Debut en los cuarteles

En febrero de 2003, por primera vez las mujeres ingresaron a la Academia Militar Mariscal Francisco Solano López. Y empezó una serie de cambios en la formación profesional de los cadetes. Hoy, tras culminar cuatro años de preparación, ellas están listas para comandar pelotones de soldados, cumplir guardias y manipular fusiles. Y, con expectativas, debutar en los cuarteles con el juramento de vencer o morir. Aquí, semblanzas de las primeras oficiales de carrera de la milicia paraguaya.

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Jueves 23. Espléndida mañana de noviembre en Capiatá. Engalanada con coloridas banderas castrenses, la Academia Militar Mariscal Francisco Solano López está repleta de invitados: militares con uniformes de gala y civiles con ropa elegante. Hoy la cita tiene un condimento especial. Por primera vez en la historia de la milicia paraguaya, las mujeres serán llamadas a retirar despachos y sables de manos del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación. Y cada una, de acuerdo a su ubicación en la lista final de egreso, se presentarán a voces, con jerarquía y nombre, ante el presidente de la República, Nicanor Duarte Frutos.

Paradas en estricta formación, con los cabellos contenidos por redecillas, un poco de maquillaje y nada de tacos, 16 chicas aguardan el momento de cumplir el protocolo. Inmediatamente se convertirán en flamantes subtenientes y guardiamarinas de la nación.

Con el toque de la marcha presidencial, la banda de músicos anuncia la llegada del mandatario. Y las emociones empiezan a correr por las venas de todos los jóvenes, hombres y mujeres, que en número de 69 pasan a engrosar los cuadros permanentes del Ejército, Marina y Aviación. Una promoción distinta, que también por primera vez lleva el nombre de una dama: Ramona Martínez, Heroína de Itá Ybaté, en honor a una quinceañera que con coraje desafió a los invasores que perseguían al Mcal. López, en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). De ahora en más, sin duda, el panorama verde olivo cambia. La recia voz de mando tendrá nuevos matices con las oficiales femeninas que firmes marchan rumbo a los cuarteles, por siglos territorio exclusivo de los varones.

Jacqueline Guillén tiene 22 años, la piel color bronce y, por ahora, nadie ocupa un lugar en su corazón. Dedicó con exclusividad su tiempo a los estudios. Y es la que mejor posición obtuvo entre las chicas. Se colocó en el segundo lugar, detrás del egresado número uno, subteniente de Caballería Pablo Emilio Ramón Solís Pereira. De entrada, casi marcó historia en la primera promoción de mujeres. Con signos de orgullo y satisfacción por culminar la formación militar, ella remarca su condición de pionera.

- ¿Por qué una mujer decide hacerse militar?

- Para demostrar que las mujeres podemos llegar adonde llegamos hoy día. Y es una vocación personal. Hay gente que lo hace porque tiene parientes militares.

- ¿Es su caso?

- Sí, tengo un tío que es oficial retirado, coronel de infantería Wenceslao Guillén.

- Cuatro años de formación física y académica. ¿Cree que está preparada para ser una buena profesional?

- Estamos preparadas para ser buenas oficiales, ahora por el camino... seguro vamos a tener tropiezos, pero estamos preparadas para levantarnos y seguir adelante.

- ¿Es difícil para una mujer sortear todas las exigencias de la carrera?

- Es difícil, pero no solo para la mujer, sino que para los hombres también. Es normal en una carrera verticalista. Ahora, al comienzo sí fue más difícil porque fuimos las primeras, pero al adaptarnos ya todo se volvió normal.

- ¿Encontró dificultades en la adaptación o integración con los varones?

- Al comienzo, el día que bajamos el 27 de febrero de 2003, fue un día bastante raro. Nos miraban como si fuéramos bichos raros, pero después enseguida hubo integración.

Sus ojos pardos resaltan con el gorro azul de la Aviación. Yennifer Pedrozo (22) está por las nubes: “Muy emocionada, por el hecho de ser una carrera netamente masculina en la cual las mujeres estamos ganando espacios. Así también demostrar que nosotras podemos acceder a carreras difíciles y estamos capacitadas para llenar las expectativas en funciones que se creían exclusivamente masculinas”.

- ¿Qué rol va a cumplir dentro de la Fuerza Aérea?

- Yo tengo la especialidad de pilotaje. Hay en total cuatro especialidades que son Infantería, Logística, Comunicaciones y Pilotaje. Estoy ahora mismo en periodo de instrucción para poder tener el brevet de piloto.

- ¿Le gustan los aviones?

- Sí. Uno es por eso y otro porque hay mucha adrenalina, me llena. Es un sentimiento muy profundo por la aviación.

- ¿En qué puede cambiar el acceso de las mujeres en la vida de los cuarteles?

