Espectáculo efímero

Es un espectáculo natural muy pocas veces visto en el año. Pasa casi desapercibido y puede avistarse desde el puente Costa Cavalcanti, que une Ciudad del Este con Hernandarias. Se trata del salto del Acaray, que aparece en las épocas de intensa lluvia.

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El salto del Acaray fue, en su momento, un espectáculo natural permanente. Sin embargo, con la construcción de la represa que lleva el mismo nombre y que está a cargo de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), el gran caudal de agua se secó, y en su lugar solo se ven piedras y tierra roja, la mayor parte del año.

Recientemente, con las intensas lluvias, el reservorio de agua llegó a su límite y las compuertas de la generadora de energía eléctrica se abrieron para dar lugar a la reaparición del salto.

Este espectáculo natural puede ser visto en estos días desde el puente Costa Cavalcanti, erigido en la supercarretera que une Ciudad del Este con Hernandarias, departamento de Alto Paraná.

Según el Ing. Alberto Álvarez, jefe de la división de Mantenimiento de Transmisión de la Gerencia Técnica, la suerte del salto depende de la cantidad de agua que haya en los embalses superiores al lugar en el que aparece este espectáculo natural.

“(El cauce) recibe agua de los ríos Acaray e Yguazú, que está mucho más arriba. Este alimenta el reservorio de agua de la represa, que cuando está lleno y llega a su máximo nivel, no puede ser turbinado. Así que se abren las compuertas y se deja pasar el excedente”, detalla el profesional.

Este reservorio tiene una capacidad de almacenamiento de 8500 hectómetros de agua, lo que en tamaño equivaldría a un tercio del tamaño del lago Itaipú. Normalmente, se tiene la creencia de que cuando corre por el cauce del río Acaray un gran caudal, es cuando se está produciendo energía. Sin embargo, no es así. Ese excedente es el que no puede ser procesado por las turbinas.

El excedente de agua es consecuencia de las épocas de mucha lluvia, como sucedió semanas atrás.

Pese a su belleza y atractivo, el salto del Acaray no forma parte del circuito de atractivos turísticos estrella de la zona de Alto Paraná, donde también existen otros saltos, como el Ñacunday y Monday. Esto, tal vez, porque no existe una fecha exacta de su aparición, aunque las estadísticas de la ANDE hablan que, en los últimos tres años, la “vida útil” del mismo es de 87 días al año. La frecuencia con la que aparece también ha ido creciendo desde el 2010, porque el régimen de lluvias ha ido cambiando.

La zona circundante no cuenta con infraestructura para avistamiento. Solo quienes se percatan de su presencia cruzan el puente y desde el pequeño paso peatonal toman fotografías. Algunos más intrépidos se aventuran entre la vegetación y una pendiente peligrosa y empinada para tratar de llegar a la base. Debido a su escasa rentabilidad turística, los visitantes solamente se conforman con tomar fotografías al paso.

Para la gente que vive en la ribera del cauce, la hidroeléctrica –construida por la ANDE y financiada por el Estado paraguayo con ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo– lanza un aviso de que se viene un gran caudal de agua, de manera a que se prepare y tome los recaudos necesarios para evitar percances en el paso del agua hacia el río Paraná, en el que desemboca finalmente el Acaray.

mescurra@abc.com.py

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