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Vestida con líneas simples, básicas, pantalones negros y camisa tono tiza, María Silvia se mostró entusiasmada al hablar de lo que tanto le apasiona. “Siempre me gustó, desde chiquita, cuando iba a la tienda de telas que tenía mi abuelo. Crecí entre colores y texturas, así que imagino que por herencia abracé esta profesión”, recuerda.
Si bien sus primeros estudios universitarios estaban relacionados con los números (negocios, y tiene un posgrado en la Universidad Católica), no pasó demasiado tiempo para darse cuenta de que lo suyo está en un taller, entre moldes, hilos, tijeras y bosquejos. “La moda siempre está metida, intrínsecamente, en toda mujer; unos zapatos, un buen vestido, accesorios, detalles que nos muestran siempre bien puestas. En el colegio Las Teresas siempre asesoraba a mis compañeras; lo mismo ocurría en la universidad, hasta que finalmente dije: ‘Lo mío es el diseño’ e inicié mis estudios. También tengo un diplomado en Gestión de Tiendas, en la Universidad Adolfo Ibáñez, Chile. Tomé cursos en el IED (Instituto Europeo de Diseño) en Barcelona. Estuve en el Fashion Design, así como en el Milán Fashion Campus, y asistí a un curso de celebrity fashion design. En Milán visité talleres de bordados de Valentino y Dolce & Gabana”, cuenta María Silvia.
Permanentemante busca acompañar los dictámenes de la moda y sugerir tendencias, diseños, buen gusto. “Comencé en casa, en una habitación para huéspedes, en la que desarrollaba mis ideas; luego, se me hizo chica. Tenía más clientas y cambié a una más amplia, hasta lograr mi propia boutique de moda”.
En ese lugar, las fashionistas encuentran todo. Desde accesorios hasta calzados y una gran variedad de diseños listos para lucir. “Es una tienda completa, porque la idea es que la persona encuentre todo a disposición en un solo lugar. Acá le hacemos la ropa, le asesoramos en los calzados, accesorios, pulseras, collares, tocados. Me gusta todo lo que sea fiesta, aunque también tengo una línea de cóctel, con cortes más sencillos, pero sin perder la elegancia”.
Para María Silvia, diseñar una colección y escribir una historia es caminar al unísono hacia la creatividad. Transformar palabras en tejidos y sensaciones en costuras. Se inspira en sus emociones. Las prendas se rinden a una deconstrucción que delinea nuevas siluetas, siempre dignificando las formas y líneas curvas descritas por el cuerpo de la mujer. Deshilando estas características aparece esa esencia única e intransferible: el estilo, la elegancia. Los tejidos fluyen: gasa chiffon, satén, guipure, encajes, tules. Sus gamas de color y tonalidades, desde la intensidad de los rojos a la suavidad del beige hasta el misterioso gris plata. “Me gustan los vestidos para fiestas, jugar con lo antiguo, vintage, los bordados, las pedrerías, perlas. Quiero que cada prenda sea única. Podría definir mis diseños como vanguardistas con toques románticos”, afirma la estilista.
También diseña para las novias. De todos los preparativos de una boda, sin duda, la elección del vestido es uno de los más importantes, y que más tiempo requiere a la hora de confeccionar y ajustar para que sienta como un guante. María Silvia sabe de eso y se esmera en todas sus creaciones. Se decanta por los trajes de inspiración moderna, en los que predominan los detalles vintage en tocados y complementos. Propone escotes halter, corazón y palabra de honor; siluetas sirena y cortes princesa con bordados en pedrería. Un poco de todo, pero innova bastante; es decir, le da toques vanguardistas, especialmente en las polleras del vestido. “Las novias vienen con una idea y trabajamos juntas en el acabado final... Les hago un perfil sicológico”, bromea.
Luego pone manos a la obra con su equipo, cuidando todos los detalles en las prendas y supervisando puntillosamente para que todo quede perfecto. Es que cada vez son más las mujeres que apuestan por lucir un diseño exclusivo.
El proyecto más inmediato es lanzar nuevas colecciones. “Ya estuve presente en varias ediciones del Asunción Fashion Week y Asunción Alta Moda. Preparar nuevos modelos siempre es un gran reto, una nueva aventura en la que disponés de brújula y mapa, pero no sabés qué sorpresas te van a asaltar por el camino”.
Ella siempre encuentra el tesoro escondido: esa satisfacción de convertir a la mujer en elegancia, estilo y buen gusto. “Hay que luchar por los sueños, sin decaer. Ahora apunto a exportar mis diseños y con mi tenacidad es seguro que va a traspasar fronteras. Es mi principal meta”, dice sonriendo.
Va a continuar disfrutando de cada puntada, aunque a veces se pinche con alguna aguja o alfiler. “Recuerdo aquellos consejos que me pedían mis compañeras, los tips, sin imaginarme que llegaría a esto. Soy afortunada, porque tengo dos carreras que se complementan”.
Más adelante piensa ofrecer la posibilidad de adquirir sus prendas bajo el innovador concepto de venta online. Además, le da difusión a su trabajo en las redes sociales desde su perfil profesional María Silvia G Vestidos en Facebook y en Instagram@masilviaatelier. “Hay que acompañar los tiempos y facilitar todo a los clientes. Los pedidos pueden hacerse a través de mensajes privados”.
Para aquellas jovencitas que se quieren dedicar al diseño, María Silvia les dice que hay que disfrutar y saborear la carrera elegida. “Este trabajo me alimenta el alma, y yo le condimento con pasión, constancia y perseverancia, pero cada uno debe proponerse sus propias metas, fieles a su filosofía hasta encontrar su espacio. Ningún comienzo es fácil, pero con constantes ‘empujoncitos’ por parte de quienes te rodean, todo obstáculo aparecido a lo largo del camino resulta mucho menos complicado de superar”.
Sobre sus referentes, admite que no puede quedarse con unos cuantos, porque todos son especiales; aun así admira a la inolvidable y símbolo de la distinción Coco Chanel. “Una mujer elegante tiene el mundo a sus pies. Inspira respeto y admiración, y atrae oportunidades tanto profesionales como personales”, dice. Valentino, igualmente, está entre sus preferidos y el diseñador libanés Elie Saab. “Son estilistas consagrados. Hay que mirar alto. Apunto siempre a la excelencia y ese debe ser el espíritu. Me inspiro en la tela, trabajo mucho y plasmo mi idea. Es apasionante el mundo del diseño. Ver cristalizada una idea es muy gratificante”.
Hasta ahora no tuvo frustraciones en su carrera. “Felizmente siempre quedaron satisfechas quienes me eligieron, pero de todos modos, cuando alguna idea no se concreta, hay que seguir probando, cortando, intentando hasta lograr lo que se tenía en mente, para sacar la parte más sensual y femenina de toda mujer”.
María Silvia González, un nombre que va posicionándose en el mundo de la haute couture, persiguiendo siempre contenido en calidad y diseño. Una mujer a la que le gusta crear un estilo personal y ve la moda como una manera de expresión.
Modelos: Andrea Pavón y Carla Garelli. Peinado y maquillaje: Rommy F/M (Shopping Mariscal/Centro).
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