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“Cada jugador que aparece en mi vida es mi maestro, cada club que aparece en mi vida es importante para mí, más allá del apellido, el dinero o la fama que tengan”, dice esta coach.
Andrea nació en Barrio Obrero, pero a pesar de que su abuelo y su papá eran fanáticos de Cerro Porteño y vivir parte de su vida en la “Capital del sentimiento”, ella no se imaginaba siquiera viendo un partido de fútbol. El cambio en su vida comenzó a gestarse hace unos años, cuando su trabajo como coach en empresas no le generaba el entusiasmo o la pasión que buscaba.
Su mentor Timothy Gallwey le había dicho que el coaching era amor y servicio, por lo que comenzó a buscar un espacio para poder aplicar lo que había aprendido. “Me gustó esa fórmula y comencé a pensar en qué nicho podría funcionar, porque en las grandes empresas tenían su coach y terminaba siendo una más de todo lo que había en el mercado. Encuentro que una de las áreas en la que, según mi interpretación, más necesitábamos trabajar el amor, los vínculos y la presión era en el fútbol”, comenta.
De la mano de Miguel Figueredo le llegó la primera oportunidad con Sol de América y, luego, hizo el salto a Argentina, país en el que había pasado gran parte de su infancia. “Soñaba con brillar en el fútbol argentino, que es tan interesante”, subraya Andrea, recordando su paso por Tigre, Estudiantes de la Plata, Temperley y Boca Juniors.
Al Xeneize llegó con Rodolfo “El Vasco” Arruabarrena, con quien ya había trabajado en Tigre. “Fue un regalazo llegar a Boca Juniors, una de las mejores cosas que me pasaron en el fútbol”, expresa. Tras captar la atención de algunos medios del vecino país, el presidente del Querétaro de México la llamó y contrató para asesorar al club que, en ese momento, tenía entre sus filas a Ronaldinho.
“Lo que más admiro de Ronaldinho es su alegría, porque la tiene de verdad. Me deslumbra mucho el amor que le tiene a los niños y algo que me conmueve muchísimo es que él sabe que es grande, sabe que es único, que es un divo y una megaestrella, pero él se para al lado tuyo para darte luz”, menciona. La coach también subraya que si bien el astro anunció su retiro de la práctica profesional, está segura de que no abandonará del todo las canchas, “porque él es fútbol”.
Visión de futuro
“Se trabaja con base en sueños”, detalla Andrea con relación a su labor, mencionando que lo primero que hace al llegar a un club es realizar un análisis que va del presidente a todos los jugadores, pasando por el cuerpo técnico.
“Lo primero que encontramos es una deficiencia en la comunicación o, en este caso, en un vestuario se encuentra mucho el mundo emocional desfasado. Se encuentra mucha tristeza, decepción, angustia. La mayoría de los equipos me llaman para lograr su mejor versión; entonces, lo que hacemos con el coaching es observar cómo está el equipo y diseñar una meta, un objetivo”, puntualiza.
Agrega que el coaching no solamente hace bien a los jugadores, sino a cualquier persona, porque “es muy importante saber adónde queremos ir y cómo disfrutar del camino”.
Explica, además, que en la actualidad, tanto en el mundo organizacional como en el coach deportivo, ya no se trabaja más con base en resultados, sino tomando en cuenta indicadores del bienestar del ser humano. “Te interesa ganar, pero además que ese ser humano disfrute. Cuando disfruta y logra bienestar, los resultados vienen solos”, acota.
Igualmente, recalcó la importancia de trabajar valores como la lealtad, amistad, libertad y honestidad para sostener los proyectos.
Andrea asegura que lo que más disfruta es el folclore y la magia del fútbol, que permiten darle sentido a la vida de un niño. “Los niños, cuando juegan al fútbol, se conectan con ese sentido de la vida, se alejan de la droga y la mala vida, y se apasionan”, manifiesta.
Recuerda que, en sus años de experiencia, ha tenido la posibilidad de ver cómo algunos jugadores que conoció cuando apenas ingresaban a Primera pudieron trascender internacionalmente y, a la vez, cumplir sueños como los de mejorar las condiciones de vida de sus familias. Entre los jugadores que ha tenido de clientes recordó a Bruno Valdez, Cecilio Domínguez, Justo Villar; el nuevo técnico de Guaraní, Sebastián Saja; Luciano Vietto, Emanuel Villa, entre otros.
“Es muy gratificante observar cómo trascienden, salen adelante y logran sus sueños”, indica Andrea, recordando puntualmente el caso de José Luis Gómez, quien soñaba con vestir la camiseta albiceleste y aprovechó su primer sueldo en Racing para comprarles calzados a sus hermanos, con quienes vivía en una humilde vivienda.
Con relación al hecho de ser mujer en un ambiente prácticamente dominado por los hombres, la coach manifiesta que nunca le tocó vivir una situación de machismo ni que le faltaran el respeto. Agrega que siempre fue muy querida en todos los clubes en los cuales trabajó y asegura que su sangre guaraní le otorga una magia, dulzura y calidez a su estilo de hacer coaching.
¿Y sus sueños? Si bien Andrea asegura que no tiene problemas en “ponerse la camiseta” de cualquier equipo que la contrate, expresa que alguna vez le gustaría asesorar a Cerro Porteño y la Albirroja. También, se imagina regresando a Boca o colaborando con la selección argentina.
Finalmente, señala la importancia de introducir el coaching en la educación en nuestro país, ya que “te conecta con la dignidad, te transforma y hace sentir mejor persona”.
“Me gustaría ver a un Paraguay en el que un chico de 15 o 16 años te hable inspirado, motivado, sano y no tenga que tomar pastillas, alcohol. Que esté esperanzado y elija vivir acá”, enfatiza.
Maripili Alonso malonso@abc.com.py • Fotos ABC Color/Diego Peralbo/Gentileza.