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Primero fue la alta costura, antes de que comenzara el nuevo siglo, y luego, en el 2012, el prêt à porter; desde entonces, Paco Rabanne se alejó de la moda, pero no del recuerdo. Siempre presente, el diseñador Premio Nacional de Diseño de Moda 2010 llenó las pasarelas de vanguardia, tanto que hoy continúa de plena actualidad.
Jane Fonda en Barbarella (1968) y Audrey Hepburn en Dos en la carretera (1967) supieron cómo sacar el máximo partido a los diseños de un hombre polifacético que también se dedicó a la pintura y escultura, y publicó varios libros.
“En los 60, cuando el hombre miraba al espacio, todo lo que suponía salir de la cota terrestre era un elemento inspirador; lo fue en la moda y la cultura”, explica Eloy Martínez de la Pera, comisario de la exposición Telva Tributo, que se exhibe en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (España).
En un momento en el que no se ponían límites a la creatividad, Paco Rabanne (Pasajes, Guipúzcoa, 1934) empezó a trabajar con productos surgidos de la “posrevolución industrial, como acetatos y aluminios”.
El comisario comenta que el “futurismo” estaba ya presente. “Soñar con lo que puede haber más allá era un sentimiento que la sociedad estaba viviendo, y Rabanne fue un intérprete de esos sueños”, apunta. No en vano el diseñador español aseveró en una ocasión que la moda era “un momento de la civilización”.
En la exposición se juega con las yuxtaposiciones, en las que las propuestas de épocas pasadas comparten espacio con los nuevos diseños del actual directivo de la firma, Julien Dossena, mostrando así la visión progresista de Rabanne; una excelente manera de contemplar la evolución en las formas “que a día de hoy siguen siendo absolutamente vanguardistas”, advierte Martínez de la Pera.
El comisario asegura que Rabanne se adelantó “de una manera expresiva a lo que el futuro nos ha ido dando”, y añade que la muestra es una oportunidad para conocer “cómo hemos sido como sociedad y cómo hemos hecho de la moda un elemento de la cultura”.
Por primera vez se pueden contemplar piezas emblemáticas que se hallan en el imaginario colectivo de la moda, como el vestido de placas de aluminio que lució la modelo y actriz Françoise Hardy. Tampoco nadie puede olvidar el vestido de malla que Jane Birkin se enfundó en los 70; un estilismo con el que se fotografió con un traje idéntico junto con su pareja, el actor Serge Gainsbourg.
Martínez de la Pera subraya que el guipuzcoano retomó el concepto de mujer de Mariano Fortuny (1838-1874) con diseños dirigidos a mujeres de “fuerte personalidad, con capacidad de no tener límites a su presencia social, muy creativas”; características que se funden en las millennials de hoy que lucen los diseños actuales, “saben que las hacen diferentes” y no las identifican con ninguna tribu urbana.
Eloy Martínez de la Pera señala que el hecho de que Rabanne fuera estudiante de Arquitectura marcó “enormemente” su creatividad y considera que su legado está a salvo con Julien Dossena, el actual director creativo de la firma Paco Rabanne, del Grupo Puig.
“Ha sabido encontrar el ADN y la inspiración” para crear colecciones que cautivan a las nuevas generaciones, que han encontrado en él “a un nuevo Paco Rabanne que revitaliza sin perder la esencia de la marca”.
EFE/Reportajes