duda del sentimiento puro y verdadero de una madre hacia su hijo, de la verdad que encierra este sentir... ¿Y en el amor de pareja? ¿Es cierto eso de que el amor solo dura dos años? ¿Existe todavía el verdadero amor? Responde la sicóloga Gabriela Casco.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2059

Cargando...

La industria cultural y, sobre todo, las películas hollywoodienses ofrecen constantemente historias de amor cargadas de personajes idealizados y tramas mitificadas que hacen creer que solo a través del amor verdadero es posible alcanzar la felicidad plena, la armonía y la abundancia. Pero, realmente, ¿existe ese amor verdadero, eterno y maravilloso, o es solo un ideal?

Gabriela Casco dice que si se realiza esa pregunta es porque se cuestiona la existencia del romanticismo de épocas pasadas, en las que el hombre era protagonista activo y la mujer pasiva, quien recibía todas las glorias. “Pero este amor romántico dista diametralmente del amor verdadero, aunque lo acompaña en sus primeras etapas, pero son significados diferentes”, expresa la sicóloga.

Para Casco, el amor posmoderno tiene nuevas reglas y esto es percibido a razón de la velocidad de los cambios culturales y por su interconexión con la realidad social, la igualdad de género y los valores. Dice que los cambios que se perciben hoy, más bien, surgen en principio con la caída de la ley patriarcal represiva, mediante la desarticulación del “amor romántico” del “machismo” o del hombre conquistador, quien desplazado por el “amor libre”, en el que (raras veces, pero posible también) la mujer propone, elige y decide con quien estar; la pareja cede ante las nuevas formas de relaciones afectivas, que se acomodan al contexto cultural, libre de represión y prejuicios con respecto al matrimonio, la maternidad y la configuración familiar tradicional. “Las formas como se viven el amor y la sexualidad son construcciones históricas y, por tanto, cambiantes de acuerdo al contexto de cada época. El infinito y misterioso afecto del amor merece una revisión y actualización en la era de la fugacidad, para descubrir si aún existe el amor verdadero y entender lo que significa esto realmente, pero para cada uno independientemente de la época y el contexto en los que vivamos”.

-¿Por qué en la actualidad lo que entendemos por amor se vive y piensa de una forma diferente?

-En la actualidad, los nuevos paradigmas favorecen la transformación de la pareja del siglo XXI; nuevas prácticas sexuales, simetría en cuanto a los roles de género, cambio en los ideales, normas y costumbres cotidianas en cuanto a la forma de vivir en pareja, y todo esto presenta el renovado imaginario social actual, muy distante de la época victoriana en la que Freud identificó la importancia de la moral sobre la sexualidad y las neurosis. Hoy, con el desborde pulsional ligado a la saturación del deseo y la “anorexia sexual” de muchas parejas, por otro lado, la carencia de represión y el goce desconectado del amor engendra la estructura de parejas que se diferencian de las tradicionales.

-Otras formas de unión.

-Junto con la pareja tradicional, hoy, conviven otras formas de unión: parejas en convivencia, “amistades coloridas”, parejas homosexuales, parejas virtuales, a distancia, entre otras. La exaltación del individualismo, hedonismo y narcisismo personal crea, paradójicamente, sujetos vacíos, llenos de incertidumbres con, prácticamente, nada para dar, pero mucho que exigir. Así, el amor se vive de una forma muy distinta a lo que conocíamos y, en algunos casos, nos cuestionamos si es amor verdadero o pasajero. Claro, ese veredicto depende de la vivencia de cada uno y no de los prejuicios sociales, culturales o religiosos.

-¿Es posible mantener el mismo nivel de amor hacia la pareja con el paso de los años?

-Es posible, pero primero debemos entender que en todas las épocas y dimensiones humanas cualquier persona que se haya enamorado y amado a otra persona pasa por la etapa del enamoramiento; este termina, pero si sigue sintiendo dependencia emocional, celos, y un fuerte vínculo que hace que quiera cuidar y proteger a su pareja, son señales de que ha surgido el amor después del enamoramiento. Estas sensaciones no son solo condicionantes del “amor romántico” o de la etapa del enamoramiento, sino que es un afecto universal que permanece después de esta etapa. Este deseo de “poseer” y proteger a la persona es el mismo que sentimos las madres con nuestros hijos; es un amor verdadero, que lo queremos cuidar y necesitamos cuidarlo. Para la antropóloga Helen Fisher, “en los humanos, el atractivo con base sexual evolucionó hacia el amor romántico o pasional; una forma de lazo o unión que, en perspectiva evolutiva, tiende a asegurar la estabilidad de la pareja para garantizar el cuidado paternal de la prole”. Además, la oxitocina y vasopresina contribuyen a mantener de por vida la fidelidad sexual de la pareja.

