Con sabor a mandarina

El interior de nuestro país ofrece lugares bellos y apacibles. Santa Elena es uno de ellos. Sus calles tranquilas y paisajes invitan al turismo. Y por las características de sus suelos se está convirtiendo en la ciudad de la mandarina.

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El suelo y clima de Santa Elena son favorables para el objetivo de los productores de tener la mejor mandarina del país. En esta temporada, cada casa de la zona se ve repleta de esta deliciosa fruta, que aporta muchos beneficios a la salud. Esta particularidad hizo que desde la intendencia, bajo el mandato del Dr. Miguel Olmedo, se iniciara el proyecto de convertirla en la ciudad de la mandarina.

“Nuestra ciudad es muy pintoresca, tanto por su geografía como por la producción de la mandarina, que hace que cada casa y sus calles se vean adornadas de un color naranja brillante”, expresa Olmedo.

Tanto pobladores como autoridades se encuentran trabajando para potenciar la producción, ya que la comercialización de la fruta es una buena forma de obtener ingresos. “Vamos aumentando la producción e incentivando a los pobladores para que se animen. Por ahora la venta no se realiza a gran escala, ya que es un proyecto que estamos iniciando. La meta es distribuir a nivel nacional y salir al exterior, para acortar los canales de comercialización, de manera que los pequeños productores sean los mayores beneficiarios. Con esa mentalidad trabajamos”, afirma Olmedo.

Además de la mandarina, Santa Elena ofrece paisajes únicos. La vida en el lugar se muestra tranquila, ya que es un pueblo eminentemente rural, pero con todos los avances tecnológicos, lo que hace que sus habitantes tengan, a la vez, una vida moderna y tradicional. “Estamos hermoseando la ciudad, buscando posicionarla como polo turístico. Estamos adoptando un estilo rústico para distinguirnos. Los carteles de señalización de las calles están hechos de madera. Inclusive, el pórtico de la entrada –próximo a realizarse– será construido con madera y piedra”, afirma el intendente. 

En Santa Elena, los jóvenes son el principal activo. Se organizan en comités, y trabajan por y para la ciudad. Analía Vera, una de las integrantes, expresa que se consideran entusiastas de su ciudad, motivados por el deseo de ver crecer a Santa Elena. “Somos una comisión juvenil de apoyo, sin fines de lucro. Nos abocamos a mejorar en todo sentido la perla cordillerana”, asegura la joven. 

La primera actividad realizada fue la arborización, desde el límite entre Itacurubí de la Cordillera hasta la rotonda de la ciudad, con especies nativas. “También organizamos un ecopedaleo, cuyo trayecto por los boscosos caminos rurales y la zona céntrica fue de 22 km. Además, trabajamos en el primer festival del túnel verde, con la participación de artistas nacionales. Fue un éxito total y lo recaudado en la ocasión fue destinado a la casa parroquial. Somos los embajadores de nuestra ciudad”, manifiesta Analía.

El intendente sostiene que en cada proyecto involucran a toda la comunidad, en especial a los jóvenes, quienes son el presente del país. “Ellos no son el futuro, sino el presente. ¿Por qué esperar al futuro cuando el cambio está en sus manos? Su participación es vital tanto para la sociedad en la que viven como para su desarrollo personal”, insiste el intendente.

Añade que en los espacios de voluntariado desarrollan sus capacidades y competencias, y hacen que estén más preparados, activos y comprometidos para vivir en sociedad, además de estar más calificados para su futuro laboral. 

Definitivamente, la ciudad crece. Los proyectos para potenciar a Santa Elena como polo turístico no cesan. “Tenemos planificado concretar una ciclovía de mil metros, como una actividad de esparcimiento tanto para los lugareños como para los visitantes”, explica Olmedo.

Menciona, también, la ordenanza que prohíbe el uso de bolsas de polietileno. “Cuidamos nuestro medioambiente. Sabemos que el impacto que tiene en la tierra es enorme”.

Santa Elena cuenta con el famoso túnel verde, una majestuosa obra natural de 2000 m que da una cálida bienvenida a sus visitantes, justo en la entrada principal de la ciudad, y eso es un valor agregado para un distrito que quiere destacarse en materia de turismo. El arroyo Yhaguy también forma parte de los atractivos naturales.

Su nombre es en honor a su fundadora, doña Elena Gaona viuda de Cáceres, y anteriormente era llamada Estancia Guasu. Es un desprendimiento de Itacurubí de la Cordillera y el 5 de octubre de 1936 fue elevado a la categoría de distrito.

Los hospedajes abundan, y ofrecen delicias típicas y paisajes magníficos, además de habitaciones confortables y amplias, según las necesidades de los visitantes. Y ni hablar de la hospitalidad de la gente del campo. “Somos hospitalarios. Nos distinguimos por nuestra amabilidad, como en todo el territorio nacional. Estamos trabajando por nuestra ciudad, con empeño y dedicación. Queremos hacer las cosas bien y dejar un legado a los jóvenes, la comunidad y el país”, concluye el jefe comunal.

Los jóvenes, por su parte, reiteran su compromiso y entusiasmo de continuar trabajando por su ciudad. “Buscamos superarnos y vamos a trabajar para posicionar al festival del túnel como uno de los más concurridos del país. Vamos a seguir trabajando por mantener limpia a Santa Elena, como lo hicimos durante la Semana Santa. La ciudad se mantuvo sin basura, aun con toda la visita recibida. Vamos a seguir apostando por lo que es nuestro”, puntualiza Analía.

No en balde figura entre las 10 mejores ciudades sustentables de América Latina. Título bien merecido. Encierra paisajes únicos, lagunas y, por supuesto, la producción de la mandarina. Así que si desea armonizar días de campo con cercanías a la naturaleza, elija Santa Elena.

ndure@abc.com.py

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