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Desde el año pasado, la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) decidió instaurar cada 27 de abril como el Día del Patrimonio Cultural, conforme con la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, ratificado por nuestro país el 27 de abril de 1988, y eligió, para inaugurar los festejos, la calle del Mercado 4 en donde están en venta las plantas medicinales, consideradas patrimonio cultural inmaterial del Paraguay.
Esto motivó a los vendedores a unir fuerzas y estrategias para realizar una serie de peticiones; entre otras cosas, que el espacio donde exhiben y venden sus productos sea denominado Pohã raity o Paseo de las plantas medicinales.
“Los vendedores estamos preocupados por la falta de valoración de nuestras tradiciones y la pérdida de nuestra identidad y cultura”, refiere Javier Torres, vendedor, quien encabeza una comisión que realiza gestiones en la SNC para obtener el documento en el cual se establece que las plantas medicinales forman parte del patrimonio cultural inmaterial de nuestro país, de modo de tener un respaldo para solicitar apoyo a instituciones, como la SNC, la Municipalidad, para pedir que se los incluya dentro del plan del mejoramiento que se está realizando en el Mercado 4. “Asimismo, pedimos denominar esta cuadra, desde República Francesa hasta José Asunción Flores, ‘El paseo de los yuyos o Pohã raity’ y que, además, la Senatur nos apoye en la promoción para que la calle sea declarada interés turístico”.
Torres es consciente de que cambiar el nombre de la calle es soñar un poco, pero considera que sería muy lindo que aunque sea una media cuadra sea conocida con ese nombre. “Mucha gente no valora nuestro trabajo, a la yuyera, porque no saben que forma parte de nuestra tradición cultural y que nosotros ayudamos a difundirla”.
Para Torres, es una necesidad exhibir sus productos en un lugar adecuado y seguro, ya que a diario reciben la visita de numerosos clientes, entre ellos personalidades destacadas de nuestro país y del extranjero, como también de turistas nacionales y extranjeros interesados en tener un mayor conocimiento sobre nuestra cultura.“Vienen a ver cómo trabajamos y lo que tenemos. De ahí nos surgió la idea, pero necesitamos apoyo de las autoridades y de toda la ciudadanía para que esto se concrete”.
Torres forma parte de una familia de vendedores, iniciada por su abuela Aparicia Ramírez de Torres, quien fue una de las primeras en instalarse en dicha arteria, hace ya 45 años. “Los jóvenes que nos quedamos aquí aprendimos gracias a nuestros antepasados. A mí me enseñó mi abuela, quien debido a su edad ya no puede venir más”.
Amelia Insfrán es otra antigua vendedora. “Parece que fue ayer, pero hace 35 años ya. Toda mi juventud se quedó aquí”, dice con un tono de nostalgia. Ella se hace eco del deseo de formar parte de ese broche cultural que son las plantas medicinales y el conocimiento en un ambiente rústico y cordial. “La gente olvida que estas plantas son las que curan, lentamente, pero bien. Por ejemplo, son los mejores remedios para combatir el colesterol y la diabetes”.
Por su parte, Carmen Amarilla Ramírez se inició en la venta de los yuyos desde pequeña, con su madre y su abuela, hace 40 años, y todos sus conocimientos los está transmitiendo a sus hijos. Ella forma parte de la comisión de vendedores de plantas medicinales. “Necesitamos infraestructura y marketing para hacer que se conozcan más nuestros productos y que nuestras casillas sean más atractivas para el comprador”.
Carmen aspira más allá de solo vender las plantas medicinales. Revela que tienen muchos proyectos de difusión, como impartir cursos de capacitación y hasta editar un libro. “Queremos dejar un legado, porque nosotros dentro de poco nos vamos a ir y otra generación nos reemplazará. Entre nosotros hay gente capacitada que puede ir a enseñar en las escuelas, colegios y universidades, porque deseamos que se conozca nuestro trabajo para que nuestra cultura no muera”.
Preparados
• Extracto de miel de abeja con urusu he’ê, amba’y, jakare yrupe, limón y eucalipto, (denominado mielito): mejora los estados gripales.
• Cáscara de toro macho, hoja de katuava y el ysypo (kurupi rembo): potente afrodisiaco.
• Semilla molida de kuratũ, con maní tostado: calma el dolor de cabeza.
• Semilla de andai, sandía, zapallo, melón y mamón (horchata): para casos de varicela.
• Semillas de kaygua, toro ka’a hoguy y flor de caña dulce: resuelve problemas de alcoholismo.
• Mandyju’i, jagua rova rapo, kalaguala, y la hoja de ruda: sirven como anticonceptivo y regulador femenino.
Lo que hay en el paseo de los yuyos
Torres cuenta que los remedios vienen de Acahay, San Joaquín, Jasy Kañy, Curuguaty y del Chaco. “Un día antes ya están en el Mercado”. Así también, envían al exterior los remedios, pero etiquetados. “Para los paraguayos que están en el extranjero”. Los vendedores están en sus puestos desde las 03:00 hasta las 20:00 y ofrecen desde tempranas horas hierbas para mate y tereré, así como preparados en termos listos para su consumo con jate’i ka’a, marcela, anís, boldo, manzanilla, la raíz de hinojo para aplacar los días frescos, y jarras con remedios refrescantes para atenuar los días de calor. La variedad de plantas naturales que ofrecen es inmensa, aunque, según Torres, no se debe mezclar los remedios porque pueden ser tóxicos. Pero siempre hay uno para cada dolencia.
Algunos de ellos son
Graviola: es uno de los más requeridos por sus propiedades anticancerígenas.
Arachichu: contra la herpes, como el fuego de San Antonio.
Agrial, perdudilla, aguape puru’a (camalote): combaten el py’a raku.
Ysypo pere, cangorosa y hoja de guayaba: dolor de garganta.
Jaguarete ka’a, yerba de lucero y ajenjo: mitigan los males estomacales. Para los niños, se recomienda yerba de lucero o eneldo.
Raíz de surubina, kalaguala, doradilla, ita poty y flor de penacho: alivia los dolores menstruales; la flor de la rosa china detiene la hemorragia.
Charrúa ka’a, manzanilla y granada pire: para casos de diarrea.
Yvope y romero: combaten la caída de cabello y la caspa.
Tapekue: atenúa las molestias del sarampión.
Semilla de lino, chía: solucionan problemas de estreñimiento.
Siempre vive, flor de tilo, hoja o flor de mburukuja o pasionaria: son sedantes naturales.
Ka’atái: antipruriginoso.
Raíz del ging seng o el noni: reconstituyentes para el cerebro.
Ita kyra (piedra) con alcohol o caña blanca: calma el dolor de huesos.
Aloe vera y cáscara del ceibo: son poderosos cicatrizantes para la piel.
Tape ryvahû, kapi’i katî pytâ: contra los parásitos.
¿Y contra el pire vai?, preguntamos. “Lo mejor es una sonrisa”, responde Torres, quien siempre tiene una para regalar a sus clientes.
mpalacios@abc.com.py