El amiguito de Jesús

Brunito se robó el corazón de muchos internautas cuando su caso se viralizó en las redes sociales. Varios medios se hicieron eco de su estado y hasta artistas internacionales se solidarizaron con él. Incluso apareció un donante, pero no pudo concretarse pese a la “Ley Anita”. ¿Por qué?

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Bruno Marioni Martínez Giménez nació el 30 de abril de 2014 y es el único hijo de Griselda Giménez, ama de casa, y Elvio Martínez Godoy, empleado, quienes residen en Ciudad del Este, Alto Paraná. A los tres meses se detectó que el pequeño nació con un solo riñón y que no funciona. Desde entonces, sigue su tratamiento en el Hospital Central del IPS, pero se realiza diálisis peritoneal cada cuatro horas en su hogar. “Yo misma le hago en casa”, cuenta su madre, quien se muestra muy conforme con la atención que le brinda el seguro social. “Él está tomando actualmente medicamentos que son muy costosos”, resalta. 

Por el momento, la única chance de cura del pequeño es por medio de un trasplante, pero para llegar a ese punto, el niño debe estar en óptimo estado, principalmente, de peso. “Tiene que subir dos kilos. Ahora tiene nueve y debe llegar a 12 kg”, explica su madre. Una vez logrado esto y se den otras condiciones de salud, Brunito podría estar en condiciones para recibir el riñón de un familiar hasta un cuarto grado de consanguinidad, que sea compatible y le pueda donar. En caso contrario, deberá entrar en lista de espera por un donante. Hasta que este aparezca, debe someterse a diálisis todos los días.

Viral

El caso de Brunito se viralizó a través de las redes sociales luego de que aparecieran videos, en su mayoría, rezando, y varios medios se hicieron eco de la situación, más aún cuando algunos artistas famosos se conmovieron con su historia y se solidarizaron con él, como el cantante Ricardo Montaner, quien escribió en su cuenta de Twitter que vio el video del niño. “Me emocionó hasta el alma. Que Dios te bendiga con salud, Brunito”, tuiteó el artista. “Eso nos hizo muy felices. Nunca pensé que íbamos a llegar hasta esto. Pero, por su inteligencia, él le conquista a todos”, revela.

Según su madre, el niño está consciente de su enfermedad. “Él siempre dice que no va a necesitar el trasplante, que solo Dios lo va a curar. Brunito tiene mucha fe. Todas las noches reza y pide por su salud. En todo momento tiene presente a Dios, y toma sus cosas y empieza a orar”, refiere. 

Un día normal de Brunito transcurre entre juegos. Aunque todavía no camina —actualmente, está siguiendo su tratamiento con un traumatólogo— toma las cosas que más le gustan, como su guante de fútbol. “Es fanático de Olimpia y de Aguilar, el arquero. Hasta fuimos al hotel a visitarlos”, cuenta Griselda y agrega que el niño también recibió la visita del Grupo Lince. 

La madre, firme en su fe, conserva la esperanza de que Dios les va a ayudar siempre y que su pequeño sanará. “Dios sabe lo que hace. Siempre está en primer lugar y nos está ayudando para salir adelante. Además, Brunito es el que nos da la fuerza para seguir luchando”, resalta”.

El donante que no fue

“Me sentí muy feliz cuando Javier Vargas se ofreció como donante, porque era poner en riesgo su vida, ya que el joven ni siquiera es amigo de la familia”, confiesa Griselda. Por eso, quiso hablar con él antes de que lo publique, para explicarle que el niño no podía todavía recibir un trasplante, pero tuvo que ir a Asunción para el control de Brunito. Ínterin, la noticia ya salió a la luz. 

Javier Vargas tiene 21 años y también vive en Ciudad del Este. Cuando se enteró del caso, la idea le rondó por mucho tiempo en la cabeza. “No fue fácil decidir. Tuve que pensar en mi familia, mi salud; mucho realmente. Pero quería ayudarle sin pedir nada a cambio, y darle la oportunidad que no pude con mi mamá cuando ella estaba enferma”, explica. Su madre falleció hace poco más de tres años. “Aunque soy soltero, tengo sobrinos y pienso si a alguno de ellos le pasa algo como eso, va a ser muy difícil sobrellevar esa enfermedad”.

Javier se puso en contacto con un noticiero de tevé del mediodía de Asunción y les dijo que quería donarle su riñón al pequeño. “Antes de que pudiera contactar con los familiares de Brunito, ya me sacaron al aire. Alguna gente piensa que lo hice por fama, pero la fama es de un día para otro, y la vida, no. Incluso, muchos me llamaron para pedirme que les donara mi riñón, pero les contesté que solo quería ayudar al pequeño”, enfatiza. El joven resalta que lo que más le conmovió fue la inteligencia, la alegría, el gran corazón, la forma de ser de Brunito, aun teniendo esa enfermedad. “Él tiene un gran futuro por delante y me hubiera gustado ayudarle”, asegura.

