El poder de la autosugestión

La hipnoterapia, según los terapeutas de esta rama, permite un acceso rápido a la mente e introducir pensamientos positivos en otras personas para ayudarlas a solucionar diversos trastornos, como ataques de pánico, depresión, traumas y fobias.

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Durante siglos, la hipnosis estuvo sometida a controversia; sin embargo, actualmente, es el método más directo para influir en la conexión mente-cuerpo. La mente es muy poderosa a la hora de promover la buena salud si no está bloqueada por conflictos internos o pensamientos destructivos. En estos casos, la hipnosis ayuda positivamente y genera cambios en la conducta del individuo, según Raúl Rivelli, sicólogo forense y abogado.

“Practico esta terapia desde la época de la facultad, hace 27 años. Aprendí con el profesor brasileño Paulo Paixâo en Río de Janeiro, Brasil". refiere.

Explica que la hipnosis es la alteración de la conciencia y un contacto directo con el inconsciente del ser humano. La medicina actual va aceptándola cada día más y hoy muchas dolencias pueden ser tratadas con esta técnica que trata de llegar al inconsciente pasando por la parte consciente. "Incluso, se puede lograr la curación de algunos trastornos, expresa.

Afirma que los que sufren de ataques de pánico son los que logran mejores resultados y en menor tiempo, porque, casi siempre, es autosugestión y el tratamiento consiste en cambiar esa conducta; generalmente la mejoría se obtiene en un 80 % en 22 días. "Pero cuando se vuelve un problema crónico, entonces tarda mucho tiempo más".

Sostiene que a estos pacientes, hay que darles actividades para que no se estén sugestionando negativamente todo el tiempo con pensamientos, como: "Sigo enfermo, tengo miedo, no voy a salir". Y si no tiene trabajo, lo único que se puede hacer es que estudie algo o empiece el gimnasio hasta que vayan desapareciendo todos los síntomas”.

Resalta que para lograr el éxito, la actitud del paciente es fundamental, porque el poder de la hipnosis reside realmente en el paciente y no en el médico. “En la primera sesión ya noto si el trastorno es psicosomático. He tenido pacientes que copiaron conductas o enfermedades como epilepsia o dolores de garganta —no podían respirar—, y en una sola sesión mejoraron ostensiblemente”.

Asimismo, los casos de depresión también llevan su tiempo porque están las endógenas (hormonales) y también las producidas cuando se recibe la noticia de que padece de una enfermedad de por vida. "Entonces surgen las preguntas: ‘¿Por qué justamente a mí? Yo nunca le hice mal a nadie; no es justo. ¿Por qué Dios me hizo esto?’, etcétera. Se puede tratar la depresión por medio de la hipnosis, pero no la enfermedad”.

De igual modo, los pacientes obsesivos compulsivos pueden ser tratados con hipnosis toda vez que no sufran de problemas psiquiátricos. "Esos casos son los que no se pueden tratar”.

Las sesiones duran una hora y lo recomendable sería realizarla todos los días. pero como no se dispone de tiempo, entonces graba la sesión para que el paciente haga autohipnosis en su casa. “Esto trabaja el inconsciente y cambia su conducta; por ejemplo, a chicos de 10 o 12 años que orinan en la cama, les decimos que se va sentir bien y seguro, y en 10 sesiones ya desaparecen los síntomas”.

Con la hipnosis se busca la solución del problema tratando los efectos que quedaron a nivel inconsciente, como en los casos de amnesia sicológica, después de un trauma. “Por ejemplo, en víctimas de violación, generalmente, como mecanismo de defensa, el inconsciente hace que la persona se olvide, pero en un juicio es necesario que la víctima relate los hechos exactamente y por medio de la hipnosis se realiza una regresión, se le hace recordar y aceptar lo que padeció, y puede llevar una buena vida”.

En palabras del profesional, los casos más preocupantes son los trastornos de pánico que aparecen en gente cada vez más joven. Antes, generalmente, el promedio era de 25 años para arriba. “He tenido pacientes de 8 o 9 años que sienten el trastorno, pero como no hay una técnica adecuada, aparte de la hipnosis, lo que hacen es drogarles y llevan una vida a medias normal”.

Cuando una persona con trastorno de pánico acude al médico, este le dopa, sin buscar la solución al problema. Y como los medicamentos son adictivos, cada vez se necesitan más dosis para superar esas crisis. "Con la hipnosis, se trata de comunicar con el inconsciente del paciente". Sin embargo, comenta que no todos pueden ser hipnotizados, depende mucho de la persona. “Hay gente medianamente sugestionable y otras que no. Por eso es que cuando hago mi terapia no es que hago tanta hipnosis. Preparo mi cedé de autosugestión y el paciente lo escucha tantas veces que a la larga se siente bien”, concluye.

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En Facebook:

Raúl Rivelli Torres

Tel.: (021) 202-818.

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