De la curiosidad a la diplomacia

Entrevista. Diez años atrás, Alexander Yui estuvo de visita en el Paraguay como estudiante. Ni se imaginaba que tiempo después sería embajador de la República de China (Taiwán) en Asunción. Graduado en Ciencias Políticas, tiene maestría en Literatura Española. A propósito del Doble Diez, compartimos sus vivencias a un año de su llegada.

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Para el embajador Alexander Tah-Ray Yui y su esposa, Karen Lo, Asunción es bien diferente, pero no es menos que Ginebra –su destino anterior– y el Paraguay es como una gran casa. “Uno ingresa como por una pequeña puerta en el centro de Sudamérica, a un pequeño país, pero descubre algo inmenso. La misma sensación sentimos en la capital cuando vamos a casa de amigos e ingresamos por un pequeño portón, y adentro nos encontramos con un patio gigantesco, un enorme jardín”, describe el embajador, con la sonrisa a flor de piel, un español perfecto y algo de poeta en la voz.

No es para menos. Completó una maestría en Literatura Española en la Universidad de Texas, y estuvo en El Salvador como primer secretario y consejero político. En su país, aparte de ser encargado del Departamento de América Central y del Sur en el Ministerio de Relaciones Exteriores, ocupó el cargo de intérprete oficial del presidente de la República.

“De hecho, quise completar el doctorado en Literatura Española, porque me encanta el idioma. Es un idioma fabuloso. La forma de expresarse en español es muy genuina, pero la realidad es que hay que trabajar y ya no hay tiempo de estudiar. Estuve enseñando Lengua Española en los Estados Unidos y Taiwán en la universidad, y eso me ayudó mucho. En algún momento quise dedicarme a la Literatura, pero la vocación de trabajar por el país, por la injusticia que la República de China (Taiwán) enfrenta a nivel internacional frente a China Continental, hizo que me dedicara más de lleno a la información y lectura de materiales relacionados con las noticias locales y del exterior”, comenta en la nueva sede de la Embajada, en la que recibió a ABC Revista.

El primer contacto del joven Alexander Yui con el Paraguay empezó con una curiosidad de estudiante hacia un país lejano y exótico. “La primera vez que visité el país fue en 1982, cuando era estudiante y estaba preparándome para ir a la universidad en los Estados Unidos. Por curiosidad viene al Paraguay. Ni me imaginaba que iba a ser embajador más adelante, es decir, ahora”, recuerda.

Ya en medio de su labor diplomática, en varias ocasiones vino en visita oficial al Paraguay, acompañando al ministro de Economía para las reuniones bilaterales en las misiones presidenciales, en encuentros de los cancilleres o viaje del vicepresidente. También ha tenido muchos vínculos con nuestro país en el ejercicio de sus funciones en Ginebra, Suiza, donde fue director general de la Oficina Económica y Cultural de Taipéi, que entraba en contacto con los organismos que tienen sede en la nación helvética: “Por todo esto, no me extraña lo que encontré en el Paraguay y tampoco me extraña que llegara a ser embajador viviendo aquí en Asunción”.

En su extenso currículo también estuvo en Nueva York como asistente especial en la Oficina Económica y Cultural de Taipéi, en la que trabajó en todo lo referente a Naciones Unidas.

Sus labores –que favorecieron a nuestro país desde los distintos puestos y vinculaciones– hicieron que la República del Paraguay, a través de su Embajada en Taipéi, le otorgara la Orden Nacional al Mérito en el Grado de Oficial, en el 2001: “Fue un anticipo de lo que iba a ocurrir ahora como embajador en Asunción. Hicimos varios proyectos desde mi cargo en la Cancillería como director del área sudamericana y, por ende, encargado de los asuntos del Paraguay”.

A un año de su llegada –que se cumple el 13 de octubre– considera muy fructífero el resultado de su labor en estos 12 meses, y ya se encuentra muy bien ambientado y acomodado en el edificio de la Embajada, ubicado en pleno eje corporativo de Asunción.

