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Jovial y sencillo, así es el hijo de Dyango, quien en 1995 ganó la OTI realizada en nuestro país. Marcos Llunas hizo su propio camino como cantautor y hoy, más que nunca, se reafirma en la música. “Estoy en una faceta en la que creo más que nunca en mí. Es muy importante creer en uno mismo. Desde que gané el Festival de la OTI, pues algo tengo. Creo en lo que hago y me gusta lo que hago”, refiere. “Estoy en un momento en el que los artistas necesitamos trabajar mucho y no depender tanto de nadie, sino de nosotros mismos. Es un trabajo duro. No es solo un trabajo de cantante ni de compositor, sino de todo. Uno tiene que pensar más allá”, confiesa.
Haciendo un paréntesis de su gira, Marcos Llunas visitó Asunción, con ganas de armar un show para su próxima venida. En medio de un almuerzo, nos compartió algunas experiencias de su trabajo. “Han ido cambiando mucho los estereotipos, y lo que nosotros hacíamos antes no tiene nada que ver con lo que hay que hacer ahora. Muchas veces, nosotros nos quejamos de que internet nos ha hecho no vender discos y nos ha impedido evolucionar por ese lado, pero también nos hemos dado cuenta de que gracias a la red de redes estoy acá, estoy hablando por teléfono con Chile; ahora te vas y hablo con España. Es mucho más rápido. Pierdes algunas cosas, pero te hace ganar otras”, expresa.
Compositor
Con buenos años de experiencia, Marcos Llunas ha podido explotar mejor su faceta de compositor. “Hoy en día me fijo bastante en lo que me ha pasado. Como me ha pasado de todo, si quiero, puedo hablar de amor, desamor, sexo, o lo que sea. Como me han pasado tantas cosas en la vida, ya tengo una biblioteca grande de recuerdos para escribir; entonces, es mucho más real. Las canciones reales son las que te llegan. La bachata que estoy promocionando suena muy real, porque la saqué de una historia mía. Es la historia de uno que quiere dejar esa pareja que, al final, nunca fue”, reseña.
En el lado personal, Llunas es padre de dos niños y uno de ellos, Izan, de 11 años, al parecer, le seguirá los pasos. “Él era como yo. Me decían que yo cantaba antes de hablar. Siempre le ha gustado la música, tiene un don. Me dijo: ‘Papá, yo quiero ser cantante’. Por mi parte, que sea lo que él quiera. Si quiere ser cantante, pues bueno. Afortunadamente, yo me dedico a lo mismo y le puedo ayudar más que si fuera abogado”, sonríe y se nota lo orgulloso que está de su hijo.
La evolución
Apostar por una bachata es, para Marcos Llunas, una evolución. “Si te fijas en los artistas de mi generación: Ricky Martin, Enrique Iglesias, Alejandro Sanz, todos están como dándole una vuelta. Es una cuestión que estamos en otro momento, en uno en el que no puedes quedarte siempre. Es como cuando antes se cantaba bolero y de este se pasaba a la balada. Tenemos que buscar nuevos caminos también para entretenernos, motivarnos y estar en el gusto del público. No podemos quedarnos siempre en lo mismo. De repente, las emisoras de radio están pasando otro tipo de música. Me gusta buscar otros caminos, no quedarme siempre en lo mismo”, finaliza.
maponte@abc.com.py
Fotos ABC Color/Claudio Ocampo.