- Así como los hombres piensan de manera muy diferente a nosotras, en el sentido de la rigidez, nuestra presencia va a contribuir a llenar un espacio donde hace falta cierta sensibilidad femenina.

- ¿Están en condiciones de participar en las actividades rudas de igual a igual con los hombres?

- Y se está viendo eso ahora con nuestro egreso. Pero si estuvimos acá cuatro años, yo creo que no habrá sido en vano.

- ¿Serán tan fieras como ellos?

- (Se ríe) Seríamos estrictas, no fieras. Exigentes con las faltas que se cometan.

- ¿Novio?

- No tengo.

Los abrazos y deseos de éxito profesional acaban por conmoverla hasta las lágrimas. Contenida por sus familiares, la subteniente de Artillería Gladys Montiel (21) entona la voz para inaugurar su nueva jerarquía con el reportaje.

- A más de que me gusta, queda cerca de mi casa. Yo soy de Carapeguá y la unidad madre de la Artillería está en Paraguarí, más por ese motivo.

- ¿Tiene antecedentes familiares en la milicia?

- Sí, mi hermano, Arnaldo Montiel, es teniente de Comunicaciones.

- ¿Qué representa para usted ser una flamante oficial de carrera?

- Particularmente, me siento orgullosa de mí misma por haber sobrepasado todas las exigencias y obstáculos que se me presentaron durante los cuatro años de preparación.

- ¿Cuáles son los desafíos de pertenecer a una unidad que maneja armamentos pesados como cañones, ametralladoras...?

- Tengo conocimientos básicos del manejo de esas armas. Ahora, siendo oficial tengo que hacer cursos de especialización
para desenvolverme mejor.

- ¿Y cómo se dará su convivencia en un cuartel con alto poder explosivo, dominado por varones?

- Siento que, como cualquier otro oficial, me voy a adaptar sin importar mi condición femenina. Apenas se habló de la posibilidad de incorporar mujeres en filas de las Fuerzas Armadas, ella empezó a diseñar su sueño. Sobre la almohada o bien despierta, se veía vistiendo el uniforme verde olivo. Y sí que lo logró. Dolly Aguilera tenía 18 años cuando se presentó en la Academil con deseos de saber cuáles eran las condiciones requeridas para el examen de ingreso. Ahora, con 23, y el mismo entusiasmo, dice: misión cumplida.

- ¿Cómo se siente en este día tan especial de concluir la fase preparatoria de una carrera nueva para las señoritas, era lo que usted esperaba?

- Sí, era lo que yo esperaba; me siento muy feliz por concretar esta parte de mi sueño de ser una oficial.

- ¿Adquirió los conocimientos suficientes como para desarrollar una buena actividad castrense?

- Yo creo que sí. Mi remesa fue una remesa muy especial; ingresamos las mejores y eso se vio con las notas que alcanzamos todas. Las instrucciones que recibimos nos ayudarán bastante para la realización feliz de nuestras actividades.

- ¿En qué desfeminiza la milicia a las chicas?

- Para mí que no desfeminiza en nada. Mismo el Comandante dijo hoy en su discurso: si Ramona Martínez demostró coraje, por qué no lo haremos nosotras.

- ¿Por qué se decidió por el arma de Intendencia?

- Yo había estudiado Administración y me gustó mucho, por eso.

- ¿Sueños?

- Ascender todo lo que pueda.

- ¿Lucir las estrellas de generala?

- Ojalá.

- ¿Se ve comandando la Academia Militar, el Ejército...?

- Me gustaría venir como comandante del Cuerpo de Cadetes en la Academil.

Con la elegancia que otorga el uniforme blanco de la Marina, Carmen Quinteros (21) desfila en el cuadro de honor. Y lo hace con gallardía, porque representa a una dinastía de militares: su fallecido abuelo, Eugenio Quinteros, era mayor de Infantería; su padre, Calixto Quinteros, fue egresado del Liceo Militar Acosta Ñú y su hermano de madre Edgar Giménez es teniente de Corbeta.

- ¿Cómo imagina el desarrollo de su carrera en la Marina?

- Yo creo que va a ser normal. Y espero poder alcanzar todas mis metas.

- ¿Cuáles son?

- Varias, ascender...

- ¿Ser comandante de alguna unidad?

- Si es posible, sí. Comandante de la Armada me gustaría ser.

- ¿Y una mujer puede llegar a ocupar ese cargo?

- Claro que sí.

- ¿Están preparadas para enfrentar cualquier desafío?

- Estamos preparadas...

- ¿Hasta para ir a la guerra?

- También, estamos preparadas.

- Y en el plano personal, ¿cuáles son sus deseos?

- Como toda mujer deseo casarme, tener tres hijos.

