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Juan Evangelista Aguiar Benítez es un gran estudioso y profundo conocedor de la lengua castellana, así como docente y corrector; como tal, su principal preocupación ha sido siempre el buen uso de la misma. Reconocido lingüista, es miembro de número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española desde el 2006 y miembro correspondiente por el Paraguay de la Real Academia Española (RAE) desde el 2007.
Siempre se ha destacado por representar a nuestro país en la redacción de las publicaciones de la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), como el Diccionario panhispánico de dudas (2005) y Diccionario de americanismos (2010). Participó, además, en la elaboración de la Nueva gramática de la lengua española (2009), colaboró en la revisión de la nueva Ortografía de la lengua española (2010), así como la Ortografía básica y Gramática básica de la lengua española, ambas publicadas en el 2012.
En el 2014 trabajó tres meses en Madrid, en la corrección y revisión del Diccionario de americanismos. Ese mismo año representó nuevamente al Paraguay en la presentación oficial de la 23.a edición del Diccionario de la lengua española (DEL), en Madrid; luego, en Asunción, con la presencia del entonces director de la RAE y presidente de la Asale, Dr. José Manuel Blecua.
A su vez, publicó Las dudas del hispanohablante paraguayo (2004); Hablemos mejor (2005), en fascículos, en un periódico de Asunción; Lengua Española: Teoría y práctica (en coautoría, 2005), y Diccionario de castellano usual del Paraguay (2008). También colaboró junto con otros académicos y lexicógrafos en la elaboración del primer Diccionario del castellano paraguayo (2017).
Ahora, luego de cuatro años de investigación y trabajo, salió a la luz el libro Respuestas fundamentadas a 850 preguntas sobre cuestiones lingüísticas, un ensayo que responde a las últimas obras normativas y descriptivas de la RAE y Asale. “Este libro me inspiró otro que encontré en España, en el 2014, cuando fui a la presentación del Diccionario de la Real Academia”, comenta.
Aguiar fue invitado por cuatro días por la RAE y, en una librería madrileña, encontró un libro de historia universal presentado en forma de preguntas y respuestas fundamentadas con autores. “Pero estas, obviamente, son dudas lingüísticas”, explica y agrega que fue elaborando poco a poco, porque a la par, también, se encuentra redactando un volumen de Diccionario de gentilicios paraguayos. “Que hace falta; no hay”, resalta.
Ya en el Diccionario de regionalismos, el académico se encargó de añadir el apéndice de gentilicios paraguayos, dado que en todos los países figuraban hasta las ciudades más pequeñas, pero del Paraguay incluían apenas seis departamentos y sus capitales, de los 17 con los que cuenta, por lo que tuvo que agregar los gentilicios de todos los municipios faltantes. “Por ejemplo, a los nacidos en Cruce de Liberación se les llama libereños, los de 1.º de Marzo son primeranos y los de Guasucuá, guasucueños. En el Paraguay existen 259 municipios”, detalla.
Cuenta que también tiene terminado el libro Raíces griegas en el español culto, pero como contiene 900 páginas, necesita reducirlas. “Esta obra terminé en cuatro años, pero haciendo otras cosas, sin dejarla del todo”, comenta. Muchas de las preguntas son inventadas; otras, que él anotaba y, las demás, de las consultas de la gente.
También de los errores de los políticos, periodistas y jugadores de fútbol. “Por ejemplo, un diputado dice: ‘Todos tenemos que hacer nuestras meas culpas’. La norma dice que las locuciones latinas nominales son de género masculino y no se pluralizan. Por lo tanto, debe ser: ‘Nuestro mea culpa’. La gente quiere usar latinismos sin conocer su significado. Entonces, debe ir a lo más práctico y decir: ‘Todos tenemos que hacer nuestra autocrítica’”.
Trae a colación otro error muy común que suele salir en las noticias: “Lambaré le declara la guerra a los tragamonedas”. Esta palabra es uno de los pocos compuestos verbos nominales que son de género femenino, por lo tanto, son “las tragamonedas”. Todas las respuestas están fundamentadas, según la fuente. “Hay que respetar las normas; de lo contrario, vamos a destruir la lengua”, asegura y añade que tiene 1200 preguntas. “Ya tengo para otro librito”, cuenta.
Aguiar explica que, para facilitar la búsqueda, las preguntas están dispuestas en forma de índice. Son 27 páginas de índices para facilitar la búsqueda. Dependerá del interés de cada uno. El libro consta de cinco partes: morfosintaxis, conforme a las normas contenidas en la Nueva gramática de la lengua española; ortografía, según las últimas normas aprobadas por las 22 academias; la tercera parte desarrolla aspectos relacionados con el nuevo Diccionario de la lengua española, el cuarto capítulo se refiere a los numerosos latinismos utilizados en español y en el quinto van unos temas denominados Curiosidades de la lengua. “Mi idea es que sea útil. Ni siquiera es ganar plata”, enfatiza. Esta primera edición consta de 500 ejemplares. “Antes del lanzamiento ya había vendido 25”, revela.
Hoja de ruta
El autor es licenciado en Filosofía y ejerció las cátedras de Latín, Griego, Filosofía y Música en diversas instituciones del país. Su trabajo se centra en el estudio de las incorrecciones del lenguaje, así como en la práctica profesional de la corrección estilística. Es miembro de la Academia Paraguaya de la Lengua Española desde el 2007 y entre sus publicaciones se destacan: Las dudas del hispanohablante paraguayo (2004); Hablemos mejor (2005), lanzado en fascículos en un periódico de Asunción; Lengua Española: teoría y práctica (en coautoría, 2005), y Diccionario de castellano usual del Paraguay (2008). También colaboró junto con otros académicos y lexicógrafos en la elaboración del primer Diccionario del castellano paraguayo (2017).
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