El sueño de la Navidad en armonía

La Navidad es una época con un alto contenido emocional, ya que llama a la unión familiar. El sueño de estas fechas es pasarla en armonía. La sicología dice que esto puede ser posible si se siguen unos consejos simples, según la Lic. Norma Espínola.

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La clave es no hacer un campo de batalla, especialmente cuando se trata de dividir la agenda para estar con las familias de las parejas. “Tampoco se empeñen en ofender a cada familia”, dispara la sicóloga Norma Espínola. Ella propone pasar con cada familia un momento y después festejar la pareja sola en su espacio o bien, dividir las fiestas: Navidad con los seres queridos de uno y Año Nuevo con los del otro. “Hay que pensar en el bien común, porque son momentos emotivos, de reunión familiar y lo mejor es pasar felices. Si todos nos dejamos llevar por el individualismo, corremos el riesgo de arruinar la Navidad a los demás. En cambio, si hacemos el esfuerzo de pensar en el bien común, es mejor para todos, porque la Navidad es un tiempo de equipo”, expresa.

También aconseja evitar la ansiedad social de la época pensando en lo bueno de estar acompañados por los seres queridos.

“Las reuniones familiares a menudo también se convierten en un lugar de desencuentro, más que de armonía. Sin embargo, debería ser un tiempo de afianzar los afectos, aumentar los contactos, reencontrarnos con lo mejor de nosotros mismos y ofrecérselo a los que más queremos”, afirma.

El que los hijos grandes y sus familias “vuelvan a casa” debería ser vivido como un regalo más que ofrece la magia de la Navidad y no como una situación incómoda que estamos deseando que pase cuanto antes, y que parece que todos los miembros de la familia aprovechan para intentar resolver desacuerdos.

La clave, para Espínola, está en no utilizar este tiempo –destinado a los sentimientos positivos– a intentar resolver viejos conflictos, sacando a relucir problemas e historias pasadas que no conducen a nada. “Hay que vivir el presente y en paz; volcar nuestros mejores sentimientos hacia las personas que amamos”.

Dice también que la reunión familiar no es un buen momento para tratar asuntos no superados, pendientes, que se dan hasta en las “mejores familias”. “Hay que pensar que la casa familiar está completa, y es una oportunidad para transmitir sentimientos auténticos y positivos. En el cometido hay que evitar caer en dedicarles demasiado tiempo a las comidas, los regalos, la decoración y todo lo que conlleva la fiesta de Navidad. Nos deja cansados e incluso irritables con los demás, por el exceso de estrés”, sostiene.

El consumismo

Para la sicóloga, otra de las claves para una Navidad feliz es alejarse del consumismo de la sociedad actual, que solo produce dolor y frustración. “Lo que importa no es lo que uno tiene, sino el cariño que le rodea. El consumismo en el que se ve envuelta la sociedad hace que se adelante excesivamente el calendario con los símbolos que representan la Navidad y, también, que cada vez esta época esté más despojada de espiritualidad y más rebosada de materialismo: regalos caros, comidas abundantes, exceso de publicidad que crea excesivas necesidades, aglomeraciones, embotellamientos de tráfico y otras situaciones”.

Las compras son una fuente adicional de estrés. “A veces es más sensato dedicar un tiempo a pensar en los regalos más apropiados y elaborar una lista. También ayuda comprar en pequeños comercios del barrio, con tranquilidad y la suficiente antelación para evitar colas, exceso de gente, apuros de última hora”.

Elaborar uno mismo los regalos puede ser una excelente fuente de satisfacción. “Seleccionar unas fotos familiares que enmarcar, tejer a mano, hacer unos dulces y envolverlos con estilo. No es necesario gastar grandes sumas de dinero; llegan más los detalles pensados para el gusto personal del otro”, asegura Espínola.

Realizar fotografías que van a quedar para el recuerdo de esta época tan linda es otra sugerencia de la profesional. Dar las gracias también es esencial. “La Navidad es una época especial para dar las gracias a la vida, por todo lo bueno que te dio. La gratitud es positiva para evitar la depresión de Navidad”.

Espínola menciona otra clave y es la participación. “Hay que disipar las celebraciones, reclamando la colaboración de los demás”, dice. Pueden participar todos en la elaboración de comidas o bien, cada familia puede aportar un plato para evitar que el exceso de trabajo recaiga siempre en las mismas personas, generalmente una mujer, a la que se añade un cansancio extra y se le resta tiempo para disfrutar en compañía”.

Cultivar los puntos fuertes de uno mismo para que en estos días se luzcan. Pueden ser muy diversos, desde una creatividad especial para la decoración hasta el sentido del humor, la simpatía, la capacidad para seleccionar música, ser un buen conversador, programar juegos para los niños, etcétera.

Concretar expectativas, necesidades, deseos… y ¡expresarlos! “No somos capaces de hablar de las expectativas, necesidades y deseos de cada miembro de la pareja. ¿Dónde vamos a cenar en Navidad?, ¿quién se ocupará de hacer qué preparativos?, ¿con quién querríamos realmente encontrarnos en estas fechas?, ¿cómo nos vamos a organizar con los regalos?, ¿cómo nos gustaría celebrar el comienzo de un nuevo año?, ¿cómo queremos que nuestros hijos vivan esta Navidad?, son tan solo algunas de las muchas preguntas que deberían surgir. Poder reflexionar individualmente acerca de ellas y que ambos miembros de la pareja pongan sus conclusiones en común, definiendo juntos aquello que les hará felices es clave para evitar innecesarios desencuentros e insatisfacciones”, insiste la profesional.

A su criterio, atreverse a romper esquemas y crear sus propias tradiciones navideñas también es otro quid . “El hecho de que siempre hayamos hecho algo de una determinada manera no quiere decir que sea la única manera de hacerlo. Asegurarse de que no falte el tiempo de calidad y complicidad con la pareja, crear sencillos y entrañables momentos con los hijos, reflexionar acerca del tipo y la cantidad de regalos más acorde con sus valores y criterios, y cómo, dónde y con quién pasar las fechas más señaladas podría ser un buen punto de partida”, dice.

Y si te toca ser anfitriona, no se te ocurra invitar a personas que sabés que no se llevan bien o que tienen algún problema sin antes preguntarles si se sentirían cómodos si ambos acuden. Si la respuesta es negativa, es mejor que no insistas y que, en todo caso, los veas por separado. “El principal objetivo debe ser disfrutar de la Navidad y nada que suceda podrá arruinar tu idea, porque vas a tener la mejor actitud y eso se contagia; al contagiarse, es un sueño cumplido”, concluye.

Dirección de arte: Juan Ángel Monzón. Producción y estilismo: Dulce Centurión. Modelos: José Mujica y Cynthia López, para Sight Talent Agency. Niñas: Catalina y Victoria Montanaro Plate, para On Management. Maquillaje y peinado de la modelo: Estudio Caro Benítez. Maquillaje del modelo y las niñas: Ainoa Anamika. Prendas: Unicentro y Enca Baby.

ndure@abc.com.py

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