De momento, situación estable

La Dra. Marlene Martínez, nefróloga pediatra, forma parte del plantel de médicos que tratan a Brunito en el Hospital Central de IPS. “El niño nació con un solo riñón y con malformaciones en ese único órgano”, detalla. La especialista explica que por este motivo, el pequeño se realiza una diálisis peritoneal, que es continua y en forma ambulatoria. La situación actual del niño es estable. Se espera que llegue a un peso y altura ideales para que pueda ser sometido a un trasplante, que puede ser en cualquier momento. Mientras él siga con su diálisis peritoneal, no corre riesgo su vida. “De hecho, el trasplante renal es una opción de tratamiento para los pacientes con insuficiencia renal terminal para mejorar su calidad de vida, que es muy superior que con la diálisis, porque esta no suplanta en un ciento por ciento la función renal”, pormenoriza. 

Para la especialista, no todos los pacientes son candidatos a recibir un trasplante, ni todos pueden donar. Ni vivos ni pacientes con muerte cadavérica; tienen que reunir ciertas condiciones. “Es el caso de Brunito; cuando ya no sea peligroso para él, se iniciará todo el proceso para que pueda recibir un órgano”, señala. Por ejemplo, un equipo evaluará si él está en condiciones de recibir el órgano de un adulto. Si eso no se da, entra en lista de espera para recibir un donante pediátrico o un adulto pequeño. “Depende de muchos factores. Siempre se espera que sea de un pariente, por la compatibilidad y el estado de salud”, puntualiza.

Qué implica una donación

Resalta que es importante saber que donar un riñón cuando una persona está viva no es como hacerse una extracción de sangre o tomarse una radiografía. “Para que una persona quede con un solo riñón el criterio es muy estricto, por lo menos en IPS. Ya es una persona que tiene que hacerse controles laboratoriales, clínicos periódicos; es muy complejo”, afirma. En el caso de Bruno no hubo ningún pedido, ni de la familia ni del equipo médico. Fue una iniciativa popular. Añade que por un lado es positivo, porque se instala el tema del trasplante, de la donación de órganos. “Hay que recordar que hay más de 100 personas en lista de espera para trasplante renal, en particular. Es importante hablar del tema para que la población se empiece a informar más”. 

El Dr. Gustavo Melgarejo, director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), explica que hay dos tipos de donantes: el donante vivo, que tiene que ser de hasta el cuarto grado de consanguinidad para que sea compatible —no puede haber donación viva entre personas que no están emparentadas—, y el donante cadavérico, que es una persona fallecida que en vida manifestó su deseo de donar y permite que muchas personas que están en lista de espera única nacional puedan recibir el órgano que les corresponde. “Pero es el médico tratante quien decide cuándo un paciente puede recibir un trasplante. Javier Vargas no es un pariente, la ley no le permite, pero el niño tampoco está en condiciones ser trasplantado”, detalla.

La diálisis peritoneal (DP)

Es un procedimiento que permite depurar líquidos y electrolitos en pacientes que sufren insuficiencia renal. La diálisis peritoneal utiliza una membrana natural –el peritoneo– como filtro. “Se utiliza una membrana abdominal, peritoneo; se usa como membrana de intercambio. Se le coloca un catéter en el abdomen y a través de eso se le infunde un líquido, queda unas horas y, luego, se vacía. A través de esa membrana se eliminan sustancias”, explica la Dra. Martínez.

La “ley Anita”

El 7 de setiembre de este año, el presidente de la República, Mario Abdo, promulgó la “Ley Anita”, según la cual todos los mayores de 18 años se convierten automáticamente en donantes de órganos, salvo que deje negativa de forma expresa. No se requiere ir a una escribanía. Esta ley regiría desde el próximo año, como una forma de salvar más vidas a través de la donación de órganos. La ley requerirá una reglamentación para su puesta en marcha. La oposición a ser donante se podrá realizar en instituciones como en una municipalidad, en sedes del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) y el Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional.

Anita

Anita Almirón Riquelme era una niña sana, hasta que en marzo del 2011 le diagnosticaron miocarditis dilatada, una enfermedad cardiovascular que disminuye la capacidad de bombeo del corazón. Los médicos concluyeron que el único modo de curarse era gracias a un trasplante. Sus familiares iniciaron una campaña en las redes sociales denominada #UnCorazónParaAnita, que tenía como objetivo conseguir un donante para el trasplante cardiaco. El objetivo de la campaña no se logró. El 10 de abril del 2013, un año y siete meses de aguardar en la lista de espera, la pequeña falleció. Tras su muerte, sus padres, Luis Eugenio Almirón y María Elena Riquelme, decidieron donar las córneas de Anita.

mpalacios@abc.com.py

Fotos: Diario Vanguardia/Ever Portillo.

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