Devolver la alegría

Una experiencia alegre y distendida, alejada de los fríos pasillos de los sanatorios, es lo que ofrece Campuka a niños y jóvenes con enfermedades graves. La organización propone campamentos de cinco días con actividades lúdicas y de inclusión.

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Con el objetivo primordial de lograr que los chicos con enfermedades graves vuelvan a sentirse niños, en un entorno especialmente acondicionado para el efecto, la organización Campuka prepara para el mes que viene su segundo campamento, que estará dirigido a chicos del área de Oncología del Hospital Central del Instituto de Previsión Social. La primera experiencia se realizó en febrero de este año y benefició a 80 niños con cáncer, pacientes del Centro Materno Infantil del Hospital de Clínicas, de entre 6 y 17 años.

Virginia Cabrera, directora del programa, explica que se trata de un proyecto que involucra a dos organizaciones que trabajan de manera conjunta: por un lado, Serious Fan, creada hace más de 20 años por el actor Paul Newman con el fin de desarrollar espacios de diversión pura para estos chicos y, por el otro, Arapacha, una consultora paraguaya de innovación en aprendizaje. Actualmente, el programa se encuentra activo en los Estados Unidos, África y Asia. Paraguay es el primer país latinoamericano en replicar la experiencia.

“Concretamente es un campamento de cinco días en el que tenemos dos objetivos principales: por un lado, que los chicos vuelvan a ser niños, ya que algunos de ellos son diagnosticados con cáncer o leucemia desde muy pequeños y están prácticamente ocho o diez años en el hospital, haciendo todo lo que implica un tratamiento y realmente viviendo una infancia que no es tal”, detalla Cabrera.

“La idea del programa es poder sacarlos de ahí y que durante esos cinco días vuelvan a ser niños; ellos juegan, se crea un entorno de magia, diversión y risas. Esto les permite olvidarse en esos días de la enfermedad, de los médicos, de los tratamientos, de todo. Por otro lado, está la parte de la recreación terapéutica que busca darles fuerzas para seguir con el tratamiento, impulsarlos un poco y trabajar el autoestima para que puedan recargar energías para todo los que les toca seguir afrontando”, agrega la directora del programa.

Campuka busca también causar un efecto positivo en las familias de los niños y jóvenes que participan del programa. “Los papás ven a sus chicos felices, renovados, con fuerza; entonces realmente esto impacta en la familia, que también se ve muy afectada por la enfermedad, tanto a nivel económico como emocional; están todo el tiempo detrás de la enfermedad, y eso marca un antes y un después en la vida de la familia. Buscamos que Campuka también sea un antes y un después en la lucha por la vida”, dice.

Las instituciones que quieran ser parte de la experiencia deben pasar por un proceso de selección en el cual se evalúa si se adaptan a los parámetros que permiten el desarrollo del programa. Para ello es requisito la firma de una alianza en la cual el hospital asume el compromiso de la selección de los chicos que están preparados para participar y quienes deben necesariamente contar con un alta médica que los habilite a viajar con el grupo.

“Los médicos tienen que hacer ese proceso de selección, llenar las fichas de inscripción, hacer todos los exámenes correspondientes para certificar que ese chico está en condiciones para participar de las actividades. Todo el tiempo en el campamento tenemos un equipo médico in situ, que está a cargo de todo; entonces, el hospital tiene que reunir esas actividades para poder aliarse al programa. En realidad, nuestro objetivo es poder llegar a todos los centros médicos, para poder llegar así a todos los chicos”, detalla Cabrera. “Si el hospital pude reunir esas condiciones mínimas que necesitamos, podemos hacerlo”, asegura.

El equipo médico proveído por la institución participa de una capacitación en conjunto con los monitores de la organización. Allí se analiza caso por caso y es por eso que se necesita del apoyo constante de los médicos para que el programa pueda adaptarse a las necesidades de cada uno de los chicos. “El campamento es de cero costo para los chicos y sus familias, por eso es que estamos llevando adelante una campaña de donaciones que hacemos antes de cada campamento para poder canalizar todo lo que necesitamos”, refiere Larissa Sostoa, encargada de comunicaciones.

Hacerlo posible

Al igual que en el primer campamento Campuka, la organización espera que esta vez las personas de buena voluntad vuelvan a hacerse sentir con un grano de arena que permita que 80 niños y jóvenes sean beneficiados con esta experiencia, a realizarse el mes próximo. Para ello existen diversas maneras de ayudar.

“Para hacer un campamento necesitamos un montón de cosas: el alquiler del lugar, el transporte para los chicos, inclusive hay quienes vienen del interior y necesitamos cubrir sus pasajes; a veces, inclusive el pasaje de los papás para que puedan traerlos hasta el hospital, para de ahí salir hacia el campamento. La familia no tiene que cubrir ningún costo y eso es porque es un regalo para ellos”, aclara la directora de Campuka.

Desde el sitio web de la organización (www.campuka.com), se puede acceder a una lista de insumos necesarios para el campamento. Desde estufas hasta 10 kg de zanahorias, pasando por 20 kg de azúcar, ropa de cama o artículos de librería. Además, se puede colaborar con un aporte económico, ya que existen numerosos gastos que deben ser cubiertos en efectivo. Estos aportes pueden materializarse a través de la compra de los kits (tazas, remeras y calcomanías) y también depositando algo en las alcancías dispuestas en puntos estratégicos.

Otra opción para ayudar es mediante la figura de embajador, la cual consiste en una persona que canalice las donaciones en su barrio, colegio o universidad.

Los campamentos de Campuka posibilitan una experiencia diferente y constructiva a chicos que muchas veces, por la enfermedad, se encuentran privados de una interacción real y corriente con sus pares. Por ello se desarrollan actividades cooperativas y de recreación, además de fomentar la expresión artística en conjunto con actividades manuales.

Campuka es un programa que ofrece campamentos a chicos con enfermedades graves.

Para que la actividad no tenga costo para los beneficiados, recurren a la solidaridad de donantes y aportantes.

El primer campamento benefició a 80 chicos del Centro Materno Infantil del Hospital de Clínicas.

Sepa más

www.campuka.com

Tel: 283-918

informes@campuka.com

www.facebook.com/Campuka.Paraguay

david.messina@abc.com.py 

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