El misterio de los gemelos y mellizos

Suele suceder que el común de la gente piensa que hermanos gemelos y hermanos mellizos son iguales. Pero no. Existen reveladores estudios científicos que hablan de las diferencias. Sin embargo, hay aspectos misteriosos o poco conocidos que despiertan curiosidad. Aquí, historias de vida de quienes vinieron al mundo como producto de un juego de espejos.

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Historia I. Julio César y Julio Andrés Moreno Ramírez son gemelos. Nacieron el 9 de enero de 1981, con quince minutos de diferencia, a las 15:15 el primero, y a las 15:30 el segundo. Desde chiquitos se dieron cuenta de que eran iguales. Hasta los 9 años vestían la misma ropa, iban al mismo grado y sus compañeros de escuela con frecuencia saludaban a uno en nombre del otro. Apenas los amigos cercanos lograban identificarlos por sus apodos: Kiko (Julio César) y Koki (Julio Andrés).

En los cumpleaños, sus padres, Nimio Luis y Angelina, les daban un regalo para los dos: una pelota o una bicicleta que tenían que compartir. Crecieron en un hogar normal ubicado en Luque, donde recibieron incentivos para ser independientes. Se separaron en la secundaria, yendo a turnos distintos. En la época de cuartel, uno hizo el servicio militar en el Cimefor del Ejército, y el otro, en la Fuerza Aérea.

Crecieron en un ambiente propicio para la autonomía individual. Sin embargo, por cosas del destino, la vocación por la vida uniformada volvió a unirlos en la misma profesión.

Hoy tienen 24 años y son oficiales de Policía, recién recibidos. Y ahora, Kiko y Koki reconocen que entre ellos existen lazos afectivos muy fuertes. "De hecho siempre estamos juntos. Y tendemos a hacer lo mismo que el otro. Si él no sale yo tampoco quiero salir para la diversión. Si se trata de una chica, ahí cambian las cosas, porque cada uno tiene su vida privada y en eso hay mucho respeto", explica Julio Andrés.

En la vida de los Moreno abundan las anécdotas. Desde las más simpáticas hasta aquellas que se relacionan con la intuición que se les atribuye a los gemelos.

"Un día, cuando teníamos ya 12 años, mi hermano se fue a llevarle la comida a mi papá, que trabajaba en la ANDE. Era tarde y no volvía. Mamá, preocupada, se preguntaba qué le habrá pasado. No sé qué habré sentido yo en ese momento, pero se me ocurrió decirle que le había atropellado un auto. Y, efectivamente, fue lo que le sucedió sobre la avenida España", cuenta Julio César.

Entre los hechos jocosos figura el beso apasionado que una señorita confundida le dio al otro hermano. "No sabía que éramos gemelos. Yo abrí la puerta y ella, sin mediar palabras me empezó a besar. Y como era linda le seguí la corriente", dice Julio César con un gesto de picardía. "Lo cierto es que cuando se dio cuenta del error, la chica se quiso morir de vergüenza", aporta Julio Andrés. Y los dos se ríen. Historia II. "Somos muy amigas, muy cómplices", definen las mellizas María Gabriela y María Patricia Insaurralde.

Tienen ahora 17 años, nacieron el 8 de octubre de 1988, a las ocho y media de la mañana, con dos minutos de diferencia.

Siguiendo la tradición, sus padres las vestían igualitas, mismos diseños y mismos colores. La primera diferencia fue en las tonalidades. Pero, a los 10 años, ellas mismas pidieron a sus papis que no las "uniformaran" más. Siempre compañeras, desde el jardín de infantes hasta el quinto grado. En el sexto, las hermanas del colegio Santa Clara las separó para ver cómo se comportaban y todo salió normal. "No pasamos mal por no estar juntas, somos independientes", sueltan. Lo cierto es que implícitamente hay un nexo afectivo que se traduce en un férreo apoyo mutuo.

