Entre yuyos y duendes

Fantasía y realidad, una mezcla de duendes, musas y figuras estilizadas, personajes surrealistas de Rubén Sykora, quien busca valorar y amar la naturaleza, protagonizarán las exposiciones del artista en París y Viena en noviembre próximo.

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Rubén Sykora siempre ha sentido fascinación por nuestra riqueza cultural autóctona, especialmente por todo lo relacionado al encanto y la sabiduría de las yuyeras, y ese vasto conocimiento ancestral transmitido oralmente de generación en generación. Ciudadano comprometido, con el alma sensible que caracteriza a todo artista, es consciente de que es una obligación cuidar el medioambiente y que el acuífero Guaraní es una de nuestras mayores riquezas materiales que hay que preservar.

Sykora se abocó a las dos temáticas y las plasmó en sendas series de obras.

La primera de ellas, denominada De alma guaraní, la ha plasmado en sus obras con figuras etéreas, como musas, ángeles o duendes.

Estos mágicos personajes serán los protagonistas de dos importantes exposiciones y lo ayudarán a cumplir uno de sus más grandes sueños: exponer en París. Aguas del Paraguay estará en una muestra del 2 al 13 de noviembre, en la Ciudad Luz, en la Embajada paraguaya, y la otra, del 15 al 22, en el Instituto Cervantes, de Viena.

La colección que el artista presentará en la capital francesa será la misma que había llevado en 2013 a Portugal. “Está inspirada en la riqueza que tenemos los paraguayos y sudamericanos: el acuífero Guaraní, la concentración de agua dulce más grande del mundo”, refiere el pintor. “Creo que todavía no nos damos cuenta de lo ricos que somos”, añade.

La muestra constará de más de 30 obras, debido al gran éxito en ventas del artista. Para la elaboración de estas, Sykora utiliza una técnica denominada aguada o wash. “Anteriormente pintaba sobre cartulinas europeas para acuarelas, pero acá es difícil conseguir; entonces, usé un cartón más simple, pero de un gramaje bastante elevado, que viene en rollos; es lo más simple que hay y, luego, le aplico una técnica para que sea domable”.

Para la otra muestra, en Viena, llevará una serie sobre el tema de las yuyeras, porque siempre consideró que nuestro país es rico en cultura y todos tenemos que ayudar a que la gente tome conciencia. “En mi ciudad, Encarnación, tenemos una avenida en la que están todas las yuyeras. Lo interesante es lo fácil que es tomar un té; solo toma unos minutos. Tuve visitas de amigos de Suiza y les llevé donde estaban las plantas medicinales, y me di cuenta de lo que eran las yuyeras, el encanto y la sabiduría que tienen; esta cualidad que tienen la virtud de curar lo espiritual y lo físico, y todo eso lo apliqué en el trabajo para la exposición en Viena”.

Comprobado está científicamente que las plantas medicinales curan los males físicos. Entre ellos, la que pisa más fuerte es la stevia, que se usa como paliativo del azúcar y puede lograr, si no a curar, por lo menos que los que tienen diabetes tengan una mejor calidad de vida. “Y es lo que más me atrae, así como también a los europeos: ese misticismo que tienen, cómo saben cuál hierba es para la dolencia física y cuál contra la mala onda. Por ejemplo, cuando hace dos años nació nuestro hijo, Julius, y me dijeron que le pusiera una ramita de taropé con un lacito rojo en la muñeca”, rememora. Son ese tipo de historias las que lo incentivan a plasmarlas en sus pinturas.

Entre sus planes está poder lograr que el lugar se transforme en el paseo del tereré al turista y que vea toda la ceremonia de cómo se prepara la bebida; darle una explicación técnica con un toque de misticismo de algo envolvente. “Y eso es lo que traslado a mis obras; usé ese conocimiento en la pintura no precisamente con un estilo costumbrista, sino totalmente surrealista con figuras estilizadas”.

Nacido en la ciudad de Encarnación, Rubén Sykora es autodidacta, pero siempre con la inquietud, virtud de los que nacen talentosos; trabaja en distintos rubros de la plástica, oleos, acuarelas, técnicas mixtas, esculturas en cerámica y murales; utiliza materiales reciclables. “También ilustro libros”, subraya.

Con más de 25 años de trayectoria, el artista ha realizado exposiciones en diversas partes del mundo. Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Estados Unidos, Alemania, Japón, Turquía, China Taiwán y Portugal, entre otros, fueron vidrieras en las cuales Sykora exhibió su talento.

“El arte abre puertas”, asegura. Gracias a la exposición de sus obras en Lisboa, se abrió la oportunidad de realizar un intercambio de comitivas socioeconómica, cultural y empresarial entre Portugal y Paraguay, para interiorizarse en qué rubros podían hacer intercambio con ese país. De igual manera, sirvió para que una comitiva de Encarnación viajara para hacer lo mismo.

“¿Se puede vivir del arte?”, preguntamos. “Si se pudiera vivir del aire, sí”, contesta y destaca que no se puede vivir del arte. “Aunque muchas cosas están cambiando en Encarnación. La mentalidad de la gente ya no es la misma que años antes. Hoy, la gente ya no quiere colgar en su sala un póster enmarcado; quiere un original”, resalta y añade que como cada obra es única, por más que se copie, se sabe que es una copia. Rubén Sykora realizó dos de los más grandes murales de Encarnación. Uno de ellos es el mural Musas, ubicado en la explanada del hotel De la Costa en Encarnación.

“¿Le gusta trabajar en superficies grandes o le agrada más lo más intimista?”, inquirimos. “Son desafíos y todos ellos me encantan”, contesta.

Las musas de sykora

Sykora se considera, sobre todo, un investigador. Para los carnavales, pintó un mural bastante importante en Encarnación por encargo de la comisión, que lo obsequió a la ciudad por sus 400 años. La obra, ubicada en la costanera, le llevó cinco meses de trabajo junto con otra gente, y tiene 7x3,5 metros. Representa la figura de una musa, una encarnacena que está avanzando con un traje con siete rayos, que simbolizan los 7 rayos del sol como ciudad turística y son siete porque Itapúa es el séptimo departamento; es la Perla del Sur. “También tiene siete esferas con cristales, caireles, que van girando; es una técnica nueva, digamos, y de acuerdo al momento del día en que le da el sol, eso cambia de color, tiene movimiento. Los círculos tienen más o menos 70 cm de diámetro”. El mural que está en el hotel De La Costa representa a tres musas y cada una tiene un traje especial, alegórico; la paraguaya, con los colores patrios, rojo, blanco y azul, y en el medio de su pecho tiene la estrella de bonanza, y la estrella y el olivo, con un traje carnavalesco; la encarnacena, ataviada con un traje color púrpura, violetas, lilas, que simbolizan la transformación, la transmutación que tuvo Encarnación de convertirse en una hermosa ciudad, y la itapuense también tiene siete esferas”.

mpalacios@abc.com.py

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