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Transgresor en sus obras, pero “clásico y sin excesos” en su vida, Muscari no solo estrenó el año pasado una versión muy propia de La casa de Bernarda Alba —entonces encabezada por Norma Pons—, sino que también se animó a hacer comedia y subió a las tablas en la comedia de Nazarena Vélez, Los Grimaldi. Este año, va por otra temporada en su programa de entrevistas Muy Muscari, en el canal argentino Ciudad Abierta; hace radio en la UBA los lunes de 22 a 24 y, además de teatro, escribe un libro de reflexiones y publica en su blog. El mes pasado puso en cartelera su nueva obra: El secreto de la vida, en el Teatro Metropolitan Citi de Buenos Aires.
Luego de una exitosa temporada en Carlos Paz y una gira por toda la Argentina, vino a nuestro país, esta vez con Los locos Grimaldi.
Creador múltiple, como él mismo se define, más conocido como director, José María Muscari se hizo verdaderamente popular cuando se atrevió a bailar con otro hombre en el programa de Marcelo Tinelli.
Es la segunda vez que viene a nuestro país. Y en ambas ocasiones como parte del elenco de la compañía de Nazarena Vélez. El año pasado fue con Los Grimaldi —con bastante éxito en taquilla—, que repitió hace unas semanas con Los locos Grimaldi.
-Usted es más conocido como director. ¿Cómo lo convencieron para actuar?
-Me llamó Nazarena (Vélez). En realidad, yo la conocía como un personaje mediático, una mujer de los medios, y siempre me cayó muy bien. Y cuando la escuché la primera vez, fue tan enérgica, estaba tan convencida y apasionada por su idea que me resultó interesante; además, me resultó atractivo para mi carrera sumarme a la obra, porque como lo decís, no es lo habitual para mí subirme a un escenario y menos aún a un espectáculo tan popular.
-Una comedia popular no es lo suyo.
-Sí, es una comedia costumbrista. La verdad es que estoy muy feliz, porque de alguna manera yo soy un poco esa mezcla. Haber bailado en el programa de Tinelli, pero dirigir en el San Martín o un clásico como una obra de Lorca y actuar con Nazarena Vélez. Esos polos que a veces no son para juntarse.
-¿Cómo fue la experiencia de bailar con otro hombre en ShowMatch?
-En realidad, eso lo propuse yo a la producción, porque me parecía que el programa es un concurso de personalidades en el que el pretexto es el baile, y lo mejor que yo podía hacer era estar tranquilo con mi personalidad. Entonces, cuando le propuse eso a Tinelli, le encantó. Y la verdad, creo que fue un suceso, porque contrariamente a lo que pasa muchas veces con algunos personajes que se vuelven polémicos por sus peleas, en mi caso estaba trasladado a lo artístico. Y eso me parece que está bueno, porque fue magnetizar, de alguna manera, el Bailando y la dimensión de eso a nivel internacional, porque en ninguno de los dos concursos anteriores bailaron dos hombres juntos, así que fue una novedad a nivel mundial.
-Además, no se le dio a la pareja ninguna connotación sexual.
-Sí, estuvo buenísimo. La gente lo recibió muy bien.
-Y como usted no es bailarín profesional, apeló a la actuación.
-¡Claro! Yo soy, básicamente, actor, autor y director.
-¿Cómo logra coordinar la actuación en Los Grimaldi con la dirección de dos obras?
-Repartido entre varias actividades. Por un lado, poniendo el cuerpo en la gira de Los locos Grimaldi. Eso me hace estar fuera de mi casa de jueves a domingo. Los miércoles me dedico a mi espectáculo El secreto de la vida, que tengo en la calle Corrientes en Buenos Aires. Y, por otro lado, también tengo toda mi energía puesta en acompañar La casa de Bernarda Alba para que siga siendo un éxito de gira. Además, tengo un programa de entrevistas en televisión que sale en el Canal de la Ciudad, titulado Muy Muscari; una entrega en la que junto dos personalidades antagónicas. Así que la verdad es que es un momento de mi vida muy laboral en el que todas mis energías están diseminada entre todos estos trabajos.
-¿Alguna vez soñó con que su vida se desarrollaría así?
-No, nunca soñé en mi vida ni siento que este sea el resultado de ningún sueño, sino que en realidad lo que yo creo es que todo lo que me fue pasando es producto de mi trabajo del momento. Y este presente, digamos, como que tiene que ver con eso.
-Usted no le teme a nada.
-Al contrario, me agrada hacer cosas diferentes todo el tiempo. Me gusta este momento de mi vida en el que puedo darme el lujo de subir a un escenario cada noche haciendo Los locos Grimaldi, que es una comedia que me divierte y, por otro lado, soy feliz también con cada una de las actividades que hago.
-¿Algo que le falte por hacer?
-¡Un montón! En este momento de mi vida estoy haciendo muchas cosas, pero tengo varias asignaturas pendientes, que el tiempo, de alguna manera, me las va a ir resolviendo.
-Para vivir en un mundo superficial, usted tiene ideas muy claras.
-Sí, soy firme en mis opiniones y no me gusta la falta de respeto. Me siento un creador múltiple que va adquiriendo forma: de actor, director, escritor, dramaturgo.
Un poema que lo define plenamente, publicado en su blog: Mundo Muscari.
Pensando la vida
Hay momentos de la vida que son para pensar.
Este es uno.
Pensar qué quiero,
cómo lo quiero,
para qué,
qué busco,
hacia dónde voy,
cómo lograrlo.
Pienso en estados emocionales,
en proyectos laborales,
en lazos afectivos.
Pensar y actuar,
obrar en consecuencia,
reflexionar la felicidad y la desazón:
eso es.
mpalacios@abc.com.py