"Por lo único que solemos pelearnos es por la ropa, que generalmente compartimos. Ahora, cuando una tiene una discusión con el papá o la mamá, automáticamente la hermana se pone del lado de la otra", cuenta Gaby, la mayor por dos minutos.

Acorde a la edad, las hermanas Insaurralde frecuentan cumpleaños, fiestas entre compañeras (están en el 2° de la Media) y cócteles estudiantiles. Se divierten cada una por su lado, pero al llegar a casa es como un rito que se queden horas en la cama charlando juntas, sacando conclusiones.

"Nos conocemos tan bien, que compartimos hasta los secretos. Ga es para mí como una compañera de vida", expresa Paty. ¿Quién es la más linda? "Nunca nos preguntaron eso. Cada una tiene su propia belleza" salen del apuro.

De chiquita, Ga y Patita (así se llaman entre ellas) eran bien similares. Iban juntas a las clases de natación, cantaban juntas en festivales intercolegiales y recibían de sus abuelos iguales juguetes, pero en distintos colores para evitar peleas.

A estas alturas, las mellis (así les dicen sus familiares) mantienen cierto parecido, pero son perfectamente reconocibles. Y las diferencias se producen también en gustos e ideas: A Gaby le encantan los dulces, a Paty las comidas saladas. Gaby piensa seguir administración de empresas, mientras que Paty quiere ser química, como la madre. Rumbos distintos, porque, pese a las apariencias, ellas sienten que son personas diferentes.

Historia III. A los 5 años Andrés Manuel se dio cuenta de que su hermanito Andrés María era igualito a él. "Siempre teníamos la vestimenta igual". Era magnifico para él verse en otra persona. ¿Son dependientes entre sí? "Sí, cuando uno está lejos parece que el otro siente la necesidad de estar en contacto con su gemelo para saber cómo está", confirma Manuel.

En la época escolar, la cosa se complicaba para los gemelos Díaz. Resulta que ambos, por rara coincidencia, tenían el mismo ojo con las chicas. "Y era un problema, pero superábamos a las buenas", aporta Andrés. Viven en el barrio Santa Lucía de Lambaré y son muy unidos. Si salen juntos siempre acostumbran volver juntos. El 16 de junio pasado cumplieron 23 años. Y ahora están en condiciones de valorar el carácter especial que los une. "Mi hermano es mi otra mitad, pero más que un hermano es un amigo que me apoya. Yo juego al fútbol y él siempre está conmigo en las buenas y en las malas y eso me ayuda a tener fortaleza", reconoce Andrés.

"A veces solemos prestarnos las ropas, pero en eso somos más reservados. Cada uno tiene lo suyo", revela Manuel. ¿En qué aspecto de sus vidas se nota que son muy parecidos? "En el sentimiento, somos humildes y tenemos el mismo deseo de salir adelante, para ayudar a la gente", coinciden.

Hasta los 13, los gemelos Díaz eran de pelearse. "Después ya no, porque cada vez que nos pegábamos no nos hablábamos y yo me sentía muy mal. Eso me hacía mucho daño", confiesa Manuel. Cerro Porteño y Olimpia divide las aguas en casa de los gemelos Díaz. Manuel es hincha azulgrana y Andrés, olimpista. Pero, la pasión por el balompié nunca les desborda el ánimo, más allá de las cargadas o bromas.

Porque, además, está metido en el espíritu de ambos. Andrés María es un centímetro más alto. Mide 1,65 y sueña con ser futbolista profesional. "Hasta ahora estoy procurando, estuve en la selección lambareña de fútbol, pero lastimosamente me tomó un cuadro gripal y me dejó fuera del equipo", dice el volante por derecha. "Soy bastante rápido y muy habilidoso, por eso me tienen en cuenta", agrega.