La nueva sede –en la Torre Aviadores (Aviadores del Chaco y Juan Manuel Iturbe)– fue inaugurada por la presidenta Tsai Ing-wen durante su visita a nuestro país. Desde su escritorio tiene una vista privilegiada de la ciudad. En el horizonte se perfila un gran verdor marcado por el aeropuerto de Luque, y los territorios de Ñu Guasu y Campo Grande junto con otros barrios circundantes; vista que no se cansa de contemplar. “Cada día, cuando entro a la oficina y veo este lindo paisaje lleno de luz y verdor, me siento con mucha esperanza y energía. Ver toda la extensión de tierra nos dice que este país tiene infinitas posibilidades, y cuentan con nuestro respaldo. La mudanza que hemos hecho a este nuevo polo urbano de Asunción es también muy simbólica, en el sentido de que estamos acompañando al Paraguay en este progreso hacia la modernización. Estamos muy contentos de ser socios en este camino que están experimentando”, comenta a modo de reflexión.

A Alexander Yui siempre se lo encuentra muy a gusto en las reuniones sociales y culturales. Es habitué de las exposiciones, ferias y conciertos. Su esposa, Karen Lo, comparte este sentimiento y afirma que le encanta todo el ambiente asunceno, la hospitalidad de la gente y las comidas típicas.

“Asunción tiene muchas actividades de toda índole y quiere posicionarse para atraer turistas del exterior. El Paraguay no solamente se destaca por la buena comida, el asado, la mandioca, la sopa paraguaya, el mbeju, sino también suma sus buenos restaurantes, que se van ubicando entre los mejores de América Latina, lo que refleja un nivel muy bueno de la gastronomía. Aquí, uno tiene una buena vida social, además del trabajo. En el verano hace un poco de calor, pero el clima en general es agradable”.

El momento más difícil para la pareja al llegar al Paraguay fue despegarse de su hijo, con quien estuvieron hasta la graduación en Ginebra. El joven fue a estudiar a los Estados Unidos. “Ya vino dos veces de visita; le encanta el país y, sin lugar a dudas, quiere regresar”.

El embajador de la República de China (Taiwán) es un amante de los deportes. Ha participado de la corrida por los 49 años de ABC Color. “No debía haber corrido porque estaba un poco lastimado. Pero cuando vi el ánimo de la gente que participaba, me animé y completé los 5 km. Pero lo pagué después”, cuenta a modo de anécdota.

Su pasatiempo es el golf, deporte que practica con frecuencia porque hay muy buenas canchas en Asunción. También le gusta jugar al bádminton con sus colegas los fines de semana y, anteriormente, se dedicaba al tenis: “Me quieren invitar a jugar fútbol, pero no estoy tan seguro...”.

Para Karen Lo, esta fue la primera visita al Paraguay, no así para el diplomático. Entonces, una de las primeras tareas fue conocer varios puntos del interior del país. Los recorridos empezaron por Ciudad del Este y Encarnación, donde visitaron a los miembros de la colectividad taiwanesa. “Aprovechamos para conocer la belleza del país. Estamos encantados con todo lo que hemos visto hasta ahora. La vida social es muy activa en todos lados, y ya tenemos muchos amigos compatriotas y paraguayos que nos han abierto sus casas”. Entre las tareas pendientes quedan aún muchos pueblos, así como el Chaco, que despierta la curiosidad y los deseos de conocer.

Alexander Yui se considera como uno de los grandes consumidores de la carne paraguaya: “Aquí he ganado peso con el asado y toda la comida abundante. Creo que el Paraguay es uno de los países en los que más carne de res se consume en el mundo. Sin duda, estoy entre esos consumidores. Cada vez que viene un ministro de mi país, o con la misma visita de la presidenta, la Dra. Tsai Ing-wen, hacemos el esfuerzo para que consuma la mejor carne paraguaya”.

Durante el ameno y sincero diálogo, asegura que es un gran honor servir a su país desde Asunción, donde se busca que las relaciones de amistad y los vínculos comerciales, además de la cooperación técnica, sigan expandiéndose y consolidándose. Su objetivo es que el intercambio sea más provechoso de ambos lados, para anticipar los 60 años de relaciones diplomáticas entre el Paraguay y Taiwán, que se cumplen el próximo año: “En el Calendario Chino, cada ciclo tiene 60 años. Este es el fin de un ciclo y el comienzo de otro de 60 años y, por supuesto, vendrán muchos otros más en nuestras relaciones con el Paraguay”.

Vaticinando los mejores deseos de un brindis, asegura: “El Paraguay es un país muy agradable que está creciendo, y se nota el potencial que está abriendo. Es un momento muy excitante el que se está viviendo aquí. Se nota cómo progresa y evoluciona. Simplemente, es muy digno estar aquí en este momento”.

pgomez@abc.com.py

Fotos ABC Color/Claudio Ocampo/Silvio Rojas.

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