El rey de la zarzuela paraguaya

En semanas más se cumplirán 29 años de la desaparición de un gran artista, músico y creador de la zarzuela paraguaya, Juan Carlos Moreno González.

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Nacido en el centenario de la Independencia nacional, un importante libro, publicado en el centenario del suyo, pasa revista a la vida y la producción musical de uno de los más brillantes compositores de la música paraguaya. Hay vidas que se enriquecen con las desgracias. Como que subliman la tragedia y las truecan en belleza. En la historia hay muchos casos que testimonian tal aserto. En la época romántica, por ejemplo, muchos tísicos demostraban una gran capacidad creadora. En nuestro medio, hubo artistas prolíficos como Manuel Ortiz Guerrero, afectado con el mal de Hansen, lo que marcó su vida y le dio un carisma muy especial en la consideración de sus compatriotas.

Cuando la adversidad da fuerzas

El caso de don Juan Carlos Moreno González también estuvo signado por la tragedia. Apenas niño, en un accidente ferroviario en Buenos Aires, la capital argentina, perdió los pies, lo que le dejó poco menos que inválido. Su estadía en ciudades con mayores posibilidades —gracias a la labor diplomática de su padre, el doctor Fulgencio Ricardo Moreno— consiguieron dotarle de piezas ortopédicas, lo que le posibilitó realizar su vida casi con normalidad; aun así, tuvo que dejar otras actividades que le apasionaban, como el deporte y la escultura, y se dedicó a leer y aprender música.

Esa situación prácticamente le recluyó en el gabinete de estudio, colaborando con la producción bibliográfica de su progenitor. A la par siguió estudios de música, de ejecución de piano y armonía con importantes maestros.

Aún no tenía veinte años cuando ya era un consumado compositor, con piezas que ayudaron a musicalizar recordadas películas e, inclusive, a ganar importantes premios, como el caso de su tango Margaritas, cantada nada menos que por Carlos Gardel.

El artista y un libro en su homenaje

Un voluminoso libro, profusamente ilustrado, se publicó recientemente en nuestro medio sobre la vida y obra del artista. Su autor, el periodista Rodolfo Gómez Moreno, quien frecuentó al músico en su juventud y fue recolectando un sinfín de documentos acerca de la trayectoria de Moreno González, además de recurrir a los testimonios de artistas —músicos, cantantes, actores, docentes, etc.— que contribuyeron para la realización del libro Juan Carlos Moreno González - La sencillez de un grande, editado conmemorando el centenario del nacimiento del músico y en el marco de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia nacional.

Una interesante carrera creativa

Diversos estilos y corrientes abarca la producción musical de Moreno González. El libro de Gómez Moreno describe minuciosamente la producción del artista: sonatas, nocturnos, poemas sinfónicos, conciertos, himnos y divertimentos, además de sus obras maestras, su creación máxima.

Ópera prima

Indudablemente, la obra máxima de Moreno González es la creación de todo un género: la zarzuela paraguaya.

"Se espera con gran interés el estreno de la primera zarzuela paraguaya", proclamaba la prensa nacional allá por principios de agosto de 1956. Efectivamente, el 14 de agosto de ese año, se daba el gran acontecimiento: el estreno en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane de La tejedora de ñandutí.

"Juan Carlos Moreno González y Manuel Frutos Pane, autores de la primera zarzuela paraguaya, han logrado, sin duda alguna, un nuevo laurel para el arte nacional", decía El País en su edición del 8 de agosto de 1956. "La música escrita para ‘La tejedora’ evidencia el talento creador de Moreno González y lo señala como uno de los más exactos intérpretes del sentir de la música autóctona. Por otra parte, el tema escrito por Frutos Pane, sencillo pero profundamente emotivo, trasunta una imagen fiel de las costumbres y los sentimientos de nuestro pueblo de mediados del siglo pasado".

Cinco zarzuelas totalizan la producción de Moreno González. Con ellos inició un camino y señaló rumbos para que otros compositores y autores tomaran la posta y se consolidara la zarzuela paraguaya como una expresión genuina del arte nacional.

El libro de Gómez Moreno es rico en datos que forman parte de la historia grande de la música paraguaya. Está profusamente ilustrado con fotografías de época y textos y partituras del autor, que aportó al arte musical paraguayo las más acabadas muestras de su inspiración, forjada en el estudio y la formación académica como la de muy pocos en nuestro medio.  