Salir del país, ir a jugar en Argentina o en Bolivia ya sería la concreción de su deseo mayor. Manuel también soñaba con ser futbolista. Pero la realidad de las cosas lo alejó de las canchas. Tenía que trabajar. Y se hizo marinero. "Yo quise, era mi máximo sueño, también. Ahora estoy viendo la posibilidad de jugar fútbol de salón, que me gusta mucho y está muy competitivo. No se gana acá tanta plata, pero saliendo del país, yendo a Italia, por ejemplo ya se gana bien", se reconforta.

Desiguales. El común de la gente suele asociar la existencia de los hermanos gemelos y los hermanos mellizos a una misma situación. Sin embargo, los científicos han determinado claramente que las diferencias surgen a partir de la concepción misma. Explican que los mellizos provienen de dos óvulos fecundados y por tanto no tienen por qué tener mayor semejanza que otros hermanos que provengan de partos diferentes.

En tanto, los gemelos provienen de la división de un único óvulo fecundado, por tanto, son del mismo sexo, normalmente casi idénticos y suelen nacer prematuramente, por lo que es habitual que tarden en igualar su peso con los otros niños de su edad hasta los dos o tres años. Los hermanos gemelos suelen tener problemas de personalización, es decir, les cuesta mucho considerarse seres únicos, distintos, responsables de sus actos, por eso es frecuente que durante la primera infancia hablen en plural "nosotros...". Esto -según investigaciones- se debe a que los niños tienen la misma carga genética, son físicamente iguales (suele ocurrir que hasta la propia madre llega a confundirlos), y además están plenamente unidos tanto afectiva como sicológicamente. Una característica habitual de los gemelos es lo que se ha denominado sintonía afectiva, que consiste en que cuando un gemelo sufre algún daño, el otro puede llegar a sentirlo profundamente.

Por todo ello, los entendidos no recomiendan que los gemelos sean separados bruscamente, porque podría provocarles verdaderos estados de ansiedad. Lo que sí aconsejan los especialistas a los padres de gemelos es que aprendan cuanto antes a diferenciar a sus hijos. Dicen que no es bueno que los traten exactamente igual, ni que los vistan o peinen igual.

Hay que propiciar un trato único y específico a cada uno, en función de sus gustos y su carácter, al igual que hay que propiciar que sientan cuanto antes que son seres únicos y diferentes el uno del otro, y no un "dúo". Ellos deben aprender a independizarse, por lo que los padres tienen el deber de fomentar sus relaciones con otros niños de su edad, así como las habilidades propias de cada uno.

Desventajas. Si bien -reconocen los estudios referentes a los gemelos- es verdad que ellos nunca están solos y desde su más tierna infancia cuentan con un perfecto compañero de juegos, esto precisamente puede convertirse en una desventaja, porque tienden a aislarse del entorno, evitando respuestas de competitividad o de afectividad con otros niños que podrían resultarles beneficiosas.

Otro hecho habitual en los gemelos es su retraso en el lenguaje; los hermanos aprenden a comunicarse sin utilizar el lenguaje, por lo que disminuye su interés por el mismo, aunque esta inferioridad lingüística se irá corrigiendo con la edad.

Es muy importante que desde el mismo nacimiento los padres aprendan a diferenciar a los gemelos, reconociendo sus rasgos distintivos y sus necesidades particulares. Está comprobado que cuanto más satisfactorias sean las relaciones de los hijos gemelos con su madre, que normalmente es la encargada principal de la educación y el cuidado de los hijos, mayor facilidad tendrán para independizarse un hermano del otro.

Clasificación

Los embarazos generalmente llevan a la formación de un solo hijo. Se entiende, por lo tanto, que ha participado un óvulo y un espermio. Sin embargo, en algunas ocasiones pueden nacer dos o más hijos a la vez. Esto se denomina embarazo múltiple.

Cuando son dos los niños que vienen, se habla de: Mellizos o
gemelos biovulares: se forman cuando dos óvulos son fecundados por dos espermios, en forma independiente. En este caso, los hijos pueden ser de sexos iguales o distintos. Ambos fetos tienen amnios, cordón umbilical y placenta separados .

