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Un pequeño niño observa la cámara con intensidad. En sus manos sostiene una pequeña mascota, un armadillo al que encontró días atrás y al que le tomó cariño. Pero en sus ojos se puede percibir dolor, un dolor que no debería sentir a su corta edad. Ese es uno de los 16 cuadros que el artista paraguayo Diego Schäfer Paoli expondrá desde el 5 de febrero en las salas del Centro Cultural de España Juan de Salazar, en el marco de la muestra El Grito Enxet.
Las obras comenzaron a tomar forma meses atrás, cuando Schäfer se reunió con representantes de la oficina paraguaya de Amnistía Internacional (AI). La idea era generar obras que pudieran crear conciencia sobre la situación de los derechos humanos en Paraguay. En ese momento, el tema más importante para la oenegé era la situación de los pueblos indígenas en nuestro país. Particularmente, la de las comunidades yakye axa y sawhoyamaxa del pueblo enxet sur.
Desde entonces, el artista recorrió los 370 km que separan la capital de las tierras en las que se encuentran asentados los componentes de las comunidades, para obtener imágenes y adentrarse en la dura realidad que viven los nativos. Al mismo tiempo, el artista realizó una investigación pormenorizada de las violaciones a los derechos humanos cometidos contra los indígenas, que reclaman la devolución de sus tierras desde hace dos décadas.
“Fuimos leyendo cuáles eran los derechos violados y buscando los casos que iban coincidiendo. Esa fue la punta de lanza que se convirtió en imágenes y estas, a su vez, en obras de arte”, explica el artista en conversación con ABC Revista.
Fue así que Schäfer se encontró con la posibilidad de retomar un proyecto que tenía guardado desde hace un tiempo y que exigía la implementación de una técnica bastante novedosa para nuestro medio.
“La gente va a encontrar un trabajo hecho con mucho preciosismo. Se hizo trabajando los cuadros de manera cuasi academicista, pero con un enfoque moderno, contemporáneo”, explica.
La técnica es llamada pintura digital intervenida. Es decir, las imágenes captadas se convirtieron en pinturas que fueron impresas en lienzos y sobre las que después se volvió realizar retoques que son visibles únicamente con luz ultravioleta. Es lo que llaman arte comprometido.
Por su parte, Sonia Agudo, vicedirectora de Crecimiento de AI, destaca que cualquier mensaje expresado a través del arte tiene vía directa al corazón. “El arte no entiende de ideologías políticas. Bajo mi punto de vista, en Paraguay hace falta herir sensibilidades, porque la sociedad está muy sesgada”, afirma. Agudo espera que la muestra tenga un alcance mayor en la sociedad que realizando lobbys o discursos. La muestra será habilitada oficialmente el 5 de febrero y estará abierta al público hasta el 28 del mismo mes. La idea es que durante las semanas la exposición se realicen visitas de miembros de la comunidad sawhoyamaxa, además de recorridos grupales. El horario es de 09:00 a 20:00.
Las comunidades yakye axa y sawhoyamaxa forman parte del pueblo enxet, originario dueño de las tierras de la zona sur del Chaco paraguayo. Los miembros de las mismas vienen reclamando desde hace dos décadas la restitución de sus tierras ancestrales.
Siguiendo las instancias legales, llegaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que dictaminó a su favor. Sin embargo, hasta el momento, los sawhoyamaxa siguen esperando acciones por parte del Gobierno para cumplir con la sentencia.
Paraguay es el único país que forma parte de la CIDH que cuenta con tres condenas en casos de violaciones de derechos de pueblos indígenas.
juan.lezcano@abc.com.py