Corea: elegancia gastronómica

Una demostración de la más exquisita gastronomía coreana ofreció la esposa del embajador de la República de Corea en el Paraguay, Kyungmee Sohn, quien con dedicación dio forma a las recetas de su país.

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La cocina coreana es muy variada. Se llena toda la mesa con exquisiteces y de eso, precisamente, habló la esposa del embajador, Kyungmee Sohn. Pero quien dio la bienvenida a los comensales, mientras se aguardaba la presencia de la señora Sohn, fue el embajador Myung Jae Hahn. Tanto el embajador como su esposa e hija vistieron atuendos típicos durante la presentación de las comidas tradicionales.

Con la premisa de que el arte culinario es para compartir culturalmente en el mundo, el matrimonio comisionado ofreció una comida para las damas del cuerpo diplomático y esposas de altas autoridades nacionales.

La residencia del embajador lució en su esplendor con las delicias elaboradas por la señora Sohn, quien es chef profesional y especialista en gastronomía coreana. Luego de los saludos formales, vinieron las explicaciones sobre la importancia de los platos tradicionales. “Es una de las representaciones más importantes de la cultura coreana. A través de ella se pueden visualizar la sabiduría, pasión y dedicación de los ancestros”, expresó la esposa del embajador.

Muchas horas

A diferencia de otras cocinas, esta requiere de muchas horas de preparación, en la que se puede apreciar la perseverancia y dedicación de los coreanos. Estos ingredientes no faltaron en el espíritu de la señora Sohn a la hora de preparar los platos. Su cariño y entrega se vieron resaltados en la puesta de la mesa, en la que prevalecía la elegancia y distinción. Todas las comidas fueron preparadas de la manera más orgánica posible, con ingredientes como locote, arroz glutinoso, manzana, jujube, entre otros, reemplazando a los condimentos artificiales y el azúcar químico, ya que en su proceso de lavado y secado el azúcar se produce de manera natural.

Mientras iba explicando cada receta, la señora Sohn enfatizó que la gastronomía une culturas. “Por más que no se hable la misma lengua, la cocina y la comida ya son como un idioma universal. Si uno no conoce los ingredientes y sus usos, no puede preparar una buena comida. Pero si tiene los conocimientos básicos, por más que se encuentre con personas de diferentes culturas o idiomas, fácilmente se puede unir mediante la cocina, porque hay mucha semejanza, como en el caso de yukhwe (carne cruda condimentada) y el filete tártaro de Francia. Estando en Inglaterra aprendí mucho y reafirmé que la comida une a las civilizaciones, por los componentes similares que se utilizan”, afirmó la diplomática.

También, habló de la preparación del sinseollo (la cazuela real). Se utilizan muchos champiñones, hongos pino y lentinulas. Igualmente, se refirió al equilibrio entre los sabores y valores nutricionales. Citó como ejemplo el gujeolpan, que significa plato de nueve delicias, hecho de frutos secos, y el yakwa, dulce de trigo.

Enfatizó, además, sobre la cultura culinaria banchan, única en el mundo, que consiste en acompañar al arroz con pequeñas porciones de diferentes platos, como hierbas, verduras u hortalizas. Los platos acompañantes o banchan son simples, pero bien nutritivos. “El trabajo de preparar los alimentos es minucioso y conlleva mucha ocupación”.

Mencionó, también, el abadejo seco. “Hay que sacar los huesos y separar la carne de los huesos con una cuchara, hasta que la carne se vuelva bien fina, como una hoja”.

Es así que esta gastronomía se basa en la perfecta combinación entre el sabor, la presentación y nutrición. Al mismo tiempo, es la manifestación explícita de los valores esenciales del pueblo coreano, es decir, la dedicación, el tiempo y la perseverancia. “En nuestra cultura se preservan los ingredientes. Los vegetales, anteriormente, se consumían secos y con la tecnología se descubrió que en esa condición conservan mejor sus nutrientes”.

Sobre las costumbres a la hora de sentarse a la mesa, la esposa del embajador reveló que en la antigüedad, en las familias, los padres tenían una mesa, y los hijos, otra. Otra curiosidad es que se tomaba sopa de arroz hervida, luego de una noche de mucho consumo de bebidas estimulantes. Y a las visitas se les ofrecía té y dulces, que hay más de 20 variedades de pastas de arroz. La bebida tradicional es el sikhye, preparada con dulce de arroz kangjeong. El plato más representativo es el kimchi, por la cantidad de variedades la hora de cocinar. Podría decirse que hay una receta en cada casa.

La comida coreana es única y deliciosa. Tiene sabores picantes y especiados, con mucho cerdo, vacuno, pescados y mariscos. Nunca falta el kimchi, la piedra angular de esta cocina. La señora Sohn finalizó su presentación resaltando la importancia de un buen alimento. “Es la mejor medicina”, concluyó.

ndure@abc.com.py

Fotos ABC Color/Claudio Ocampo.

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