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No son muchos los que utilizan la técnica del collage. El término viene del francés coller (pegar) y fue usado, por primera vez, por Picasso en su obra Bodegón con caña de silla, 1912. Picasso, en lugar de pintar el asiento de la silla, pegó una tela con el diseño de una silla de caña al cuadro, eso alteró la distinción entre la realidad e ilusión en el arte.
El collage no es un estilo o movimiento; es una técnica. Las hay en el cubismo, dadá, surrealismo y arte pop. George Braque fue otro de los precursores de la misma, así como Juan Gris.
Después del primer collage de Picasso, el segundo más famoso es de Richard Hamilton, quien combinó dibujos con papel. La artista local Gilda Hellmers eligió este procedimiento para organizar su próxima exposición. Y fiel a su estilo, se inclinó nuevamente por las flores. “Para mí, las flores representan vida y realizar collage significó un trabajo de composición y síntesis”, explica Gilda.
Ella estudió Diseño y Pintura con María Celecina Rodrigues de Saraiva y Augusto Rodrigues, fundador de la Escolinha de Arte. Las muestras de sus obras pudieron apreciarse en varias galerías, en Magíster, El Viejo Galpón, Nuevo Espacio, Rafael Malatesta y en la galería de arte del Congreso Nacional de nuestro país.
También fueron exhibidas en el Yacht y Golf Club Paraguayo, a beneficio de Teletón, otra en el mismo espacio social, a favor de los damnificados por las inundaciones. En el taller de escultura de Herman Guggiari, igualmente, se realizó otra presentación y una más a beneficio de la Fundación Denide (Derechos del Niño en Desarrollo). Su trabajo fue seleccionado para la reproducción en una estampilla, editada por la Dirección Nacional de Correos del Paraguay.
Su inspiración, además, se distingue en colecciones privadas de Argentina, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Australia, Inglaterra y Japón. Tiene tarjetas de Navidad, editadas de Santa María Goretti. “Pintar me relaja el alma y más si son flores, hojas... La pintura es, para mí, una vía de expresión en la que puedo dar rienda suelta a mi imaginación, y plasmar mis emociones e ideas”, dice sentada frente al río Paraguay, en su residencia de Villa Elisa.
El escultor Herman Guggiari la calificó como “ecologista de alma, amiga de la naturaleza; trasunta en sus obras el amor a la misma, en las cuales testimonia la belleza de la flora, especialmente de los crotos, que con vivos colores y expresiva forma parecieran resaltar la presencia de estos seres, lastimosamente amenazados en su existencia por otros seres indiferentes a la belleza de la vida”.
Su capacidad artística llega a los escenarios. Se destacó como cantante solista y tiene varios discos compactos en diversos estilos musicales, incluyendo uno de canciones paraguayas. “Amo el Paraguay, me siento feliz en esta tierra”, afirma.
Desde Recife, Pernambuco, llegó a nuestro país de la mano del amor en 1955. Está casada con el arquitecto urbanista Guillermo Hellmers y es madre de cuatro hijos. “Llegué a una Asunción no asfaltada y que olía a azahares, quedé enamorada inmediatamente”, dice al recordar sus primeros años en esta tierra.
Añade que el Paraguay le dio más de lo que buscó. “Llegué y, sorpresivamente, encontré las puertas abiertas de par en par y un mundo de posibilidades para desarrollarme como artista... El Paraguay es un país con tragedias, pero también un país lleno de maravillas, como cualquier otro punto del planeta. Un lugar lleno de música, lenguas, danzas, colores, fauna, flora y paisajes. Cada pueblo tiene su propia expresión, cada comunidad, cada familia. Es único”.
Es que Gilda también transitó por la escritura. Editó un libro titulado Páginas sueltas, instrucción, educación y otras yerbas. “La necesidad creativa está en cada uno, siempre me sentí atraída por los pinceles y todo lo relacionado al arte. De una u otra forma busqué incursionar en lo que, creo, me sale bien. Esta muestra de collage supuso mucha alegría para mí, por los colores y las formas.... A algunos fondos le di distintas texturas, y el resultado es muy colorido, muy vivo, porque pintar es vivir”, expresa.
Sinecias, dalias, crisantemos, margaritas, gerberas, azaleas, orquídeas, pájaros, mariposas, crotos; todo resalta en los cuadros que se verán en la Galeria de Arte Técnica, desde el próximo 15 de octubre. Inspirada en los colores, la naturaleza, disfruta de un amor auténtico por lo que hace, y goza de una interesante perspectiva respecto al arte y la vida en el Paraguay. “Me nace y todo lo que sale desde adentro, desde el interior, tiene una gran importancia. Encuentro mucha tranquilidad cuando pinto, el Paraguay realmente tiene paisajes mágicos”.
Basta visitar su casa para darse cuenta de ello. En su jardín se disfruta de una explosión de santa rita en distintos colores, jazmín, labios de señorita, cocoteros y estrella federal, con la imponente vista al río Paraguay. Un regocijo para los ojos. En ese espacio da rienda suelta a su imaginación, se expresa con libertad y plasma, con energía, mágicos colores en su trabajo.
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