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La música folclórica emplea diferentes sistemas pentatónicos temperados propios, que podrían requerir un cierto ajuste auditivo; aun así, son inmediatamente envolventes. “Ellos hacen que quieras ponerte de pie y danzar”. Es básicamente instrumental. Los instrumentos, normalmente, se hacen con base en elementos de la naturaleza; un claro ejemplo de ello es el geomun-go, un instrumento fabricado en madera, con cuerdas de hilos de seda pulsadas por una varita de bambú. Quien lo utiliza le brinda golpes a las cuerdas con fuerza, percutiendo –además de la cuerda– el parche de cuero.
Otros instrumentos construidos con elementos naturales son el ajaeng y haegeum. La deageum es una flauta con un tono musical que representa su naturaleza y está hecha en bambú, recubierta con una membrana de caña.
Una de las características de la música tradicional coreana es que se modificó en diferentes oportunidades a lo largo de la historia. Por ejemplo, se crearon dos tipos de oboe piri y, también, dos variedades de la para sanjo. Estos instrumentos son más pequeños en tamaño y causan un sonido mucho más sutil.
En la Corea rural, las actividades comunales y de igualitarismo aseguraron una abundancia en música grupal y de la gente. Las canciones folclóricas existen para el trabajo, el entretenimiento y la muerte. Existen tres estilos principales de canciones folclóricas, identificados de acuerdo con las áreas geográficas y basados en áreas de acuerdo con el dialecto: namdo minyo, de las provincias suroccidentales de Cholla; kyonggi minyo, de la región central alrededor de la capital de Corea del Sur, Seúl, y sodo minyo, que se usó alguna vez en los alrededores de Pyongan y la provincia de Hwanghae, al noroccidente de la península. Algunos especialistas distinguen una cuarta área al este: Tongbu, y algunos las subdividen en tres.
Las músicas folclóricas en la isla sureña de Cheju también son características. Canciones más populares surgieron con cantantes profesionales, bandas folclóricas y grupos de percusión, conocidos colectivamente en la actualidad como nongak y p’ungmul, los cuales fueron, hasta hace poco, comunes en los ritos de las aldeas y, también, se presentaban en eventos para recoger fondos, actividades de cultivo y pesca, y entretenimiento. Los tres estilos regionales –udo, alrededor de las plantaciones de arroz de Cholla; chwado, en las áreas más montañosas de la misma provincia; kyonggi, en las provincias centrales de Kyonggi y Ch’ungch’ong– sobreviven en festivales, pero están casi completamente extintos en los contextos del trabajo local tradicional y de rituales.
La música folclórica entró en declive con la urbanización, modernización e industrialización. Los coreanos consideran que mucho se perdió a causa de la política de asimilación de los japoneses durante el período colonial, y que las obras de teatro de máscaras, los juegos y las bandas de percusión, en particular, sufrieron a un alto grado.
La reforma agraria en los 50 condujo hasta el abandono a muchas canciones de trabajo grupales, asociadas con la agricultura y otras actividades comunales. Las leyes durante el régimen de Park Chung Hee, en los 60 y 70, buscaban restringir los rituales shamánicos.
La creciente influencia de los medios de comunicación también tuvo un efecto negativo en la producción de la música solista y grupal en el campo de la música tradicional. Hacia finales de los 50, un número de investigadores y parlamentarios se lamentaban del declive de la cultura tradicional coreana. Como una respuesta, pero también con el fin de crear una identidad coreana, el régimen de Park promulgó en 1962 la Ley de Protección del Patrimonio Cultural y, siguiendo el consejo de los especialistas dentro de un comité de expertos para designar a artes específicas –incluyendo la música– como Patrimonio Cultural Intangible, lo que produjo un mayor desarrollo de nuevos géneros de música.
Actualmente, existe un respeto por la herencia cultural coreana. Conserva una amplia cultura a lo largo de su historia y la podés apreciar este jueves 24, desde de las 19:00. Te va a envolver un juego de melodías, del talento de Sang Wook, Dong Kun, Sangheum, Halee, Cho Rong y Boyoung.
Fotos: Gentileza.