Las zarzuelas de Moreno

La tejedora de ñandutí.
"La historia que se narra en ‘La tejedora de ñandutí’ —escribe Rodolfo Gómez Moreno— transcurre entre Asunción e Itauguá, en la época de la presidencia de don Carlos Antonio López, y habla de una sencilla tejedora, Rosalía, que vivía en la ciudad de Itauguá. Ella estaba enamorada de Gonzalo, un joven de la capital, que la correspondía, y al mismo tiempo era acosada por Juan León, otro joven de su pueblo con el que coqueteaba sin ir más allá. Pero doña Teresa, madre de Gonzalo, se oponía a su relación con Rosalía, a quien despreciaba por ser campesina, y en cambio apoyaba y alentaba, por intereses económicos, otro noviazgo del joven con Pilar, una chica aristocrática y de la ciudad.

"La madre de Pilar, la viuda doña Luisa y doña Teresa convencen a Rosalía a dejar a Gonzalo, dando oportunidad a Pilar. Finalmente, en un viaje de ambas familias a Itauguá, para asistir a la fiesta de la zafra, las situaciones se definen. El pueblerino Juan León conquista a Pilar y Rosalía con Gonzalo se casan".

Paloma pará. "El tema musical principal —dice Rodolfo Gómez— al igual que en las cuatro zarzuelas anteriores, es un antiguo aire popular paraguayo llamado justamente ‘Paloma pará’. En base al mismo, Manuel Frutos Pane escribió la historia de una cantante que llega a un pueblecito del campo y empieza un romance con el dueño del único ‘boliche’ del lugar, un hombre maduro que con la ayuda de su madre explota el negocio. Llega, al poco tiempo, un ex compañero de giras artísticas de la cantante y hace tambalear el romance. Con fiestas populares, la llegada de la energía eléctrica, apariciones de la Virgen de Caacupé y milagros, se va tejiendo la historia e incentivando el interés del público".

María Pacurí. El argumento de esta obra es el siguiente: "Es de corte moralista y muestra a la iglesia católica como rectora de la vida de sus feligreses. La historia gira en torno a don Sofanor, un típico viejo verde que en unión libre con la resignada y sufrida, pero no tonta, doña Luisa, con quien tiene una hija casi adolescente, Angélica.

"La acción transcurre en el campo, en primavera, durante la fiesta de la cosecha del almidón. Atraída e intrigada por la conducta honesta y laboriosa de la bella chiperita María Pacurí, doña Luisa la invita a vivir en su casa para que le haga compañía y pueda preparar su chipá en un lugar más cómodo que el ranchito donde vivía, con su padrastro que la explotaba. Mientras, Sofanor sigue en sus andanzas amorosas y sus pasos son seguidos muy de cerca por el padre Juan, que no cesa en su insistencia por casarlo con doña Luisa.

"Alentada por María Pacurí, doña Luisa decide ir a la ciudad para obtener una renovación interior y exterior. Al cabo de unos días, regresan ambas mujeres aparentando Luisa tener muchos años menos con el cambio de apariencia que ha logrado.

"Sofanor confundido con esta nueva Luisa, decide sin embargo jugarse su última carta fraguando una cita a ciegas con María Pacurí. Pero luego de las primeras caricias y besos descubre que en realidad era Luisa quien había tomado el lugar de la chiperita y finalmente acepta lo tonto que había sido al mantener relegada tanto tiempo a esa gran mujer, así que decide formalizar su relación con ella, para satisfacción de todos y especialmente del padre Juan".

Corochiré. "Está basada en una leyenda del pueblo guaraní y, según el autor de la música, como tal fue la mejor lograda y por eso la consideraba su zarzuela favorita. Curiosamente, la obra no obtuvo el éxito esperado, tal vez por falta de identificación del público con los temas musicales, de extracción indígena en su mayoría".

Las alegres kyguaverá. "Esta obra está ambientada en la Asunción de principios del siglo XX y la acción transcurre en el emblemático Mercado Guasú que se erigía en pleno centro de la ciudad... El personaje principal masculino es el teniente Jara, una clara alusión a Albino Jara en la época de su juventud. Y el conflicto gira en torno a amores no correspondidos de una maestra engañada, que queda embarazada siendo aún soltera".
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