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El Taipéi 101 es uno de los sitios más visitados por los turistas que eligen Taiwán como destino. Tiene 106 pisos, de los cuales cinco son subterráneos y 101 están sobre el nivel del suelo; y pesa 700.000 toneladas. La aguja que corona sus 529 metros de altura hacía de él el rascacielos más alto del mundo, 56 metros más que las Torres Petronas de Kuala Lumpur, ubicado en Malasia. Pero el 21 de julio de 2007 fue superado por el Burj Khalifa.
El edificio funciona como centro de las corporaciones más importantes del mundo, con capacidad para 12.000 personas.
En el subsuelo están instaladas las tiendas de famosas marcas a nivel mundial, tanto de prendas de vestir, carteras, perfumes, cosméticos y otros. Los grupos de turistas de distintas partes del mundo pagan por subir al piso 89. Primeramente, mediante un ascensor "normal", llegan al piso quinto, donde después de superar largas filas y prolongado tiempo de espera, ingresan al ascensor que tiene plusmarca en velocidad; en 37 segundos lleva a 30 personas hasta el piso 89. Estando adentro, se experimenta la misma sensación de cuando se viaja en avión.
El ascensor está dotado de un sistema de sellado hermético, igual al de un avión, para evitar molestias en los oídos a las personas que viajan en él.
Una vez en el piso 89, los visitantes tienen la opción de solicitar monitores en diferentes idiomas para divisar desde la altura la imponente ciudad de Taipéi, desde 14 sectores. Desde arriba se observan miles de edificios, puentes, viaductos y calles, así como áreas montañosas bajo las cuales cruzan vías subterráneas.
El nombre Taipéi 101 se debe a que tiene 101 pisos por encima de la altura del suelo.
La marca que no pudo sobrepasar fue la mayor altura desde el suelo hasta la cúspide (las antenas), pues esta siguió siendo ostentada por la Torre Sears, con 527 metros, hasta la inauguración del Burj Dubai.
La azotea del Taipéi 101 fue completada el 1 de julio de 2003. La cúspide fue colocada el 17 de octubre de 2003, con lo que logró superar la altura de las Torres Petronas por 50 metros.
Amortiguador
La construcción del Taipéi 101 se inició en 1997 y concluyó en poco más de seis años. De acuerdo a la información brindada a los turistas, el edificio es a prueba de terremotos de hasta 7 grados en la escala de Richter y vientos de más de 450 kilómetros por hora. En este sentido, cabe destacar que Taiwán, que tiene costas sobre el océano Pacífico, sufre fuertes tifones en ciertas épocas del año.
La capacidad que tiene la infraestructura de soportar los fenómenos naturales reside en su amortiguador de masa, que consiste en una gigante bola dorada de acero, que tiene 680 toneladas, considerado el más grande y pesado del mundo. Se encuentra ubicado entre el piso 87 y 91, y está sujetado por tensores desde su parte alta; y en su base está sujetada con bombas hidráulicas.
Cuando el edificio se mueve en una dirección, el amortiguador lo hace en dirección contraria absorbiendo la energía de movimiento sirviendo de contrapeso mecánico contra las vibraciones, limitándolas y estabilizando el edificio.
Lleno de simbolismo
Carmen Ching Yi Tsai, funcionaria de la Oficina de Información del Gobierno (GIO), explicó que el Taipéi 101, como todas las estructuras espirales, utiliza el simbolismo del axis mundi: un centro del mundo donde la tierra se une con el cielo y los cuatro puntos cardinales se juntan. Asimismo, los 101 pisos conmemoran el nuevo siglo que comenzó cuando las torres estaban en construcción (100+1).
Además, simboliza los supremos ideales de avanzar más allá del 100, cantidad tradicionalmente asociada a la perfección. Representa la ubicación misma del edificio, ya que 101 es el código postal del distrito internacional de negocios de Taipéi. El Taipéi 101 también recuerda el sistema numérico binario utilizado en la tecnología digital, uno de los responsables del "milagro económico" de Taiwán.
La torre principal incluye una serie de ocho segmentos de ocho pisos cada uno. En la cultura china, el número ocho se asocia con la abundancia, prosperidad y buena fortuna. En culturas que observan semanas de siete días, el número ocho representa la renovación del tiempo (7+1). En la tecnología digital, el número ocho se asocia con el byte, la unidad básica de información.
