Educación, la receta

Latinoamérica difícilmente progresará mientras no se entienda que la pobreza, inequidad y estancamiento son la consecuencia de una educación deficiente, diagnostica el periodista Andrés Oppenheimer luego de su visita a nuestro país.

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De aquel tímido muchacho bonaerense que se refugiaba en los libros y escribía solo para él, queda muy poco. Una entrevista con Jorge Luis Borges para la revista escolar marcó el rumbo del camino que seguiría en la vida. Cuando en 1976 obtuvo una beca para estudiar en Minnesota, EE. UU., su suerte estaba echada: una maestría en Periodismo en la Universidad de Columbia selló su destino. Y un empleo como traductor nocturno en la Associated Press, de Nueva York, le abrió las puertas al periodismo norteamericano. De allí, al Miami Herald, y el reconocimiento mundial fue solo cuestión de tiempo.

Hoy, además de ser editor para América Latina y columnista de The Miami Herald, y analista político de CNN en Español, es conductor del programa de televisión Oppenheimer Presenta. Ganador de los premios Pulitzer, Ortega y Gasset, entre otros, Andrés Oppenheimer también es autor de siete libros, entre ellos: Basta de Mentiras, de 2010, un ensayo sobre la relación de la educación y la economía en los países latinoamericanos.

El periodista estuvo en nuestro país para participar de la apertura de la reunión anual del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL). En diálogo con ABC Revista, Oppenheimer habló sobre la importancia de la calidad de la educación y su consecuencia en el desarrollo de la economía de América Latina.

Cuando viajó a Finlandia —según todos los rankings internacionales, es uno de los países que cuentan con la mejor calidad educativa— le preguntó a la presidenta cuál era el secreto; ella contestó: “Tenemos tres secretos: el maestro, el maestro y el maestro”.

Oppenheimer dedicó tres años de viajes e investigación para redactar el libro. Visitó países tan disímiles, como China, Polonia, República Checa, Irlanda, España, Estados Unidos, Argentina, México, Brasil, Finlandia y Venezuela. “Lamentablemente, todavía en muchos de nuestros países latinoamericanos no terminamos de entender que la pobreza, inequidad y el estancamiento pasan por la educación; una de calidad. Y eso irá agudizando, porque estamos entrando en una era de la economía del conocimiento en la que el trabajo mental se paga muchísimo mejor que el manual”. Enfatizó en que los países que están formando una población altamente educada con ingenieros, científicos, técnicos progresan más que aquellos que viven del trabajo manual.

Mencionó que hay países, como Singapur, que carecen de todo recurso natural, hasta agua, pero que cuentan con uno de los ingresos más altos per cápita. “Mientras Venezuela, Nigeria y muchos otros riquísimos en petróleo, paradójicamente, tienen los más altos índices de pobreza en el mundo”.

Sostuvo que la solución al problema educativo no provendrá de ningún Gobierno. “Los políticos invierten solo para las fotos; en el puente, hospital o la escuela que pueden inaugurar. Y como la inversión en el perfeccionamiento de los maestros y directores de escuelas no se puede retratar, y sus resultados se ven recién de aquí a 15 años, el actual presidente no verá reflejado en su cifra de popularidad”.

Indicó que Brasil y México han mejorado ostensiblemente su calidad educativa gracias a esta presión social. En Brasil crearon la oenegé Todos por la educación, reclutaron a futbolistas, artistas e hicieron una campaña de medios de comunicación impresionante con el mensaje de que el futuro del país está en la calidad educativa. “En cuatro años, lograron ubicar la educación en el primer lugar en la agenda política del país y que los políticos comenzaran a invertir perfeccionamiento docente, en calidad educativa.

Lo que aquí se debería hacer es averiguar adónde va el dinero del presupuesto de educación”, sugiere e inquiere: “¿Cómo salen los estudiantes paraguayos de los test internacionales? El Paraguay ni participa en el test de PISA*. La sociedad tiene que pedir a los maestros que rindan cuentas por producir alumnos con educación de mala calidad, y pagarles más en función de su rendimiento en el aula y no a su antigüedad ni de su sindicato”. Aclaró que no se trata de ser antimaestro. “Hay educadores buenísimos que merecen un monumento, pero también hay maestros malos que representan un retroceso para la causa educativa”.

El abusómetro

En México hay una oenegé, Mexicanos primero, que reúne a todos los sectores de la sociedad y están creando una acción cívica de presión al Gobierno, a los maestros y sindicatos, sobre todo, para que mejoren la calidad educativa. “Luego de investigar el presupuesto educativo del país y averiguar adónde va a todo el dinero, encontraron que el 40 % de los maestros no enseñan en la clase; están en el sindicato de maestros, en tareas administrativas o ni siquiera eso”.

“A principios de agosto, pusieron un cartel luminoso, el abusómetro educativo, en la mitad del centro de México, para mostrar minuto a minuto cuánto del dinero del presupuesto educativo desaparece o es robado por los maestros, para que todo el mundo lo tenga bien presente. Los empresarios deben darse cuenta de que si no hacen algo para mejorar la calidad educativa, no solo se va a perjudicar el Paraguay, sino también se van a perjudicar ellos. Es ahí donde se va jugar el futuro del Paraguay. Porque el futuro no está en la soja; está en la educación”.

Luego de haber estado en los cinco países más avanzados del mundo en educación, concluyó que esta debe ser fruto de una presión social: de los padres, empresarios, amas de casa, periodistas. “La solución al problema educativo no provendrá de ningún Gobierno. Es demasiado importante para dejarla en manos solo de los Gobiernos”.

Reflexiones

● “¿Con cuántos días cuenta el año escolar en el Paraguay? Japón tiene 242 días; Corea, 235. En América Latina, nuestros países —los que tienen más días— apenas alcanzan 200. Y estos países, hace solo 40 o 50 años, eran tan o más pobres que el Paraguay. Solo que apostaron todo a la calidad y lograron revertir su situación”.

● “En nuestros países tendemos a ideologizar todo: que la derecha, la izquierda. Lo países más exitosos en ciencia y tecnología, como Corea, Japón, China, Finlandia, no tienen la misma ideología política”.

● “Creo que la educación en sus fases iniciales debe ser gratuita, no así la universitaria”.

● “El fenómeno de la repitencia. Los países avanzados no hacen repetir de grado a los chicos. Si no está al nivel de los otros, les ponen en una clase especial, les dan un maestro asistente y los ayudan a ponerse al día. Nosotros los expulsamos sin tener en cuenta que puede estar mal alimentado, venir de una familia disfuncional, con problemas de salud o económicos. Y lo hacemos repetir tantas veces, que al final el chico abandona la escuela, condenándolo, tal vez, como mínimo a la delincuencia”.

● “¿En el Paraguay existe un ranking de calidad educativa de los colegios? ¿Cómo sabe una madre a qué colegio enviar a su hijo? Y es lo que están haciendo estas oenegés (Brasil y México): rankear las escuelas para que los padres sepan cuál es la que mejor les queda cerca de su casa”.

● “Ojalá que los medios de comunicación se junten con esta oenegé para crear presión social para mejorar la calidad educativa, porque los gobiernos pasan y esto es una inversión a 15 o 20 años”.

(*) Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment) de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos.

mpalacios@abc.com.py 

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