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Otilia lleva años aplicando esta técnica milenaria, muy agradable, que consiste en la realización de un masaje, muy específico, en ciertos puntos reflejos de los pies, las manos y la cabeza. De esta manera, estimula el mecanismo autocurativo del propio organismo, favoreciendo el equilibrio y la sanación de la persona.
Ella explica que este método trata a la persona en su totalidad y no por partes. “La reflexoterapia cuida todos los elementos del cuerpo, de manera que se logre un estado de perfecto equilibrio, haciendo que la persona tratada pueda estar bien consigo misma y, por lo tanto, también con los demás”.
Generalmente, la reflexoterapia se encuentra en los pies. Las terminaciones nerviosas con que se trabaja se encuentran a solo un milímetro de la superficie de la piel, por lo que no es necesario presionar más allá de lo que el paciente tolere. “El pie puede revelar las afecciones, las inquietudes, hasta el carácter de una persona”, revela Otilia.
Sin duda, las extremidades inferiores son para el ser humano como las raíces para un árbol: según cómo se encuentren sus pies, así estará el resto de la persona. Este parece ser el lema de esta técnica, ya que mediante presiones en puntos concretos de las plantas de los pies, los conecta con todos los demás órganos como si de un mapa se tratara.
Unas manos expertas detectan enseguida el mal funcionamiento. Y es aquí donde entra Otilia Aranda, quien inició sus estudios en el año 1976, sin parar hasta la fecha. Tiene varios cursos y títulos, tanto en reflexología como en masaje terapéutico, terapia física, deportiva y rehabilitación, así como en métodos de drenaje linfático. Sus años de experiencia suman 34.
En su libro Manual de Reflexoterapia escribe que el sistema es eficaz y sencillo, y que libera las tensiones por medio del masaje. Los beneficios obtenidos van desde un estado profundo de relajación pasando por una mejora en la circulación, equilibrio en las transmisiones nerviosas, depuramiento del organismo de sustancias tóxicas, hasta la normalización de las funciones orgánicas, reducir el estrés y aliviar el dolor. “Las personas tratadas se sienten más joviales, demuestran menos cansancio y tienen una mayor claridad mental. Por lo tanto, tienen una mayor capacidad de cuidar, aceptar y querer más a los demás, y esto se refleja en su relación con su ambiente. Puede parecer increíble que el hecho de recibir unos masajes en los pies pueda ejercer una transformación tan profunda, pero es así”, asegura.
Habla también de otros puntos bellos como las manos, “de una precisión asombrosa”. Con ellas — dice — podemos enhebrar una aguja, pintar un retrato o tocar el piano. “Son sumamente sensitivas. Proporcionan información sobre el mundo exterior, y constituyen un vehículo para transmitir calidez y afecto. Representan otro polo de energía importante”.
Las manos contienen más de cincuenta huesos, lo que equivale a una parte del conjunto de huesos del cuerpo. “Los dedos son sensores vivos. En la punta se ubican, aproximadamente, dos mil quinientos receptores, cada uno con una función particular que permiten recibir texturas, temperaturas, humedad, vibraciones, presiones y dolor. El dedo humano es el sensor más fino de cuantos se conocen y gracias a estos se aplica convenientemente la reflexoterapia”.
Otilia afirma que, ante la emergencia de la situación actual de desequilibrio ecológico, urge abrir caminos hacia una medicina humanista; vivenciar el cuerpo, saber, sentir lo que se siente, lo que pasa con el cuerpo y mantener el flujo del amor en la relación con los demás. “Hay que estar abiertos al cambio, liberar la energía de la que estamos hechos, y crear una vida cada día más equilibrada y armoniosa”.
Todo lo que se necesita es cerrar los ojos y relajarse. “El reflexólogo no es un médico, no recomienda ningún medicamento para un tratamiento, ya que de hacerlo estaría dejando de lado el concepto integral de la reflexoterapia. La técnica es una terapia complementaria para un tratamiento médico, no busca sustituirlo sino complementarlo, influyendo de forma positiva en los desórdenes de órganos y funciones corporales”, insiste la experta.
Y lo que es mejor, en la comodidad de tu casa podés recibir estos masajes. “Se van a tomar la vida con más relax, van a sentirse personas nuevas, van a comprobar sus beneficios”, invita Otilia.
Algunas zonas reflejas
Cabeza y cuello: Están reflejados en el dedo gordo de cada pie; la cabeza, en la yema y el cuello, en la base del dedo.
Cerebro: Se encuentra reflejado en la parte alta del dedo gordo.
Tronco del encéfalo: En la base del dedo gordo.
Médula espinal: En la parte interna del pie. Trabajando este sistema, se pueden tratar dolores de cabeza, insomnio, estrés, trastornos en cervicales, cuello contracturado.
Senos frontal y maxilar: Se encuentran reflejados en las yemas de los dedos de cada pie; masajeando esta zona, se alivian las molestias de un catarro.
Ojos: Están reflejados en los dedos 2 y 3 de cada pie. Se puede tratar todo tipo de problemas visuales.
Oídos: En los laterales de los dedos 4 y 5 de ambos pies. Se tratan especialmente casos de inflamaciones y trastornos del equilibrio.
Riñones: La zona refleja del riñón se encuentra en la planta de los pies, casi en el centro. Es una zona con bastante sensibilidad para la mayoría de las personas.
Mamas: Se reflejan en ambos pies, en el dorso y por debajo de los dedos. La reflexoterapia ayuda a aliviar los molestos dolores premenstruales.
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