Los segmentos repetidos simultáneamente recuerdan el ritmo de una pagoda asiática (una torre que une la tierra con el cielo, principio evocado también en las Torres Petronas), un tallo de bambú (un símbolo del crecimiento y el aprendizaje), y una pila de lingotes chinos o cajas de dinero (símbolo de abundancia). Los cuatro discos montados en cada cara del edificio en el punto en que los pedestales se unen con la torre, representan monedas. El emblema colocado sobre las entradas muestra tres monedas de oro de diseño antiguo con orificios centrales moldeados para representar los números arábicos 1-0-1.
Riuji
Las figuras curvadas riuji aparecen en la estructura como ornamentos. El riuji es un símbolo ancestral asociado con nubes celestiales. Connota sanación, protección y plenitud. Cada ornamento riuji de la torre Taipéi 101 tiene al menos 8 metros de altura. El techo curvo del mall adjunto al edificio culmina en un colosal riuji que da sombra a los transeúntes. Aunque la forma de cada uno de los riujis es tradicional, su interpretación metálica es completamente moderna.
Por la noche, el resplandor amarillo proyectado por el pináculo de la construcción le da la apariencia de una antorcha libertaria encendida a la torre y da la bienvenida a los visitantes. Desde las 6:00 p.m. hasta las 10:00 p.m., las luces de la torre despliegan uno de los siete colores del espectro cromático. El color coincide con los días que tiene una semana. El ciclo a través del espectro conecta a la torre con el simbolismo del arcoíris, tradicionalmente visto como un puente entre el cielo y la tierra y un vínculo entre la gente de esta tierra con otros mundos.
Una conexión con el tiempo está presente en el parque adjunto al edificio, pues un reloj toma su energía únicamente de generadores eólicos de la torre.
Taipéi 101 conjuga motivos antiguos e ideas con técnicas y materiales modernos. Como paisaje, renueva el simbolismo de torres como centros cósmicos. Sus símbolos implican imágenes de optimismo, abundancia y conciencia de los ciclos del tiempo.
El Taipéi 101 a menudo es utilizado para lanzamiento de fuegos artificiales para diferentes fechas conmemorativas, especialmente las fiestas de fin de año.
¿Simple suposición?
El Taipéi 101 es tan grande que existe la creencia de que su peso de 700.000 toneladas pudo haber reabierto una antigua falla geológica que podría causar futuros terremotos. Sin embargo, de acuerdo a la opinión de geólogos no es cierto, ya que el peso de tierra excavada es igual al del Taipéi 101, lo cual significa que no hubo un cambio en la fuerza ejercida a la falla.
El edificio funciona como centro de las corporaciones más importantes del mundo, con capacidad para 12.000 personas.
En el subsuelo están instaladas las tiendas de famosas marcas a nivel mundial, tanto de prendas de vestir, carteras, perfumes, cosméticos y otros. Los grupos de turistas de distintas partes del mundo pagan por subir al piso 89. Primeramente, mediante un ascensor "normal", llegan al piso quinto, donde después de superar largas filas y prolongado tiempo de espera, ingresan al ascensor que tiene plusmarca en velocidad; en 37 segundos lleva a 30 personas hasta el piso 89. Estando adentro, se experimenta la misma sensación de cuando se viaja en avión.
El ascensor está dotado de un sistema de sellado hermético, igual al de un avión, para evitar molestias en los oídos a las personas que viajan en él.
Una vez en el piso 89, los visitantes tienen la opción de solicitar monitores en diferentes idiomas para divisar desde la altura la imponente ciudad de Taipéi, desde 14 sectores. Desde arriba se observan miles de edificios, puentes, viaductos y calles, así como áreas montañosas bajo las cuales cruzan vías subterráneas.
El nombre Taipéi 101 se debe a que tiene 101 pisos por encima de la altura del suelo.
La marca que no pudo sobrepasar fue la mayor altura desde el suelo hasta la cúspide (las antenas), pues esta siguió siendo ostentada por la Torre Sears, con 527 metros, hasta la inauguración del Burj Dubai.
La azotea del Taipéi 101 fue completada el 1 de julio de 2003. La cúspide fue colocada el 17 de octubre de 2003, con lo que logró superar la altura de las Torres Petronas por 50 metros.
Amortiguador
La construcción del Taipéi 101 se inició en 1997 y concluyó en poco más de seis años. De acuerdo a la información brindada a los turistas, el edificio es a prueba de terremotos de hasta 7 grados en la escala de Richter y vientos de más de 450 kilómetros por hora. En este sentido, cabe destacar que Taiwán, que tiene costas sobre el océano Pacífico, sufre fuertes tifones en ciertas épocas del año.