Gemelos monovulares o mellizos idénticos: resultan de la fecundación de un óvulo con un espermio, formándose un cigoto. Este se divide y posteriormente se separa en dos porciones, las cuales desarrollan un feto cada una. En este caso, los gemelos son idénticos y del mismo sexo, comparten la misma placenta y amnios, y cada uno tiene su propio cordón umbilical.

Menos suicidios

Un equipo de investigadores que trabajó en Dinamarca observó el registro de más de 20.000 gemelos del mismo sexo que murieron entre 1943 y 1993, y compararon sus tasas de suicidio con las de la población general.

Los científicos hallaron que el índice de suicidio fue más bajo entre los gemelos, independientemente del género. Los hallazgos fueron sorprendentes porque otros estudios han indicado que los gemelos son ligeramente más proclives a padecer problemas de salud mental que otras personas. "Esto debería conducir a una proporción más alta de gemelos que cometen suicidio en comparación con la población general. Sin embargo, nuestros hallazgos revelan exactamente lo opuesto y subrayan más la importancia de vínculos familiares fuertes", dijeron los investigadores a la British Medical Journal.

Rómulo y Remo

La tradición romana dice que la ciudad de Roma fue fundada por los gemelos Rómulo y Remo, en fecha que la cronología moderna fijó en un 21 de abril de 753 antes de Cristo. Según la leyenda, Numitor, el rey de Alba Longa, fue destronado por su hermano Amulio, quien lo expulsó de la ciudad, mató a sus hijos varones y obligó a su hija Rea Silvia a dedicarse al culto de Vesta. Un día, la vestal Silvia fue a la fuente a buscar agua para lavar los objetos del rito; cansada se sentó en el suelo a refrescarse con el pecho descubierto, de tal manera que la umbría de los sauces, el gorjeo de los pájaros y el rumor del agua le produjeron un profundo sueño.

Viéndola, el Dios Marte sintió deseos lascivos y la poseyó. Luego Silvia tuvo gemelos a los que llamó Rómulo y Remo. Cuando el rey Amulio se enteró ordenó que les colocaran en una cesta en el río Tíber para que fuesen arrastrados hasta el mar y muriesen ahogados. La cesta embarrancó y los pequeños fueron amamantados por una loba, y más tarde recogidos por un pastor y cuidados por su mujer. Cuando crecieron descubrieron su origen, por lo que regresaron a Alba Longa, mataron a Amulio y repusieron a Numitor en el trono. Decidieron fundar una ciudad en una llanura del río.

Trazaron con un arado el perímetro según el rito etrusco y juraron matar a todo aquel que traspasara los límites sin permiso. Discutiendo sobre el nombre de la ciudad decidieron que lo elegiría aquel que avistase más pájaros, prueba que superó Rómulo y otorgó a la ciudad el nombre de Roma. Remo, enojado, discutió con Rómulo y borró el surco de los límites de la futura ciudad. Cumpliendo el juramento, Rómulo lo mató.

Las más glamorosas

Las gemelas Olsen, Mary-Kate y Ashley, son actualmente las gemelas más famosas y glamorosas del mundo. Nacidas el 13 de junio de 1986, estas blondas estrellas de Hollywood iniciaron su carrera artística a los nueve meses cuando hicieron el papel de Michelle Tanner en "Full House" (Padres Forzosos).

Oriundas de un pequeño pueblo llamado Sherman Oaks, Los Angeles, a los diez años se convirtieron en las productoras más jóvenes de la meca del cine y con sus 19 años administran los millones de dólares que recaudaron durante toda su vida artística.

Actualmente se encuentran estudiando en la Universidad, y a pesar de tener gustos y actitudes diferentes (a Mary-Kate le gusta "Titanic" y a Ashley "Ever Afver", una es zurda y la otra diestra) comparten una fama común.

Tienen una revista bimensual que lleva sus nombres y tienen una línea de prendas que se vende en Wal-Mart. Fueron clasificadas en el lugar 61 en la encuesta sobre las 100 mujeres más sexies de 2003.
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