El baile, un amigo en la tercera edad

La academia de la profesora Reina Menchaca se llena de alegría los días en que las personas adultas mayores acuden a los ensayos de baile. Ellas se mueven con gracia, y ganan premios. Tal como sucedió en el Teatro Vera, en Corrientes, de donde trajeron cinco trofeos.

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Dejar que el baile entre en esa etapa madura de la vida tiene efectos terapéuticos en el cuerpo y en el alma. Llegar a la academia de la profesora Reina Menchaca y verlas ataviadas con atuendos de época, con el rostro feliz, charlando, riendo, bailando, demuestra que es así. Los beneficios saltan a la vista: mejoran su autoestima, tienen más confianza en sí mismas y claridad de pensamiento. Y no solo eso; además, relaja, libera adrenalina y ataca los grandes males de los últimos tiempos: el estrés, la ansiedad o la depresión. Lo dicen ellas mismas, durante la charla con ABC Revista, rodeando a su profesora, la renombrada Reina Menchaca.

No cabían en sí. Todas querían contar su propia experiencia o de la compañera. “Ella no podía ni moverse cuando llegó aquí, ahora es una de las mejores bailarinas”, “yo soy la que confecciono los trajes de todas”, “a mí me hace mucho bien”, “acá hablamos, nos reímos, somos todas kachiãi”, fueron algunas de las frases que soltaron después de la producción fotográfica, en la que posaron con elegancia sin dejar de pronunciar la palabra “¡sexo!”, a viva voz, todo para salir sonrientes y lindas en la foto.

En su mayoría profesionales, algunas ejercen, otras no. U ostentan el título de reina, como es el caso de Juanita Morel, coronada como “Soberana de la tercera edad”; en fin, el ambiente a la hora de los ensayos es muy festivo. No faltan las bromas y la música, por supuesto.

La profesora miraba sonriendo con orgullo todo el desarrollo. Algunas se acercaban a preguntarle si ya podían cambiarse de ropa, con la previa aclaración de no hacer striptease por la presencia masculina, refiriéndose al fotógrafo. “Me gusta hacer arte por arte”, expresa más seria. “Cuando me plantearon la posibilidad de darles clases, acepté encantada y me rehusé a cobrarles una cuota. Me gusta lo que hago y mucho más si puedo hacer un bien; además, yo también ya soy de la tercera edad”, agrega sonriendo la famosa bailarina y profesora.

Hoy son más de cuarenta personas adultas que encuentran un espacio donde hacer amigas o socializar. La dinámica misma de las reuniones posibilita compartir comentarios, experiencias, ocurrencias, rememorar situaciones pasadas o revivir recuerdos, todo en un ambiente risueño. Y lo que es mejor: ganar premios. Sí, porque en la competencia realizada recientemente en Corrientes, Argentina, en su categoría, conquistaron cinco trofeos para el país. La presentación fue en el Teatro Oficial Juan de Vera, más conocido como Teatro Vera, conmemorando sus 100 años. Allá hicieron despliegue de sus habilidades y se ganaron los cinco primeros galardones, danzando “Mujer paraguaya”, “3 de Mayo”, “Chiperita”. Igualmente, se adueñaron de los primeros puestos en traje. “Vinimos contentas, muy felices”, cuenta Reina.

Esos encuentros no entienden de edades ni de clases, tampoco de profesiones. Pero sí hay una receta común: la constancia. “Solo notamos ventajas y beneficios, por eso tratamos de no perder una sola de las clases. Es una inyección de vitalidad”, cuenta la doctora Blanca Gómez, de 81 años. Ella baila con Reina desde que se formó el grupo “La edad de oro”; de eso ya hace cinco años. “No siento ni un solo dolor; me siento perfecta”, asegura.

Como profesional manifiesta que el baile hace bien y debería ser recomendado por los médicos. “Reina es un ser extraordinario, no nos cobra nada, es la reina imperial de las hadas”, dice. “A Corrientes fuimos y nos hospedamos en un hotel de primera pagando muy poco. No saca ventajas con nosotras; es muy justa”, continúa. “Pasamos muy bien, desde la salida hasta el regreso; todo fue alegría”, aporta Juanita.

Mecha no se queda atrás, y afirma que los lunes y miércoles son esperados por todas. “Nuestra profesora se adelantó a los deseos del papa, quien dice que hay que tener en cuenta a los niños y a los adultos mayores. Nos atiende con una paciencia franciscana”, sostiene. “Nos ayuda a elevar nuestra autoestima”, añade la doctora Gómez.

Tienen entre 60, 70, 80 y hasta más de 90 años. Encuentran en la academia la fórmula ideal para cuidar la salud de su cuerpo y espíritu, de una manera divertida. Y lo que es mejor: alcanzan premios de primer nivel.

 ndure@abc.com.py

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