El hábito ­hace...

Myriam Sienra (68), actriz de cine, teatro y televisión. Estudió en la academia de arte dramático Silvio D’ Amico de Roma (Italia). Como protagonista de Kuña Rekove actuó en EE.UU., Argentina, Bolivia, Chile y España. Ahora, se viste de monja en la obra ¡Sor... Presas!, que está en cartelera hasta el 25 de noviembre en el Teatro de las Américas del CCPA, de jueves a domingos.

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- ¿Actuar es una diversión o un trabajo riguroso?

- Es un trabajo donde existen ciertas técnicas, que si uno estudió aprovecha y saca partido de eso. Ahí viene la diversión, es un goce, un placer.

- ¿Por dónde pasa el futuro del teatro paraguayo?

- Siempre los artistas tenemos tanta ilusión de que todo vaya para adelante, creciendo. Las esperanzas nunca mueren, a pesar de los pesares.

- ¿Cuáles son sus características de actriz?

- Una actriz con preparación puede hacer drama, tragedia griega, comedia o un musical. Y tal vez se sienta más a gusto con un género específico, pero la que tiene oficio debe hacer de todo.

- ¿Recuerda su primera vez en escena?

- Hacía teatro desde los cinco o seis años. Tenía una tía abuela, Manuela Zavala, que me armaba toda la escenografía para que yo actúe.

- ¿El consejo materno que jamás olvida?

- Mi madre era una persona tan especial, tenía una sencillez, un carisma... Y siempre respetó mis inquietudes, mis rebeldías, pese a que ella era muy tradicional...

- ¿Y le dio algún consejo?

- Decía siempre que teníamos que amarnos entre los hermanos. Y cuando nos peleábamos nos llamaba y nos mandaba darnos abrazos y besos.

- ¿Existe la fama en una sociedad tan pequeña?

- No. Aquí se da fama a gente que no tiene carisma. Cualquiera sube al escenario y enseguida la prensa le llama actriz y en menos de 5 años desaparece. Ser actriz, más que subirse al escenario, es una vocación. Es algo sagrado.

- ¿En qué beneficia ser conocida?

- No sabría decirte, porque tampoco nunca pasé por una etapa de no ser conocida y después ser conocida. Siempre fui la nena de fulano y fulana. Pero nunca saqué beneficio de nada.

- ¿Descubrió algo nuevo este año?

- Lo que descubrí en un periodo de tres o cuatro años es la alegría de ser abuela. Y también una tristeza por no poder compartir ese placer con Franco.

- ¿Cuántos colores ya experimentó en su cabello?

- Ufff. Sí que pasé por muchísimos colores: castaños, azules, rojos, verdes, cobre, ceniza, amarillos. Es parte de mi personalidad. Antes, cuando Francesco era chiquito me preguntaba cómo era el color verdadero de mi cabello.

- En una reunión de amigas detesta que: ¿le pregunten su edad, que le presenten un candidato o que comenten lo cara que está la vida?

- Sabés lo que más me molesta es que me vengan con el chisme barato. Esa malicia cruel me irrita.

- ¿Una viuda en situación de retiro o... el pájaro canta hasta morir?

- Actoralmente el pájaro canta hasta morir. En lo cotidiano también, la vida continúa. Tengo hijos, nietos, una nuera y un yerno maravillosos. Mi vida está llena de cariños y alegría y doy gracias.

PERFIL

Nombre: Myriam Lidia Catalina Sienra Zavala
Nacida en: Concepción.

Fecha: 27 de marzo de 1939.
Estado civil: viuda (su segundo esposo, Franco Gallarini, murió en 2001).

Hijos: Valeria y Francesco.
Nietas: Lara (4) y Lavinia (1 año y dos meses).

Formación artística: Estudió con Elsa Wiezell y se recibió de Profesora Superior de Declamación. En Italia dio clases de Costume e moda, en la academia de Rossana Pistolessi.

Trayectoria artística: Actuó en Velada de Areguá (1974), La Casa de Bernarda Alba (1983), Las troyanas (1984), Miss Ameriguá (cine, en 1992) y Los Quintana (tevé, 1997). En el 97 ganó el gran premio Oscar Trinidad.
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