El éxito de vivir sin expectativas

La actriz compatriota Maia Nikiphoroff actuó en la película Pecado Original, de la cual también fue coguionista junto con la directora Jean Lee. El rodaje se realizó en Pacific Palisades, California. Su filosofía es vivir sin expectativas y dejar que la vida la sorprenda.

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Su belleza, expresividad y capacidad para interpretar le aseguran el éxito. Aun así se mantiene sencilla, pero firme en sus convicciones de triunfar.

Pecado Original es un filme –en etapa de posproducción– que aborda las expectativas sociales impuestas en un matrimonio y el precio que se paga por salir de esos cánones impuestos. Se circunscribe en el género de la novela negra. La dirección está a cargo de Jean Lee y es su primer largometraje. En el equipo principal también figura Maia Nikiphoroff, quien encarna a Eva en esta película, una mujer casada y de familia que de un momento a otro vivencia una explosión emocional y física provocada por un hombre que no es su esposo. También están en este filme César Di Bello, quien encarna a Adrián, esposo de Eva; Alejandro Torres Menchaca (el tercero en discordia). Cacho Falcón es productor asociado en esta puesta fílmica.

–¿Cuándo se dio tu vocación interpretativa?

–Creo que mi vocación empezó a los tres años, cuando quería ser un caballo. Andaba en cuatro patas todo el día y respondía relinchando cuando me hablaban. Tuve una infancia muy creativa, que mis padres fomentaron. Empecé las clases de actuación en la academia de Edda de los Ríos, luego pasé a la danza, pero no fue hasta los 26 años cuando me replanteé lo que estaba haciendo y decidí dedicarme completamente al arte y la actuación.

–En tu vida, el arte y la cultura siempre estuvieron presentes.

–Afortunadamente sí, por interés propio y, también, por mis padres. Estuvo siempre muy presente en mi vida ir al ballet, teatro, cine, museo y leer; por ello doy gracias. Lo importante es promover y participar del arte como individuo, ciudadano y comunidad, ya sea como espectador, creador o inversor.

–¿Y tu aterrizaje en Los Ángeles?

–Vivir en Los Ángeles fue una decisión que vino tras elegir la academia de actuación. Antes trabajaba de azafata para la aerolínea Emirates. Tuve un vuelo de trabajo a Los Ángeles y de recomendación fui a conocer la academia de Stella Adler. Mientras conocía el lugar y a los profesores tuve una corazonada y, como muchas decisiones importantes en mi vida, me dejé guiar por ese sentimiento.

–¿Cómo cambió tu vida?

–El enfoque de mis prioridades y mi percepción de la vida cambiaron. Intento vivir sin expectativas y dejándome sorprender. Hoy me siento más presente, agradecida por lo que tengo y por lo que no me falta. Mi profesión me hizo valorar el trabajo. Doy gracias cuando tengo un proyecto por delante. También me dio el coraje de tomar las riendas y cambiar una circunstancia creando, escribiendo y contando historias en el teatro o cine, con el fin de que alguien esté al otro lado para escuchar.

–¿En qué espacio te gustaría trabajar, en el cine independiente o hollywoodense?

–Quiero contar historias sin importar la vía. Eso sí, me gusta apoyar el cine independiente como actriz y espectador. Busco proyectos que no solo buscan entretener con el fin de ganar dinero. Si es una película taquillera, que sea porque fue una catarsis de emociones para la audiencia y ese sentimiento se queda con ellos por un tiempo. Como, por ejemplo, lo fue para mí ver La vita é bella a los 12 años.

–Pecado Original, ¿supuso un punto de inflexión en tu carrera?

–Definitivamente. Me hizo ver que tengo una voz como artista que quiere contar historias de mujeres atrapadas, mejor dicho, seres humanos atrapados. Me hizo reconocer lo importante que es creer en uno y saber que los límites los define uno mismo y nadie más.

–¿Evaluás mucho un guion antes de decidirte?

–Sí, es lo primero que saboreamos de un proyecto. Es importante saber qué y cómo quieren contar la historia los creadores y, con eso en mente, ver si vos como actor querés contar esa historia.

–¿Qué enseñanzas te van dejando los papeles en los que actuaste?

–Cada interpretación supone sumergirme en un mundo diferente. Es como una clase de historia o psicología, pero en 3D. Es una experiencia fascinante y adictiva.

–¿Cine o teatro?

–Cine y teatro.

–¿Cuál fue tu formación para convertirte en una actriz?

–Clases, clases y más clases. También, la inevitable experiencia de estar en un set o una producción teatral. Por último, acudir a muchos castings. En Stella Adler hice el conservatorio de dos años, pero al terminar seguí otros dos años más tomando como repertorio clásico y de movimiento a través de una técnica que comenzó una bailarina llamada Fay Simpson, en Nueva York, y que también escribió The Lucid Body Technique. Meryl Streep dijo, y estoy parafraseando: “Los actores nunca deben de perder la curiosidad”.

–¿Tenés un método para actuar o depende mucho del director de la película?

–Depende mucho de lo que el personaje requiere. A veces, si el director busca algo muy específico, depende de él o ella.

–¿Cuáles son tus criterios para elegir un papel en una película?

–Un amigo me dio un consejo que lo sigo porque me parece genial y útil. Cuando se te presenta un proyecto hay tres cosas importantes y de esas tres, por lo menos, dos se tienen que cumplir para que el trabajo valga la pena: ¿me interesa o atrae con quien voy a trabajar?, ¿me gusta la historia? y ¿me pagan?

–¿Cuáles son tus películas favoritas?

–Si no te importa, porque es la pregunta más difícil, la voy a replantear como películas que recomiendo ver: Stockholm, de Rodrigo Sorogoyen; Force Majeure, de Ruben Östlund; La Grande Bellezza, de Paolo Sorrentino; Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, entre miles de otras que me estoy olvidando.

ndure@abc.com.py

Fotos ABC Color/Heber Carballo/Gentileza.

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