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Artesano de tradición y estudioso del elemento, Juan Carlos Maqueda Pereira se ha dedicado toda su vida al barro. Y no es de extrañar, puesto que su familia lleva 97 años trabajando en este rubro artesanal en Areguá. Sin embargo, pese a todo este conocimiento empírico, él siempre quiso estudiar en el exterior y especializarse. De hecho, Maqueda estudió en la Escuela de Arte de Valencia y la Escuela de Tecnología de Manises, en España; ambas a nivel universitario.
Por lo tanto, actualmente, tiene una visión más amplia de las utilidades que pueden brindar los distintos barros que hay en nuestro país. “Energéticamente, es un elemento no usado, desconocido y desaprovechado en el Paraguay, y una de sus propiedades es la medicinal”, comenta. Insiste en que, principalmente, hay que entender que el barro es un elemento químico, un silicato de aluminio hidratado. Como contiene agua, es un elemento vivo y, al contacto con la piel, tiene la propiedad de limpiar la sangre de impurezas o, de lo contrario, potenciar los órganos internos, dependiendo de qué tipo de barro se usa. “Pero hay que saber que no trabaja de la misma forma en todas las personas. En algunas actúa de manera muy importante, mientras que en otras no hace absolutamente nada”, afirma.
Esto es debido a la falta de conocimiento sobre este mineral, dado que adopta distintos colores de acuerdo a los elementos y la combinación que contiene. Puede ser de color verdoso (cromo), azulado (cobalto), amarillento (aluminio), grisáceo o rojizo (óxido de hierro). En nuestro país tenemos de todos los colores. “Por ejemplo, no es conveniente aplicar un barro de color rojo en el rostro para embellecer la piel. En muchos casos puede dañarla. Por esta razón es importante consultar antes con un especialista en piel”, enfatiza.
Este elemento se formó durante las grandes erupciones volcánicas y los minerales que ingresaron en él, o los que arrastró, son los que le dan un determinado color. Si es extraído de las cercanías de un lago, laguna o algún lugar en el que hay mucha agua, es potencialmente beneficioso para la salud. “Luego, su eficacia dependerá de la constancia de su uso, siempre con supervisión médica. En otros países existen verdaderas industrias dedicadas a procesar el barro. Aquí es barato. Yo suelo prepararlo, pero más con fines de investigación, para conocer sus propiedades y efectos”, indica.
El producto ofrece una serie de variantes de uso y entre sus múltiples beneficios están los curativos. Es muy eficiente en los tratamientos contra el acné, alivia los dolores de cabeza y migrañas, y es eficaz en afecciones, como asma, alergias y artritis. “Hay que dejar bien en claro que el barro no cura, pero ayuda al organismo a regenerarse, recuperar las defensas contra las toxinas que le hacen daño. Ese proceso de optimizar el trabajo de los órganos internos ayuda a que todo el organismo funcione mejor”, puntualiza.
Los sábados, Maqueda ofrece talleres libres a profesionales, como químicos, biólogos, sicólogos, pedagogos, quienes presentan sus propuestas y trabajan sobre eso. “Indudablemente, una sicóloga estará más interesada en qué impacto tiene este elemento en manos de un niño o adulto, y una cosmetóloga querrá saber más acerca de sus beneficios en la belleza”, enfatiza.
Asegura que también se puede usar dentro del campo farmacéutico, aeroespacial y educativo. “Es un elemento que potencia los hemisferios cerebrales, y el niño agudiza su inteligencia, según los sicólogos. En otros países se potencia a los niños superdotados; aquí, se los considera hiperactivos y se los envía al fondo de la clase”.
Según Maqueda, el mundo del siglo XXI no es de aquel que tiene dinero, sino del que más conocimiento tiene, pero en nuestro país no se acompaña el conocimiento con la investigación. Afirma que si esto se lograra, se descubriría todo el potencial en cuanto a beneficios y utilidades con los que cuenta el barro. “Se estaría fabricando crema facial, lápiz labial, champú, crema dental, cabezas nucleares, microchips, aisladores para cohetes espaciales, pero debido a esta falta de investigación sobre las aplicaciones del mineral, los centros de belleza lo importan”.
La barroterapia
Maqueda enfatiza en que no se deben realizar tratamientos prolongados con el barro; por ejemplo, como crema facial. Se recomienda utilizarlo solo dos veces a la semana o, también, todos los días durante una semana y, luego, descansar. “Hay que dejar que el cuerpo por sí mismo vaya asumiendo su función de defensa del organismo”.
Asimismo, aconseja no usarlo sobre el estómago luego de las comidas, porque el órgano está trabajando y, como este elemento tiene radiación, interactúa con él. “Tiene su momento de aplicación. Lo ideal es hacerlo a la noche y dejar sobre la parte afectada por lo menos una hora”.
El barro limpia las escamas que perdemos todos los días, y posibilita al cuerpo renovarse y aumentar las defensas. Otro de sus usos es dejar tocar a los niños el barro; al hacerlo, se está potenciando toda la parte motriz y los sentidos: olfato, vista, formas, etcétera. “Para la gente muy ansiosa, en época de calor es muy beneficioso que pisen el barro, porque en la planta de los pies están todos los nervios terminales”.
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Fotos ABC Color/Gustavo Báez.