La capacidad que tiene la infraestructura de soportar los fenómenos naturales reside en su amortiguador de masa, que consiste en una gigante bola dorada de acero, que tiene 680 toneladas, considerado el más grande y pesado del mundo. Se encuentra ubicado entre el piso 87 y 91, y está sujetado por tensores desde su parte alta; y en su base está sujetada con bombas hidráulicas.
Cuando el edificio se mueve en una dirección, el amortiguador lo hace en dirección contraria absorbiendo la energía de movimiento sirviendo de contrapeso mecánico contra las vibraciones, limitándolas y estabilizando el edificio.
Lleno de simbolismo
Carmen Ching Yi Tsai, funcionaria de la Oficina de Información del Gobierno (GIO), explicó que el Taipéi 101, como todas las estructuras espirales, utiliza el simbolismo del axis mundi: un centro del mundo donde la tierra se une con el cielo y los cuatro puntos cardinales se juntan. Asimismo, los 101 pisos conmemoran el nuevo siglo que comenzó cuando las torres estaban en construcción (100+1).
Además, simboliza los supremos ideales de avanzar más allá del 100, cantidad tradicionalmente asociada a la perfección. Representa la ubicación misma del edificio, ya que 101 es el código postal del distrito internacional de negocios de Taipéi. El Taipéi 101 también recuerda el sistema numérico binario utilizado en la tecnología digital, uno de los responsables del "milagro económico" de Taiwán.
La torre principal incluye una serie de ocho segmentos de ocho pisos cada uno. En la cultura china, el número ocho se asocia con la abundancia, prosperidad y buena fortuna. En culturas que observan semanas de siete días, el número ocho representa la renovación del tiempo (7+1). En la tecnología digital, el número ocho se asocia con el byte, la unidad básica de información.
Los segmentos repetidos simultáneamente recuerdan el ritmo de una pagoda asiática (una torre que une la tierra con el cielo, principio evocado también en las Torres Petronas), un tallo de bambú (un símbolo del crecimiento y el aprendizaje), y una pila de lingotes chinos o cajas de dinero (símbolo de abundancia). Los cuatro discos montados en cada cara del edificio en el punto en que los pedestales se unen con la torre, representan monedas. El emblema colocado sobre las entradas muestra tres monedas de oro de diseño antiguo con orificios centrales moldeados para representar los números arábicos 1-0-1.
Riuji
Las figuras curvadas riuji aparecen en la estructura como ornamentos. El riuji es un símbolo ancestral asociado con nubes celestiales. Connota sanación, protección y plenitud. Cada ornamento riuji de la torre Taipéi 101 tiene al menos 8 metros de altura. El techo curvo del mall adjunto al edificio culmina en un colosal riuji que da sombra a los transeúntes. Aunque la forma de cada uno de los riujis es tradicional, su interpretación metálica es completamente moderna.
Por la noche, el resplandor amarillo proyectado por el pináculo de la construcción le da la apariencia de una antorcha libertaria encendida a la torre y da la bienvenida a los visitantes. Desde las 6:00 p.m. hasta las 10:00 p.m., las luces de la torre despliegan uno de los siete colores del espectro cromático. El color coincide con los días que tiene una semana. El ciclo a través del espectro conecta a la torre con el simbolismo del arcoíris, tradicionalmente visto como un puente entre el cielo y la tierra y un vínculo entre la gente de esta tierra con otros mundos.
Una conexión con el tiempo está presente en el parque adjunto al edificio, pues un reloj toma su energía únicamente de generadores eólicos de la torre.
Taipéi 101 conjuga motivos antiguos e ideas con técnicas y materiales modernos. Como paisaje, renueva el simbolismo de torres como centros cósmicos. Sus símbolos implican imágenes de optimismo, abundancia y conciencia de los ciclos del tiempo.
El Taipéi 101 a menudo es utilizado para lanzamiento de fuegos artificiales para diferentes fechas conmemorativas, especialmente las fiestas de fin de año.
¿Simple suposición?
El Taipéi 101 es tan grande que existe la creencia de que su peso de 700.000 toneladas pudo haber reabierto una antigua falla geológica que podría causar futuros terremotos. Sin embargo, de acuerdo a la opinión de geólogos no es cierto, ya que el peso de tierra excavada es igual al del Taipéi 101, lo cual significa que no hubo un cambio en la fuerza ejercida a la falla.