- ¿Novio?

- Sí, es el guardiamarina combatiente Hugo Fernández.

- ¿Su camarada?

- Sí, acabamos de egresar juntos.

- ¿Surge el amor entre las armas?

- Surge. Entre nosotros surgió. Hace cuestión de dos años y medio que estamos juntos y ahora egresamos.

- ¿Y acá adentro cómo mantuvieron la relación?

- Siempre hubo disciplina. Acá adentro ni siquiera nos mirábamos, está prohibido.

- ¿Lo mejor de la carrera?

- Formar parte de las Fuerzas Armadas, algo que yo siempre quise.

BUENA PREPARACIÓN

De excelente califica el coronel DEM Brozzon Bareiro, comandante de la Academia Militar Mariscal Francisco Solano López, la formación profesional de las 16 mujeres oficiales de carrera que egresan por primera vez de la institución. “Han hecho todas las exigencias a la par que los varones, de manera que en relación a su desempeño posterior no tengo dudas”. En cuanto a infraestructura adecuada, especialmente habitaciones y baños separados, para ubicarlas en los cuarteles, el alto jefe dice que las Fuerzas Armadas “tendrán que ir adaptándose todavía a este nuevo sistema mixto de oficiales profesionales”. Brozzon Bareiro explica que las chicas están preparadas para enfrentar cualquier desafío, inclusive ir a la guerra, en un hipotético caso. “Ellas son soldados. El concepto de soldado es la preparación básica, primaria y fundamental para la guerra. Pero sin descuidar y tener en vista la paz”.

Sobre la decisión de denominar Rramona Martínez, Heroína de Iitá Ybaté, a la Promoción 2006, el Comandante de la Academil expresa que es justo reconocimiento a la joven de 15 años, que no dudó en empuñar las armas en defensa de su patria, en tiempos de la Guerra del 70.

“La historia militar y la historia paraguaya en sí está cargada de gloria femenina. Nno es ningún descubrimiento lo de Rramona Martínez, siempre ha estado en la historia, quizás haya estado un poco olvidada. Pero le hemos hecho justicia al nominar esta promoción con su nombre”.

PIONERAS

La Promoción N° 96 Ramona Martínez, Heroína de Itá Ybaté, lanza al campo profesional a un total de 69 cadetes egresados de la Academia Militar Mcal. Francisco Solano López. Aquí el listado de las 16 mujeres y su ubicación en la lista general ()*.

1- Jjacqueline Diana Guillén Rromero (2)*, Iintendencia.

2- Teresa Oortega Servían (10), Comunicaciones.

3- Leticia Soledad Céspedes Delgado (13), Iingeniería.

4- Dolly Esmilce Aguilera Lesme (14), Iintendencia.

5- Carmen Dolores Quinteros Giménez (15), Marina.

6- Evelyn Lilliana Galeano Correa (17), Aviación.

7- Yennifer Soledad Pedrozo Saravia (21), Aviación.

8- Sonia Elizabeth Franco (22), Iintendencia.

9- Brunilda Aguilar Mendoza (24), Iingeniería.

10- Gladys Petrona Montiel Escobar (29), Artillería.

11- Dina Iithamar Peralta López (36), Nnaval Iintendencia.

12- Sonia Elizabeth Acosta Maldonado (39), Aviación.

13- Mirian Rrossana González Rromero (43), Comunicaciones.

14- Lourdes Rraquel Miño Jjara (49), Material Bélico.

15- Nnilse Nnatalia Cabrera López (53), Artillería.

16- Fátima Leticia Rramírez Avarenga (59), Material Bélico.

ACOSO SEXUAL

Los medios de comunicación se hicieron eco de supuestos casos de acoso sexual sufrido por las señoritas en la etapa de formación. Consultadas al respecto, ellas restan seriedad a las versiones que califican de mentiras. Aquí, sus conceptos.

Jacqueline Guillén: “La verdad, en lo que a mí respecta, yo nunca fui acosada. Nnunca me pasó nada al respecto, inclusive me ayudaban cuando necesitaba, ya sean oficiales femeninas o masculinos, los cadetes. Nno podría hablar por las otras, porque no sé; nunca nadie me comentó nada”.

Gladys Montiel: “hay nada. Absolutamente”. Dolly Aguilera: “A decir verdad, aquí adentro nos sentimos mal todas las cadetes, porque fue una gran tergiversación. Alguien habrá sacado algo chiquito afuera, por decir. Pero, afuera, agrandaron tanto que nos hicieron sentir mal a nosotras porque sabíamos que era mentira todo lo que se estaba diciendo”.

Carmen Quinteros: “Como bien sabemos, eso hay en todo lugar. Yo creo que se exageró mucho con ese tema, no es cierto. Fue una mentira”.
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