-¿Queda algo cuando apartamos el sexo?

-Saber tolerar el proceso evolutivo que conlleva una relación, en la que también la actividad sexual merma por etapas (maternidad, puerperio) y, en su momento, con la edad, es entender que el amor puede tomar parte de cada contexto para unirlo en sus mejores valores, adoptar un camino personal, con la sabiduría del “saber hacer” para poder ser una pareja consistente, en la que el amor surja del encuentro de dos almas y dos cuerpos, sin divisiones ni condicionamientos físicos, emocionales ni hormonales; más bien, puro y esencial. Ese es el camino para encontrar el amor verdadero, que existe y todos tenemos el privilegio de poder encontrarlo, pulirlo y cuidarlo para toda la vida, si podemos arribar al amor verdadero, que es el resultado del pasaje por etapas no tan buenas, pero de profundo crecimiento y, por sobre todo, conocimiento personal.

-¿Hay claves para mantener el amor verdadero?

-Para que una relación funcione, tenemos que apoyar el desarrollo individual, asumiendo la vida y el mundo interior de cada uno, agradeciendo y aceptando de corazón y madurez ese segundo plano que somos para el otro, ya que en primer lugar debe encontrarse la esencia personal y el amor a uno mismo, lejos del egocentrismo, sino como un potencial para crecer de a dos. Dar lugar a las dos personalidades de una pareja es justo y necesario para que cada una de ellas tenga su espacio. Compartir gustos, sin que esto sea un mandato de coincidir en “todo”, ya que cada ser humano es dueño de su individualidad.

-¿La medida ideal?

-Es la convergencia sana del estilo que propicie más momentos de felicidad que de ansiedad. Encontrar un acuerdo sin demasiados restos sintomáticos es dejar de buscar reglas que midan la felicidad y encontrar esa dimensión en el interior de uno mismo, pero en pareja. La propuesta es elegir a una persona libre de variables contextuales, lejos del romanticismo, con la conciencia de que “nadie rescata a nadie” y que la relación no es una terapia, sino un amor consistente, compañía. Lejos de limitar el crecimiento, eliminando la idea de que “el otro es todo para uno y que uno completa al otro”.

-¿Qué se debe hacer para superar la etapa del fugaz enamoramiento?

-Aquellos que pueden superar la etapa del enamoramiento es porque pudieron incorporar a las cualidades positivas del amado aquellas características negativas que, anteriormente, se obviaban y sobrevivieron al desencanto. Entender que ya no es la persona “perfecta”, que el amor ya no es “ciego” es la primera forma de superar el enamoramiento para llegar a la estabilidad.

-¿Se ama por necesidad o hay un amor pleno y generoso que lo entrega todo sin obtener nada a cambio?

-La pareja concertada en el amor maduro, ligado al amor filial, exige que cada uno se pregunte “¿cómo vamos a hacerlo?”, de forma práctica y concreta, aterrizando ese amor idealizado, instintivo, fugaz e inconsistente del enamoramiento a una realidad en la que existe una percepción verdadera de la vida, especialmente en el mundo tan difícil en el que vivimos hoy en día, en el que como nunca antes en la historia del ser humano, este se encuentra con tantas formas de desarrollar su personalidad y felicidad más allá de la pareja o familia, disfrutando de su particularidad (que, cierto, a veces se confunde con individualismo, egocentrismo, egoísmo), su identidad pública y privada, y el hecho de compartir, ceder y relegarlo por la familia es un verdadero acto de amor hoy en día, porque para tener familia hay que relegar mucho en la vida; es un acto de altruismo total.

-En resumen...

-No idealizar demasiado, no pasar la vida buscando el “verdadero amor”, es decir, aquello que les haga sentir el “enamoramiento”, el “romance” todo el tiempo. La pasión que se confunde con amor verdadero lleva al fracaso en lograr una estabilidad. La verdad es que el amor verdadero recién empieza cuando estamos “sobrios” y desintoxicados de neurotransmisores con los cuales nos quedamos embelezados en la etapa del enamoramiento. Al finalizar esta etapa, podemos hablar de amor maduro, es decir, verdadero, ya que pasa a configurarse a través de un contexto más espiritual, trascendente al cuerpo y la imagen, a los sentidos y las urgencias.

Producción y estilismo: Sachiko Tanaka. Modelos: Alexandra Dávalos (para ON Management) Luis Carlos Bogarín. Las prendas: Ohana y Springfield. Maquillaje y peinado: Cinthia Benega, para Estudio de maquillaje Caro Benítez.

ndure@abc.com.py 

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...