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Gladys y Tomás llevan 34 años juntos. “Con mi marido nos casamos al mes de conocernos, porque amábamos al mismo grupo”, dice Gladys, fanática desde los 14 años de Led Zeppelin, la banda británica de rock considerada una de las más importantes de ese género y una de las más populares durante la década de los 70.
El matrimonio Florentín Rojas abrió hace 20 años una disquería con el nombre de su grupo favorito: Zeppelin y, en marzo de 2010, habilitaron Zeppelin School, con permiso del Ministerio de Educación y Cultura. La iniciativa fue de la familia, enfermos de la música y el rock. “Era un sueño tener nuestra propia escuela y enseñar que el rock es cultura, fomentando un rock sin vicios. Estamos hartos de la discriminación con la gente que escucha o quiere tocar rock”, opina Gladys, quien junto a Tomás siempre inculcaron el rock a sus cuatro hijos: Ronie, Paola, Fabiana y Gabriela.
Esta familia de roqueros lleva adelante la tienda de música en el Shopping Multiplaza, donde fue habilitada la escuela de rock para chicos de 5 años en adelante. “Hay padres que vienen a estudiar con sus chicos”, resalta Gladys, quien comparte la dirección general con su esposo, Tomás.
Zeppelin School imparte clases de guitarra eléctrica, clásica, batería, canto, teclado, piano y lenguaje musical. Son dos horas semanales por alumno. La escuela está abierta de 14:00 a 20:00. Los alumnos llevan sus propios instrumentos, pero si no tienen, les prestan allí.
“Estamos muy bien, creciendo en número de alumnos. Tenemos planes de abrir una sucursal y estamos muy contentos con los resultados. Es impresionante el apoyo de los padres y la calidad humana y artística de los chicos”, resalta Gladys acerca de la experiencia que llevan al frente de la escuela de rock, que va camino a cumplir tres años de fundación.
Gustos que se heredan
Ronie heredó el gusto musical de sus padres y está inculcando lo mismo a sus dos pequeños hijos. “A mi hija de 3 años y a mi hijo de 1 año, desde el primer mes de embarazo, les hice escuchar música. Según leí, uno ya tiene percepción, y a los dos les hice un playlist y sí o sí les hacía escuchar 10 a 15 minutos Pink Floyd, Led Zeppelin, Beatles, Deep Purple, Mozart y Bach. Su mamá ponía los auriculares grandes en la panza”, reseña el joven. “Es increíble la respuesta a la incentivación musical que tienen. Cuando escuchan música se empiezan a mover y bailar. La verdad es que tienen una rapidez mental especial”, agrega.
El joven empresario incluso recuerda su propia experiencia. Sus recuerdos de niñez tienen que ver precisamente con canciones de rock. “Me acuerdo, a los 3 años, de la canción Back in Black de AC/DC, de Led Zeppelin a los 4 años. Creo que mi mamá, estando embarazada de mí, en el noveno mes, fue a Rock in Sanber. O sea, de alguna manera estuve presente ahí”, resalta.
El hecho de que el conservatorio se haya convertido en una escuela de rock, para Ronie, es un hecho paradójico. “Se nos ocurrió en conjunto abrir el conservatorio, pero se fue dando así gracias a los alumnos, porque pedían tocar temas de AC/DC, Guns ‘N Roses, Iron Maiden, Led Zeppelin. Todos los alumnos eran roqueros y luego venían sus compañeros a sacar temas de Metallica, Pink Floyd y así se fue dando. Esencialmente, el gusto de los alumnos gira en torno a estos grupos y coincide con el nuestro. Así que bienvenido sea”, manifiesta Ronie.
Para el joven, otro punto destacable del rock es que a diferencia del pop y otros estilos musicales, cuando se enseña rock se llega a las raíces de la música clásica, porque tiene raíces que datan de Mozart para atrás. “Te lleva sí o sí hacia la música clásica, por las escalas, la armonía, por las variaciones melódicas, en algún punto si escuchás a Deep Purple o a un guitarrista sueco del heavy metal, como Yngwie Malmsteen, vas hacia el neoclásico. Eso es lo bueno de trabajar con rock y heavy metal, porque esos géneros te llevan a la música clásica”, resalta.
Durante el año, los alumnos tocan en eventos especiales realizados en el Shopping Multiplaza, como el Día de la Madre, el Día del Padre, San Juan y desde hace dos años seguidos en el show a beneficio de Teletón. “Estamos mostrando y confirmando que el rock es cultura, porque el roquero de verdad sabe de blues y jazz, ahonda en los orígenes de su grupo, le gusta la música, no es que escucha y ya está. Es muy fan, va a las raíces de la banda, usa la remera con el logo de su grupo preferido. Quiérase o no, el rock es cultura”, afirma Gladys.
El plantel de profesores de Zeppelin School está integrado por la directora académica Alejandra Raggio, Francisco Montanaro, Daniel Trébol, Sebastián Centurión, Sonia Barrios, Néstor Ramírez y José López.
Junto a los alumnos, organizan excursiones al exterior para ver a las grandes figuras del rock internacional. Para abril de 2013, la meta de la familia Florentín Rojas es asistir al Cross route de Eric Clapton, en el Madison Square Garden de Nueva York, Estados Unidos.
Zeppelin School para solamente en febrero. “Los padres piden que sigamos, pero hay que hacer un corte. Reanudamos en marzo”, explica Gladys, para quien abrir esta escuela ha sido otro sueño hecho realidad. “Me llena de satisfacción. Creo que abriendo la disquería con el nombre de la banda de la cual soy fan, abrir esta escuela es cumplir otro de mis anhelados sueños. Tener a toda esta gente tan linda, para toda la familia es un orgullo y una satisfacción muy grande. Tenemos un grupo de profesores destacadísimo y un nivel humano entre los padres y los chicos, hacen que la familia Zeppelin se acreciente día a día. Esperamos seguir varios años más y que salgan buenos músicos de aquí”, anhela esta fanática roquera.
Buscando la excelencia
Los objetivos que persigue la escuela de rock son descubrir y acrecentar el universo musical a través del instrumento; desarrollar al alumno como persona en su relacionamiento con el arte, su instrumento, sus profesores, sus compañeros y en sí mismos; dignificarlo como persona a través del aprendizaje y profesionalización durante el estudio de la carrera, y brindar el nivel de capacitación para el desenvolvimiento laboral pleno y altamente competitivo en cualquier ámbito musical, tanto nacional como internacional.
“Es como mostrarle la entrada a otro mundo, prácticamente”, señala el profesor Daniel Trébol, quien enseña música hace ocho años a alumnos de todas las edades. “Un lugar donde ellos pueden expresarse libremente y sentir lo que quieran sentir”, agrega.
De acuerdo al profesor Daniel, en la escuela de rock buscan siempre la excelencia de la enseñanza, dándoles a los alumnos la mejor capacitación que pueda encontrarse dentro del Paraguay.
“Se nos ocurrió en conjunto abrir el conservatorio, pero se fue dando así gracias a los alumnos, porque pedían tocar temas de AC/DC, Guns ‘N Roses, Iron Maiden, Led Zeppelin. Todos los alumnos eran roqueros”.
Sepa más
Los exámenes en Zeppelin School son anuales, con veedores del Ministerio de Educación y Cultura. Inscripciones y más detalles en www.zeppelin.com.py
maponte@abc.com.py