Deambular con el arte

Fueron sus padres, Miguela Reguera Rolón y Serafín Almada Ríos, quienes vieron en ella su talento artístico. Fue así que Ethel Almada se inició en el baile. Con espíritu aventurero y destreza logró pisar escenarios internacionales. Muy joven fue figura en España y Argentina, y ahora sigue haciendo lo que le gusta en México, donde baila, actúa y enseña yoga.

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“Mis papás vieron siempre cualidades en mí y me apoyaron desde muy temprana edad”, recuerda Ethel. “Diariamente, después de la escuela, iba a la danza. Luego, logré una beca. Siempre me gustó trabajar con el cuerpo, verme bien y tenía mucha sensibilidad por el arte”, señala desde México, donde vive junto con su marido, Ricardo Gallegos.

Durante sus viajes a Argentina logró hacer buenos amigos y uno de ellos, quien se dedica a la producción, le ofreció un papel en un music hall. “No lo dudé. Incluso, mis padres se fueron a vivir conmigo”, señala sobre el apoyo que siempre tuvo de sus progenitores.

En un mercado tan competitivo como el argentino no la amilanó. Al contrario, se animó a participar de una audición entre seis mil bailarinas. “Después de la obra, audicioné y quedé seleccionada para el Bailando, pero decidí no tomar la oportunidad debido a que me ofrecieron un musical en Madrid”, detalla.

A su regreso de Madrid, supo aprovechar las oportunidades en la capital argentina. “Hice teatros de revista y formé parte del último elenco de Gerardo Sofovich, en la Peluquería de Don Mateo. También tuve la oportunidad de trabajar con grandes actores, como Natalia Oreiro, Adrián Suar, en algunos capítulos de Solamente vos y Condicionados, entre otras novelas argentinas”, detalla acerca de sus logros en Buenos Aires.

De regreso a nuestro país, Ethel compitió en Rojo País, fue figura de la teleserie La chica de la tapa, Carísimas y el Baila Conmigo Paraguay, pero nuevamente tuvo la oportunidad de viajar y, esta vez, al norte del continente. “México me abrió las puertas. He hecho comedia en Televisa, Tv Azteca, series como la de Juan Gabriel, Blue Demon, El hotel de los secretos, y un montón de películas del género narcos en México”, comenta sobre su trabajo artístico.

Paralela a su faceta actoral, Ethel obtuvo su certificado de maestra de yoga. “Abrí un estudio en la ciudad de México: Yogadance, uniendo mis habilidades danzarinas con esta práctica milenaria”, refiere. “México es un mercado competitivo, pero me han abierto las puertas”, dice entusiasmada.

El hecho de ser una paraguaya viviendo en México suele crear curiosidad. “Al principio, se sorprenden un poquito. No en pocas ocasiones me confunden con una cubana o colombiana, porque hay más gente radicada de otros países que del Paraguay. Sin embargo, una vez que saben de dónde provengo, la gente es amable y quiere saber más acerca de nuestra hermosa nación Paraguay”, confiesa.

Para Ethel, nuestro país tiene un buen nivel artístico. “Reconocen la danza y hay grandes artistas”, afirma. “Creo que ser una gran artista implica poseer una gran sensibilidad en todas las artes. En mi caso, la danza y actuación han sido fundamentales para mi desarrollo. En este momento de mi vida considero que la espiritualidad, y tener una vida sana y balanceada contribuyen no solo al éxito, sino a la felicidad. Siempre he llevado con orgullo mis raíces, y ser paraguaya y artista me llevó a entender que mi destino es ambular por el mundo, llevando en alto el arte y mi país”, sostiene.

Entre los planes de Ethel está venir a Asunción próximamente. “No solo para visitar a mi familia y amigos, a quienes extraño enormemente, sino también para impartir un seminario de yoga flow y yoga dance. Me encantaría que todos vayan. Será una fusión de arte, danza, espiritualidad y yoga”, adelanta la artista que, de esta manera, quiere compartir sus conocimientos y experiencia en el Paraguay.

maponte@abc.com.py

Fotos: Gentileza.

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